Pereira, Colombia - Edición: 12.935-515

Martes 14 de Junio de 2022

 

MEDIO AMBIENTE

 

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El Reconciliación política Socio-Económica una prioridad

 


Por: Iván Roberto Pulido


Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, con idéntica protección, trato de las autoridades, goce de derechos, libertades y oportunidades, sin discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica, en consideración especial los derechos fundamentales del bien común y la paz para vivir en sociedad, garantizados por la justicia del estado para su desarrollo y ejecución, artículo 1º de la Constitución Política Colombiana.


Infortunadamente, la falta de resolución judicial dificulta la protección, situación que compromete a quien resulte elegido para el periodo 2.022 - 2.026, a promover reformas equilibradas a la salvaguarda de víctimas y victimarios, con políticas y herramientas de estado que prioricen los derechos fundamentales como mecanismos definitivos, para mantener la paz.


Situación de desprotección aumentada al no haber sido justa, la decisión del Gobierno Santos en someter a consulta popular la decisión de un no, a los acuerdos de paz logrados tras largas jornadas de trabajo, factor originador de una confusa polarización, que hoy transcurridos seis años, solo ha producido incremento de cultivos ilícitos, inseguridad, violencia y guerra, materias ampliamente debatidas y resueltas en los acuerdos.


Problemática agudizada además por la improductividad agraria y desempleo resultado de los TLC desde 1.990, origen de tantas revueltas estimuladas por las juventudes que no avizoran proyectos estatales para su futuro, ni mejoras del sistema de salud, educación, empleo, ni freno a los cotidianos genocidios contra las comunidades campesinas, lideres sociales e indígenas, todas situaciones encontradas, que confluyen en la esperanza ciudadana por la resolución de los derechos fundamentales ciudadanos, nunca tenidos en cuenta para un avance conciliatorio requerido.


Ante lo relacionado, es de urgente mediación para el próximo gobierno la reconciliación de todos los colombianos, única vía posible para la resolución de intereses y diferencias, con amigables acuerdos, que concluyan en el trabajo conjunto requerido para la reactivación económica y progreso ciudadano.


En el caso colombiano, un buen inicio para la reconciliación, la urgente reanudación de los diálogos sin rencores, ni odios, con víctimas, campesinos, guerrillas de izquierda, grupos paramilitares de derecha y un estado conciliador que ronde en la comprensión del perdón, ligado a justicia equilibrada que de tránsito a la paz.


Y tras el mismo fin en reflexión profunda y empeño, las dos corrientes políticas actuales en campaña den ejemplo de conciliación, con soluciones a las controversias y orientación coherente a pensar en grande por el beneficio comunitario; en comprensión a las pautas del pueblo por restitución de la productividad, respeto, cero insultos, no ofensas, no violencia, acato, resciliación, ética, licitud, honorabilidad y buen manejo del erario público, triunfe el que triunfe, su ejecución en beneficio del PRIMERO COLOMBIA; todos los estados desarrollados del mundo lo hicieron, porque nosotros, no?.


Proceso de urgente resolución cuyos resultados conllevaran al contundente rechazo a la violencia, respeto por los derechos a la vida y la paz, tras mucha capacidad de escucha, reconocimiento de errores, garantía estatal a la protección de los derechos a la protesta social pacífica y a cero excesos de sus fuerzas de seguridad.


Donde la democracia, entendimiento, empleo, justicia social, soberanía sean el clamor y el compromiso estatal trascienda en hechos, compromisos y gestos de paz que mitiguen el
 

 

 

 

conflicto, motiven a todos los interesados, actores sociales, económicos, insurgentes, políticos, académicos, técnicos, sociedad en general, orientando sus diversas ideologías hacia la conciliación y paz.

 


ASOCIACIÓN DE INGENIEROS AGRÓNOMOS AMANTES DEL CAMPO

 

 

 

 

“My President”

 

 


Edgar Hernán Cabezas
 

Cuando se vota para elegir al presidente de Colombia se vota por elegir al ciudadano que representa el símbolo de la unidad nacional y, a su vez, se le otorga el poder de ser el jefe de Estado, jefe de Gobierno y jefe de la administración pública. El presidente tiene que conocer y someterse a la Constitución que es la ley superior a todas las leyes, por eso tiene que ser un estadista, lo que significa que debe estar versado sobre los siguientes títulos constitucionales: los principios fundamentales; los derechos, las garantías y los deberes; de los habitantes y del territorio; de la participación democrática de los partidos políticos; de la organización del Estado; de la rama legislativa; de la rama ejecutiva; de la rama judicial; de las elecciones y de la organización electoral; de los organismos de control; de la organización territorial; del régimen económico y de la hacienda pública: y, de la reforma de la Constitución y sus disposiciones transitorias. Quien no sepa de todo esto no puede ser presidente, porque la ignorancia no exime de responsabilidad.


Siendo el castellano el idioma oficial de Colombia, el Presidente tiene que ser una persona impecable con el lenguaje verbal y corporal. Debe abstenerse del uso de palabras que ofenden y degradan la condición humana y de amenazas de muerte contra la vida de sus opositores. Además de aparentar ser honesto en público, también ha de serlo en privado manifestando en sus actuaciones serenidad, templanza y paciencia para saber coordinar en su condición de jefe de gobierno y en representación de la rama del poder ejecutivo la política de complementariedad y subsidiaridad democrática con las otras dos ramas del poder público: la legislativa y la judicial.


