Sensación general de bienestar
Es importante que la actividad física forme parte de la vida de los niños,
adultos y personas mayores. El ejercicio no tiene que ser enérgico: puedes
encontrar formas para mantenerte activo que se adapten a tu rutina diaria, como
por ejemplo, caminar. Si nunca hiciste ejercicio o hace tiempo que no lo haces,
es fácil comenzar. La actividad física es esencial para mantener un peso
corporal saludable e incluso es beneficiosa durante el embarazo. Sin embargo,
asegúrate de tomar medidas para mantenerte libre de lesiones y recuerda que la
nutrición y la hidratación también juegan un papel importante. Ingerir los
nutrientes correctos proporciona el combustible que necesitas para hacer
ejercicio y beber líquidos ayuda a evitar la deshidratación.
Mantenerse físicamente activo puede ayudar a prevenir enfermedades graves. A
continuación se describen algunos beneficios de hacer ejercicio para la salud.
Salud del corazón
El ejercicio puede reducir el riesgo de cardiopatías y accidentes
cerebrovasculares. Las personas inactivas corren casi el doble de riesgo de
morir de una cardiopatía en comparación con las personas que son activas. Por
eso, si no haces nada de ejercicio, realizar un poco más de actividad física
(por ejemplo, caminar todos los días) puede ayudar a reducir tu riesgo de
padecer estas afecciones.
Comenzar a hacer ejercicio también puede ayudar a reducir la presión arterial
elevada (hipertensión). La presión arterial elevada es común. Si tienes presión
arterial elevada, tienes más probabilidades de tener un accidente
cerebrovascular o un ataque cardíaco. El ejercicio puede ayudar a prevenir la
presión arterial elevada y a reducirla si tu presión ya está demasiado elevada.
Hacer ejercicio puede ayudar a mejorar el equilibrio de tu colesterol. Existen
dos tipos de colesterol: el colesterol de lipoproteínas de baja densidad (o LDL,
por sus siglas en inglés) y el colesterol de lipoproteínas de alta densidad (o
HDL, por sus siglas en inglés). El colesterol LDL a veces recibe el nombre
de colesterol ‘malo’, mientras que el colesterol HDL
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recibe el nombre de colesterol ‘bueno’. Los niveles elevados
de LDL y los niveles bajos de HDL aumentan tu riesgo de cardiopatía. Los
estudios muestran que hacer ejercicio con regularidad, como por ejemplo, caminar
a paso ligero o correr, está asociado con niveles más elevados de colesterol HDL.
Huesos y articulaciones
Es más probable que padezcas de lumbalgia (dolor en la parte baja de la espalda)
si no haces nada de ejercicio. Ocho de cada 10 personas padecen de lumbalgia en
algún momento de sus vidas, pero las personas que hacen ejercicio tienen menos
probabilidades de padecerla. Si padeces de lumbalgia, el ejercicio puede ayudar
a aliviar el dolor.
Realizar ejercicio moderado ayuda a prevenir lumbalgias y reduce el dolor
causado por la osteoartritis.
Las actividades moderadas realizadas con regularidad, como caminar, nadar y
montar bicicleta, pueden ayudar a tratar y reducir el dolor causado por la
osteoartritis. Esta es la forma más común de artritis y afecta a alrededor de
ocho de cada 10 personas mayores de 50 años. La realización de estas actividades
moderadas también puede prevenir y retrasar el progreso de la osteoartritis.
La actividad física puede aumentar la densidad mineral ósea en los niños y
ayudar a mantener la fortaleza ósea en los adolescentes. También retrasa la
degeneración ósea en la vida adulta. Esto puede ayudar a prevenir la
osteoporosis: cuando tus huesos se vuelven frágiles y más propensos a
fracturarse. El ejercicio de alto impacto, como correr o saltar, hace que los
huesos soporten peso y aumenta la densidad ósea en las personas más jóvenes.
Elige ejercicios de bajo impacto, de soporte de peso, como caminatas lentas o
nadar, si ya tienes osteoporosis.
Enfermedades crónicas
Es menos probable que desarrolles ciertos tipos de cáncer si te mantienes
físicamente activo. El
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ejercicio protege contra el
cáncer de colon y contra el cáncer de mamas en las mujeres que han llegado a la
menopausia. Algunos estudios sugieren que la actividad física puede también
ayudar a prevenir el cáncer de pulmón y el cáncer de endometrio.
Hacer ejercicio protege contra el cáncer de colon y de mama, además de prevenir
la diabetes.
Realizar actividad física puede ayudar a controlar y prevenir la diabetes.
Mantenerte activo puede ayudar a reducir tu riesgo de desarrollar diabetes tipo
2. Hacer ejercicio es especialmente importante si corres mayor riesgo de
desarrollar diabetes tipo 2, por ejemplo, si tienes sobrepeso, presión arterial
elevada o un familiar cercano con la enfermedad.
El ejercicio es también bueno si ya tienes diabetes: la actividad física en
forma regular puede ayudar a controlar los niveles de azúcar en la sangre y
prevenir las complicaciones a largo plazo.
Beneficios psicológicos
El ejercicio puede ayudar a prevenir y tratar las enfermedades mentales. Algunos
estudios sugieren que realizar actividad física con regularidad es tan efectivo
para el tratamiento de la depresión como las terapias de conversación o los
medicamentos, pero con menos efectos secundarios que los medicamentos. El
ejercicio también podría resultar beneficioso si tienes trastornos relacionados
con la ansiedad, como fobias, ataques de pánico o estrés.
El ejercicio regular ayuda a tratar la depresión y la ansiedad; reduce el nivel
de estrés y ayuda a dormir mejor.
Es probable que te sientas más feliz, más satisfecho con la vida y que mejore tu
sensación de bienestar si eres físicamente activo. Incorpora el ejercicio
regular a tu rutina y seguramente duermas mejor, reduzcas tus niveles de estrés
y mejore tu imagen de ti mismo. Es posible que el ejercicio pueda mejorar la
función cerebral en niños y en adultos mayores.
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