EDITORIAL
Que
no nos sigan sacando plata con los peajes
Con extrema preocupación seguimos viendo los colombianos que en este
segundo semestre del 2.022 continúan aumentando los precios de los
peajes en todo el territorio nacional.
Además de este inconformismo por el alto precio de los peajes se
suman otras preocupaciones como por ejemplo el hecho que actualmente
en varios lugares de la costa atlántica y el sur del país se están
construyendo más peajes entre municipios cercanos que realmente son
innecesarios.
Para no ir muy lejos el peaje entre Pereira y Cartago es totalmente
innecesario y son muchas las quejas de personas que viven en Pereira
y trabajan en Cartago y todos los días se ven en la obligación de
pagar hasta más de $20.000 de ida y regreso en peajes, un costo que
es realmente alto.
En realidad, la plata que los colombianos pagamos al Estado es
demasiado alta, se trata de una millonada que supuestamente es
recaudada por el Gobierno Nacional para mejorar las vías y los
programas de movilidad.
Sin embargo, la realidad es muy diferente, cada día vemos que
durante años no se le ha dado ningún tipo de solución a las vías
terciarias del país que en vez de mejorarlas se encuentran en un
deterioro constante, obstaculizando así, el tránsito de los
campesinos e impidiendo por ende el progreso de la zona rural del
país.
Ahora bien, la pregunta del millón de la que no tenemos la certeza
es ¿A dónde va a parar todo ese dinero que se recaudan en los peajes,
teniendo en cuenta que es evidente que no existe una mejoría
progresiva en la reparación y mantenimiento de las vías del país?.
Lo más triste es que no existe un mecanismo de control acertado para
que los colombianos tengamos la certeza que ese dinero no se está
perdiendo y que está siendo bien invertido. Deben existir entonces
mecanismos más apropiados y transparentes para que el ciudadano de a
pie cuente con las herramientas idóneas para hacer este control.
Otra situación que preocupa es que la mayoría de los colombianos
alguna vez nos hemos hecho esta pregunta. ¿Se está invirtiendo bien
este dinero recaudado en los peajes?, pero la verdad es que pocas
personas se han interesado en averiguar la transparencia de estos
recursos.
Como realmente nadie se interesa en realizar estos controles
políticos de manera eficiente, simplemente esta situación abre la
puerta para que la corrupción en nuestro país siga a la orden del
día y los colombianos no tengamos claro la manera como se
distribuyen estos recursos de impuestos que todos pagamos de nuestro
bolsillo.
Los colombianos tenemos derecho a reclamar porque todos pagamos
impuesto, incluso las personas más vulnerables al pagar un chicle o
un pan están pagando impuestos, así como la persona con vehículo que
se ve en la obligación de pagar peaje para pasar de un municipio a
otro.
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Estamos
luchando por un mejor país o somos opositores
Por: Zahur Klemath
Zapata
zkz@zahurk.com
No sé si las bases que se comenzaron a colocar hace 212 años
fueron las correctas o simplemente fue un grito desesperado en medio de la
turbulencia imaginaria. Todas estas décadas de lucha, asesinatos, desmembración
de la gran nación, intrigas y saqueo en la estamos viviendo.
¿Para dónde vamos ahora?
No veo un derrotero claro al igual que no se vio el 20 de julio de 1810 con el
florero de Llorente. La improvisación ha sido parte de la historia, al igual que
decir que “en el camino arreglamos las
cargas”.
Lo que viene hacia el futuro es un programa que se presentó previa a las
elecciones bajo una ideología que ya está superada y que en la actualidad
vivimos en plena era tecnológica. Las necesidades actuales de sobre
vivencia son diferentes de décadas atrás. Trabajar ahora no es igual que
hace 212 años porque no existían las empresas
actuales, las corporaciones y el sistema bancario más
las comunicaciones.
La sociedad hoy en día está más informada y con habilidades que antes se
desconocían. Pero a su vez hay más ignorancia, precisamente porque los medios de
comunicación distorsionan la realidad por intereses económicos o envidias.
Hoy solo celebramos un día más de la colcha de retazos de lo que quedó.
Al igual que en el pasado, sin una unidad nacional de personajes
juntos a programar un estado que permita crecer con todo el bienestar para la
sociedad.
Hay una lucha interna, igual que siempre. Todos piensan a nivel personal y su
objetivo es alcanzar a ser presidente, senador, representante, gobernador o
alcalde para así sentir que son alguien en la historia, si es que lo piensan.
Pero no actúan como si fueran una unidad de ciudadanos que buscan hacer grande
la patria para que esa bandera enarbole en los vientos y todos quieran ser de
esa nación.
No, hay vergüenza cuando están por fuera del país porque presumen de ser
señalados y rechazados porque eso han hecho los
gobernantes para controlar el pensamiento de los ciudadanos. Esto no es bueno, a
pesar de que todos estamos orgullosos de nuestras raíces.
Al final la verdad solo la tiene cada uno
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BALCANIZACIÓN, COCA Y ORO
Crónica de Gardeazábal #456
Gustavo Alvarez Gardeazábal
Audio: https://www.spreaker.com/episode/50655934
Balcanización es un término geopolítico peyorativo usado
originalmente para describir el proceso de fragmentación o división
de una región o estado en partes u otros estados más pequeños y
étnicamente homogéneos. A ella se ha acudido en la historia muchas
veces y tiene distintos niveles.
Por estos días en Colombia la señora vicepresidente electa ha
propuesto la posibilidad de conformar el departamento del Pacifico,
uniendo en un solo ente administrativo y burocrático, la zona
comprendida entre la cordillera occidental y el mar Pacifico, desde
Acandí en el golfo de Urabá hasta el rio Mira en Tumaco.
La idea no es tan descabellada. No es fruto solamente de la
identidad racial de la gran mayoría de los habitantes de esa zona,
ni de la ya sabida protesta eterna del abandono conque esa región ha
sido vista por Bogotá, Cali, Popayán y Pasto. Es fruto, como nos
enseña la historia en otros casos de balcanización, de un fenómeno
económico que monopoliza las entradas de los flujos de capital.
No es ni el puerto de Buenaventura ni el oro legalmente exportado lo
que nutre el afán de independizarse. Es el narcotráfico y la minería
ilegal, que abastece los apetitos de casi todos quienes viven allí.
Y no es una discriminación ni un insulto. Con las cifras que reveló
mi antiguo compañero de la FEUV, el exministro Camilo González, el
narcotráfico según los gringos no solo tiene 234 mil hectáreas
sembradas de coca, sino que su producción, por modernización y
eficiencia, se ha aumentado en un 30% durante el gobierno del señor
Duque que está por terminar.
Y todos sabemos por esos datos gringos que la producción se ha ido
concentrando mayúsculamente en la Costa Pacífica, a más del
Catatumbo, el Orinoco y el bajo Magdalena donde se cultiva hace rato.
En tales condiciones pensar como lo hace Francia Márquez en crear un
departamento homogéneo en la raza de sus habitantes y focalizado en
la productividad del oro y la coca, no es arrebatarle Buenaventura
al Valle, es entronizar a ese puerto de mar como la capital de una
región que terminará en un futuro no muy lejano apelando a la
balcanización total porque ni los blancos ni los del interior fuimos
capaces de entenderla y de darle el trato integral que cualquier
nación brinda para todas sus regiones, sus vertientes humanas y
entes geográficos.
El Porce, 20 de julio del 2022
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