Gustavo Petro en la actualidad reúne las condiciones de carácter, criterio y sabiduría indispensables que se requieren para ser presidente de Colombia porque él es un estadista que conoce perfectamente el Estado. Su formación profesional incluye entre otras, la especialización en hacienda pública cuya prioridad es la inversión y la productividad del capital en el gasto social y ambiental requeridos para la igualdad y equidad con plenas garantías de libertad, autonomía política y territorial, autosuficiencia alimentaria. Es él quien mejor sabe cómo implementar la política de transición energética. Gustavo Petro no pertenece a la empresa privada de Colombia que asaltó y ahora tiene secuestrado al Estado en su propio beneficio.


Para la ciudadanía que reiteradamente dice estar arrepentida por haber votado por corruptos e ineficientes gobernantes, Gustavo Petro es la alternativa y la solución a la frustración de elegir siempre a los mismos criminales con sus mismas costumbres corruptas. Gustavo Petro está formado en ciencias económicas, es un líder de las causas sociales y ambientales, garantista de los derechos de las diversidades de género, etnia y cultura. Es una persona educada, de buenas palabras, sabe oír y gobernar con justicia y equidad.


Rodolfo Hernández no tiene los méritos para ser Presidente. No es un hombre de humano corazón. Es un auto-proclamado estafador. Es un sinvergüenza que defiende sus actos de corrupción con vehemencia. Un incumplido, un mentiroso, un tramposo que engaña en lo público y en lo privado. Y eso lo dice él respecto de sí mismo ya que su contumaz ignorancia le ha permitido corromperse de pensamiento, palabra y obra. De público conocimiento es que hasta la fiscalía le imputa cargos por corrupción, que es un delito penal.

 

 

COLOMBIA EL PAÍS DEL ODIO!

 

 

 

Por: Iván R. Contreras C

 

Si, un país polarizado por el odio, un país al que ya no le importa su futuro, el futuro de sus hijos, de sus indios, de sus negros, de sus mestizos, el de sus mujeres, un pais que se refleja el la forma de hablar, de pensar y de enriquecerse de un candidato llamado Rodolfo Hernández, el candidato de la extrema derecha que comanda un advenedizo que surcó al país con odio y corrupción, apoyado por los grupos paramilitares que el atinó a llamar convivir.

Es lamentable, es muy triste escuchar a gente que tiene academia, un título universitario, desprendidos por todos los aspectos del amor patrio, del amor a sus coterráneos y pedir a gritos que gane la presidencia cualquiera menos Petro, sentí miedo, sentí vergüenza ajena y hasta fastidio por esos jóvenes, no podía creerlo y no puedo aún, porque hablaba el odio, el rencor y no la esperanza que sentimos muchos de querer algo distinto para el futuro inmediato del país.

Ya lo dije en mi columna anterior, se perdieron las expectativas, se perdió la razón, se perdió la moral, se conjugó en el territorio patrio la ambigüedad, el desprecio por las instituciones, se destruyó el estado de derecho y con él el sentido de fraternidad y respeto.

Solo tenemos una oportunidad de recuperar todo lo que parece mancillado, lo que parece perdido y hasta irreversible, esa oportunidad es la de poder determinar de una vez por todas a través de la democracia, a través del voto, la certeza de poder decir que es lo que queremos y a quien en el poder, sin mentiras, sin manipulación de la información, sin los agravantes que nos han mantenido por años la clase política corrupta y que cada día demuestra más su odio por el país y sus gentes, podemos borrarlos o por lo menos empezar a hacerlo, pero tendrá que ser masiva la participación de los colombianos en las urnas, porque ellos tienen el poder para contaminar el Software de la registraduría y modificar los resultados.

El país ya sabe que el adalid de la corrupción, el viejito energúmeno y mitómano, si está imputado por corrupción, se ha metido hasta con la Virgen, violentando la fe de los católicos que ven en ella a la madre de Jesús, se ha metido con los pobres de los que se burla y dice que es la mejor manera de enriquecerse, tiene una empresa que presta dineros sin control del estado y sin contar la evasión de impuestos con empresas en paraísos fiscales, le ha faltado el respeto a las mujeres es decir es misógino, se puso en duda lo del secuestro y muerte de su hija y todo lo que dice y hace este santandereano es mentiroso o falso y para completar se limita el rabo con las leyes.

Es por eso que los colombianos tenemos que sacar de un solo tiro a todos esos corruptos que hoy ya están rodeando a ese señor y que hacen parte del aparato mafioso, corrupto y desprestigiado que nos gobierna hace 212 años que tenemos de vida republicana y cómo diría mi padre, han vulnerado en todos y cada uno de sus derechos a la población, al pueblo y aún salen a la palestra pública a decir que son el cambio y la redención, cuando tienen sus manos teñidas de sangre y sus cuentas bancarias repletas del erario, repletas de corrupción y llenas de la esperanza que le arrebataron a los colombianos.

La oportunidad la tenemos el próximo 19 donde podremos decirles que no los queremos más y que no los odiamos, pero que es hora de que trabajen y vayan a prisión los que desde hace tiempo deben estar allá.

     

 

 

 

 

 

  

 

 

  

 

 

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