Fenómeno climático
La Niña podría durar hasta el 2023
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el aire cálido y húmedo se eleve, forme nubes y se
produzcan lluvias intensas.
A pesar de que estas alteraciones afectan a todo el Pacífico,
Sudamérica se lleva la peor parte. En Perú y Ecuador el calor se
vuelve insoportable, y las continuadas lluvias pueden ocasionar
graves inundaciones. Al mismo tiempo, se originan devastadoras
sequías en Australia, el sur de África y Brasil.
El aumento de la temperatura en las costas sudamericanas disminuye
el nivel de nutrientes disponibles, dando lugar a la pérdida de
especies y afecta de manera negativa a la industria pesquera. Este
aumento de la temperatura del océano también eleva las
probabilidades de tifones en el océano Pacífico, a la vez que reduce
las posibilidades de su formación en el Océano Atlántico.
Durante el fenómeno de La Niña ocurre todo lo contrario. Los vientos
alisios se fortalecen y las anomalías en la temperatura de las aguas
superficiales del mar son esencialmente opuestas a las observadas
durante El Niño, con aguas superficiales del mar más frías de lo
normal en el Pacífico tropical oriental y más calientes sobre el
Pacífico tropical occidental.
En consecuencia, la atmósfera se enfría por el contacto con las
frías aguas superficiales del océano, por ello, el agua no se
evapora y el aire no se eleva, así que el nivel de lluvias y
tormentas disminuye de forma anómala en Perú y Ecuador, mientras que
Australia e Indonesia experimentan más humedad de lo normal en el
ambiente.
Las temperaturas inusualmente frías afectan positivamente al sector
pesquero sudamericano, mientras pone en riesgo al Atlántico Norte
por el aumento de huracanes durante la temporada.
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El fenómeno tiene grandes repercusiones en el clima de todo el
mundo, opuestas al fenómeno de El Niño.
La ONU advirtió este viernes que el fenómeno climático La Niña, que
afecta a las temperaturas globales y agudiza sequías e inundaciones,
continuará probablemente durante meses e incluso hasta 2023.
La Niña, que se produce en periodos de entre dos y siete años,
provoca el enfriamiento a gran escala de las temperaturas
superficiales en la zona ecuatorial centro y este del océano
Pacífico.
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM) de la ONU hay un
70% de posibilidades de que La Niña, que empezó en septiembre de
2020, continúe al menos hasta agosto.
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"Algunas predicciones a largo plazo sugieren incluso que podría
persistir hasta 2023", indicó la OMM en un comunicado.
El fenómeno tiene grandes repercusiones en el clima de todo el
mundo, opuestas al fenómeno de El Niño, que tiene efectos de
calentamiento en las temperaturas globales.
Las sequías que afectan al Cuerno de África y a Sudamérica "llevan
el sello de La Niña", dijo la OMM.
La organización también cree que las precipitaciones por encima de
la media en el sudeste asiático y Australia podrían estar
relacionadas con el fenómeno, al igual que las
predicciones de una temporada de huracanes más intensa en el
Atlántico.
Durante El Niño, los vientos alisios del Pacífico
tropical se debilitan, dando lugar a un calentamiento, de hasta 12
grados más de lo normal, en la parte central y oriental del Océano
Pacífico. Como la superficie del agua es más caliente de lo normal,
la atmósfera también se calienta, hecho que provoca que
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