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INFORME

 

Pereira, Colombia - Edición: 12.906-506

Fecha: Martes 24-05-2022

 

Volatilidad e innovación en los negocios: la importancia de las buenas decisiones

 

Teresa Pardo R.

 

 

El mundo moderno es impredecible. Las amenazas conocidas, como el cambio climático y las emergencias sanitarias, se encuentran junto a desafíos emergentes como la seguridad de los datos, la interrupción de las cadenas de suministro, el aumento del valor de los activos intangibles, entre otros. Todas con un elemento en común puesto en evidencia por la pandemia: los riesgos actuales son multifacéticos, complejos e interconectados, y requieren ser abordados de una manera diferente a como se hacía habitual.
 


Las empresas que estaban más preparadas para la pandemia eran aquellas que ya invertían recursos en la evaluación de amenazas, contemplando en su análisis preventivo, desde la política de gobernanza, hasta la protección de la propiedad intelectual.

“Hoy en día más ejecutivos quieren aprender sobre el manejo de riesgos para adaptar sus modelos comerciales, lo cual nos lleva a innovar constantemente para que nuestra asesoría esté soportada en el análisis de información y de la data”, Mauricio Acosta, Head para la región Andina de Aon.

En adición a esto, un estudio más en 2022 a más de 61.000 ejecutivos, evidenció que los líderes líderes de las organizaciones que integran un manejo del riesgo empresarial basado en datos y análisis al proceso de gestión están ante una mejor posición para mitigarlos; y cuentan con la posibilidad de proteger su flujo de caja, sus activos digitales y sus activos intangibles.

En la investigación se hace un énfasis especial en la creciente relevancia de estos dos, catalogando al riesgo de propiedad intelectual entre los primeros puestos, con un 82% de los ejecutivos incluyéndolo dentro de los primeros puestos en su agenda.

Lo anterior se explica porque se identifica como más alta la pérdida máxima probable (probable maximum loss) para los activos de información, que la pérdida probable para los activos materiales e inmateriales (PP&E). De hecho, los resultados revelan que el estimado para los

 

   

 primeros está alrededor de $1,152 millones de dólares mientras que el segundo está en aproximadamente $839 millones de dólares.


“Estamos ante un punto de inflexión en el que las empresas no solo se centran en superar los desafíos actuales a los que se enfrentan, sino que también se adaptan para pensar en otros riesgos emergentes y cómo prepararse para ellos” .

En efecto, más allá del desarrollo del sector TIC por sí mismo, está demostrado su efecto sobre el resto de la economía, han hecho mucho más innovadoras otras actividades que antes estaban ajenas a ello. “Las TIC amplían el potencial de comercialización y mejora de muchos servicios, facilitan la constitución de redes de cooperación y de negocios, hacen más rápida y eficiente la transmisión de información y de conocimiento codificable en la distancia, reducen los ciclos tecnológicos y de producto y aplican el desarrollo científico a la estrategia de negocios de la empresa”. (Vilaseca y Torrent, 2003).



Debido a que el riesgo y la volatilidad están tan interconectados, las empresas deben adoptar un enfoque completamente diferente a la hora de gestionarlos. Las agendas de los CEO han cambiado y el trabajo en Aon, articulado a través de las diferentes subregiones, permite apoyar a los ejecutivos con la mejor información, análisis, asesoramiento y experiencia posibles para que puedan tomar las mejores decisiones para su negocio.

Igualmente, el Head para la región Andina hace especial énfasis en cómo esta coordinación tendrá la capacidad de crear mayores sinergias entre las cuatro operaciones, contar con el talento humano y conocimiento especializado de los equipos, y brindar la posibilidad de llevar mejores capacidades y un portafolio robustecido a los clientes en los diferentes país.

“Nuestro propósito como empresa se basa en que nuestros clientes estén mejor informados y asesorados, permitiéndoles siempre tomar las mejores decisiones, esa es nuestra razón de ser y el principio que rige nuestra propuesta de servicio”.

Hoy en día, la innovación en los negocios es un elemento cada vez más necesario a la hora de hablar de empresas. No importa su tamaño. No importa si tienen ya años en el mercado o si están siendo creadas apenas. Las organizaciones a nivel mundial necesitan innovar si quieren sobrevivir y tener éxito a través del tiempo.

“La innovación es el motor de la supervivencia de toda empresa”, explica Josep Tàpies, titular de la Cátedra de Empresa Familiar de la IESE Business School de la Universidad de Navarra en un texto al respecto.

 

 

 

Tapies se especializa en empresas familiares y lo que ha encontrado es que esta es la clave tanto del éxito como de la continuación generacional. Según su libro “100 familias que cambiaron al mundo”, cada una de esas organizaciones de las que habla en la investigación logró superar el siglo de vida porque supieron innovar para preservar sus negocios.



Y los líderes lo saben aunque no se sienten completamente preparados para instaurar la innovación dentro de sus organizaciones, porque si a alguien le toca hacerlo, es a ellos.
 


¿De qué se habla cuando se habla de innovación en los negocios?

No solo se trata de implementar nuevas tecnologías o de crear nuevos productos, sino que la innovación tiene muchas dimensiones.

La innovación es “la creación de nuevo valor para los clientes por parte de la empresa, gracias al cambio, logrado a través de la creatividad, de una o más dimensiones del sistema de negocios”, explica un artículo del MITSloan Management Review. Así que las áreas en las que se puede implementar esta dentro de un negocio son muy amplias.
 


Es posible ser innovador en varias vertientes, como en donde tiene presencia la empresa, en la captura de valor, en la experiencia del cliente, dentro de la propia estructura organizacional, en los clientes a los que se dirige, los procesos que lleva a cabo, los productos que ofrece, las personas con las que se relaciona para potenciarla (networking) o a nivel de marca, según enlista este mismo análisis. Innovar tiene que ver con aportar un valor nuevo a los clientes en cualquier área del negocio, pero para ello es necesario que toda la organización acoja estos objetivos.

La innovación es un “esfuerzo complejo” para toda la empresa. Este requiere un conjunto de prácticas y procesos transversales para estructurarla, organizarla y alentarla, explica Mckinsey en un estudio al respecto, en el que determinó ocho elementos esenciales que tienen que implementar las empresas para subirse a la ola innovadora.

 

  

 

 

  

 

 

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