10 -

 

COLUMNISTAS

 

Pereira, Colombia - Edición: 12.925-505

Fecha: Sábado 21-05-2022

 

“Un caudillo en trance de muerte”

Jotamario Arbeláez

 

No quiero alarmar a nadie porque el alarmado soy yo.

Cuando mataron a Gaitán tenía 7 años y nunca olvidé la cara de angustia y el llanto de mi abuela y sus hijos cuando la radio dio la noticia.

Nos tocó salir a todos los hombres de la casa a nueveabrilear, en Cali, cada uno con su patota.

Se tumbaron e incendiaron miles de casas en el país pero no se tumbó el gobierno, por culpa de la lluvia y la borrachera de los alzados,

la falta de verraquera de los jefes liberales de entonces en pleno Palacio, “¡el poder para qué!”,

y el perrenque de doña Berta, la esposa del presidente, con dos pistolas en la cintura para no dejarse tumbar.

 

 

La historia registra que nunca se supo quién mató al líder, o por qué lo maó el que se supone.

Los liberales le echaban la responsabilidad al gobierno conservador; 

el gobierno -de acuerdo con la CIA- a una conspiración del comunismo internacional para sabotear la conferencia Panamericana y que por eso estaba aquí Fidel Castro;

la prensa que un extraviado del Barrio Egipto por propia cuenta y riesgo, esto es, sin ninguna complicidad política, un tal Roa Sierra.

Se ha hablado que desde otro ángulo hubo otro revólver que se esfumó

 

Y hasta se llegó a contemplar que el 9 de abril se consumó el linchamiento de un inocente.

 

 

 

Me interesé en el tema y fui creciendo en la lectura de mucho libro, entre ellos los de Osorio Lizarazo, Arnoldo Palacios, Jorge Emilio Sierra, Carlos H. Pareja, Daniel Caicedo

y más tardecito los de Arturo Alape, Alba Lucía Ángel, William Ospina y la monumental saga de Miguel Torres.

 

En algunos de ellos se habla, como se hablaba por entonces en casa, que días antes del magnicidio el periódico laureanista El Siglo había publicado un artículo editorial (¿lo firmaría Luis Ignacio Andrade?, no estoy seguro)

con el título que le he puesto a esta nota: “Un caudillo en trance de muerte”.

No era una orden de hacerlo, desde luego, pero tampoco una prevención, como lo es ahora refiriéndome al candidato presidencial con las mismos opciones de ganar la presidencia que Gaitán en su tiempo, Gustavo Petro.

 

A otro político prometedor del cambio que iba derechito a Palacio y fue comparado con Gaitán, Luis Carlos Galán, también lo asesinarían.

Suerte, si puede llamarse suerte, que correrían Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo Ossa y Carlos Pizarro. Y Álvaro Gómez, que también había sido candidato a la presidencia.

En una manifestación Gaitán había dicho: “Ninguna mano del pueblo se levantará contra mí y la oligarquía no me mata porque sabe que si lo hace el país se vuelca y las aguas demorarán 50 años en regresar a su nivel normal”.

En eso se equivocó el líder, porque han pasado 74 y las aguas están más desbordadas que nunca.

Y aquí vuelvo a decir que no quiero alarmar a nadie porque el alarmado soy yo.

 

 

Todos sabemos que Gustavo Petro está ad portas de llegar a la presidencia. Y también sabemos que está amenazado de muerte.

Pero si ello ocurriese, el nuevo nueveabrilazo sería para acabar con todo.

 

   

Comenzando por los verdaderos o supuestos responsables y acto seguido con los presuntos ajusticiadores

hasta que no quede a quién mandar o quién mande.

Y ya no aparecerá otro desquiciado en quien descargarse para el tribunal de la historia. ¡Cómo no! A otro perro con ese hueso.

Cómo va a ganarle Fico a Petro en las urnas si el que apoye Uribe o se apoye en él va a sentir el castigo del voto por el que diga Uribe que padecimos y padecieron.

 

Y un político centrodemocratero como Sergio Araújo que amenaza con despedir de sus empresas a los trabajadores que voten por Petro, lo que implica constreñimiento al sufragante, podrá terminar en la cárcel.

 

Además, todo aquel que siga siendo uribista después de la confesión de los militares ante la JEP de su responsabilidad en los 6.402 falsos positivos,

o sea muertos inocentes en combates inexistentes haciéndolos pasar como guerrilleros,

será un cómplice de este segundo holocausto que al mundo entero repugna. ¿Habrá alguna persona decente que se deje colgar ese sambenito?

 

“Cercano está el momento en que veremos si el pueblo manda, si el pueblo ordena, si el pueblo es el pueblo y no una multitud anónima de siervos”.

Eso también lo dijo el hombre que era un pueblo y lo podrá repetir Petro cuando en la presidencia sea el pueblo en un solo hombre.

Es alucinante ver cómo Petro aglutina argullendo. Veo valga el ejemplo con alegría cómo, comandados por Fernando Rendón, director del más importante certamen poético del mundo,

los escritores se suman masivamente, hacen propuestas certeras para el futuro manejo de la cultura, promueven movilizaciones y llenan escenarios populares con sus poemas y sus proclamas en favor de la vida. Así hacen también los teatreros orientados por Patricia Ariza. Y cuántos otros. 

 

Nadie va a matar a Petro ni nadie va a dejar que lo maten porque se estaría suicidando el país. Ni militares ni paramilitares ni Aguilasnegras ni cusumbosolos.

Ni los que están atemorizados por su apogeo, que bien puedan irse calmando.

 

 

  

 

 

  

 

 

EL IMPARCIAL

Submit

 

 

©El Imparcial Editores S.A.S  |   Contacto 606 348 6207  

 

    © 1948-2009 - 2022 - El Imparcial - La idea y concepto de este periódico fue hecho en Online Periodical Format (OPF) que es un Copyright de ZahurK.

    Queda prohibido el uso de este formato (OPF) sin previa autorización escrita de ZahurK