Fundado el 9 julio de 1948

Por Rafael Cano Giraldo -1948-1981

Publisher: Zahur K. Zapata - 1981 –

 

 

 

Las opiniones expresadas por los columnista son de su exclusiva responsabilidad y no comprometen el pensamiento de El Imparcial

 
 

Pereira, Colombia - Edición: 12.958-538

Fecha: Sábado 06 de agosto de 2022

 

EDITORIAL

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EDITORIAL

 

 

A propósito del Día Internacional del Periodista

 

El pasado 4 de agosto se celebró el Día Internacional del periodista, una fecha que se celebra en casi todos los países del mundo y una fecha en la que muchas personas aprovechan para referirse a la libertad de expresión que debe de primar como un derecho fundamental en el ejercicio periodístico.

La libertad de expresión es un derecho vital que todos los medios de comunicación debemos de disfrutar independientemente de nuestras publicaciones, ideologías o posturas críticas y políticas que manejemos en estos medios sin importar que sean de índole nacional, regional o internacional y sin interesar tampoco el Gobierno de turno del territorio en el que nos encontremos.

Con respecto a esta fecha, desde el periódico El Imparcial no realizaremos un amplio despliegue de la libertad de expresión de la prensa, ya que también es muy válido referirse en el marco de esta celebración que nos compete a una reflexión que debemos de realizar y que tiene que ver acerca de la manera como algunos periodistas están ejerciendo esta profesión.

Se debe empezar diciendo que muchas personas bajo el escudo de periodista se encargan de dañar el prestigio del gremio, teniendo en cuenta que se valen de este oficio para sacar provecho económico para como se dice popularmente “lagartear” a los políticos para conseguir dinero.

Ha surgido en estos últimos años, un fenómeno en el quehacer periodístico que muchos conocen como “Los extorsionistas de la información”, haciendo alusión a aquellas personas que ´literalmente´ son extorsionistas de cuello blanco y que chantajean a personas para que le den pautas publicitarias a cambio de no hablar mal de estos mismos.


También se debe reflexionar acerca del trabajo que realizan otros periodistas que le hacen daño al país y que generalmente están contratados por grandes medios nacionales por compartir una determinada ideología, periodistas que pierden la imparcialidad por conservar su buena remuneración y se dedican a través de la información a crear cizaña.

Lamentablemente esta es una realidad que no solo ocurre a nivel nacional, sino internacional y que le hace mucho daño a una población determinada porque les crea una realidad que no existe y estos periodistas se convierten en cómplices de la corrupción y maldad, porque omiten información verdadera y trasmiten en muchos casos información que no corresponde.

Esta es una realidad que no podemos cambiar, sin embargo, queremos dejar en claro que se trata de una problemática que lamentablemente está ocurriendo y no se puede desconocer porque el objetivo es revelar este tipo de información para mejorar, dejando muy en claro que la mayoría de los periodistas contribuimos a la creación de una mejor sociedad.

  

   

 

El contralor no es un Polimano(1)él es un servidor de los políticos

 

 

Por Zahur Klemath Zapata
zkz@zahurk.com

 

Un Polimano(1) es la persona que vela por los intereses de la sociedad en un Estado Polimano, que es lo que se busca a través del voto en blanco. En las pasadas elecciones votaron en blanco más de 3 millones de personas. Esto es un llamado de atención al sistema burocrático y democrático.

  El Contralor general de la nación es el encargado de velar para que el estado funcione correctamente y los intereses del pueblo no se pierdan o se los roben quienes administran los bienes sociales. Esto no es lo que está sucediendo porque se ha convertido en una forma de delinquir con la autoridad que se ejerce en estas posiciones.

   La sociedad esta desamparada porque el Estado de por si es una monarquía administrada por intereses de los grupos políticos y sus asociados. Esto hace imposible que la sociedad tenga control en el manejo de sus bienes. Esos bienes no existen en la mente del pueblo porque no ha sido educado para tener conciencia de que el Estado es del pueblo y por ende todo lo que existe en los territorios nacionales es de la sociedad que los habitan y no de un grupo político o partido.

   En cada elección se eligen personas de grupos políticos y políticos como individuos apoyados por quienes esperan recibir a cambio de su voto una recompensa ya sea de trabajo o de ayuda a quienes lo apoyaron para que saliera elegido. Más nunca el pueblo ha estado representado por quienes han sido elegidos.

   Colombia esta presa desde su comienzo por bandas de políticos, y como se dice ahora por carteles de grupos políticos, porque podemos armar el cuadro hasta dejarlo bien definido de quienes son los que manejan la cosa política.

   Una nación genera un caudal invaluable de riqueza porque ella es generada por sus ciudadanos. Pero detrás de ellos hay personajes que se aprovechan de la buena fe del pueblo y aceptan ser saqueados en su productividad bajo impuestos que van a un erario y de allí desaparecen sin generar los beneficios por los cuales se han recaudado.

  La sociedad no es política, ella es una comunidad agrupada para construir a través de su esfuerzo y visión una nación donde unidos se sientan protegidos y seguros que pueden vivir sus vidas en plenitud y no bajo el crimen y saqueo.

  Un Polimano es quien es elegido por esta sociedad para que los proteja y vele por su bienestar y los bienes sociales y no sean dilapidados por gente inescrupulosa como son los políticos.

 

 

 

Crónica de Gardeazábal # 468

 

COTO A LA CORRUPCIÓN

 

MILITAR

 


Por: Gustavo Alvarez Gardeazábal


Audio: https://www.spreaker.com/episode/50823767

Leí con interés la columna del profesor Carlos Jiménez sobre la FFAA y el nuevo gobierno, así como las notas de comentarios al respecto de Ruiz y Ackerman. 

 

Interesantes aunque curiosas las tres. Si pensamos que los cuerpos armados constitucionalmente (ejército, policía, armada, aviación) representan al Estado, es a los administradores políticos de ese Estado a quienes corresponde analizar su estructura y luego de ello proceder, con acciones y determinaciones, a su puesta en realidad.

 

El hecho de que el desenvolvimiento de la historia de los últimos 60 años haya vuelto a esos cuerpos armados colombianos tales o cuales con ideología propia o prestada, y con actitudes copiadas de otros países, o surgidas del cacumen particular de una oficialidad que ha tenido que inventarse trucos, o buscar soluciones dentro o fuera de la Constitución para mantenerse en pie, no es lo importante.

 

Tampoco estamos frente al problema de un Trosky armando el rompecabezas del ejército rojo, teniendo el frente al ejército blanco y construyéndolo con antiguos saldos de las fuerzas del zar.

Nosotros tenemos en Colombia una oportunidad única de purgar la peste de la corrupción que ha invadido todas las fuerzas uniformadas y armadas constitucionalmente.

Mientras no se establezcan unos parámetros que conlleven por sí solos un adiestramiento cultural y otro punitivo para poner fin a la oleada de corrupción que penetra desde el simple soldado del batallón o el policía de la calle hasta las más altas oficialidades, que firman contratos bajo comisión y gozan de prebendas personales fácilmente identificables, no se puede empezar la batalla por la renovación de esos cuerpos armados.

 

No es un asunto de investigaciones exhaustivas o de controles internos o de auditorias externas. Es de enseñar desde los cuarteles de formación, desde las escuelas de cadetes o de policías a todos y cada de sus matriculados, la responsabilidad dañina que tiene de la corrupción en el detrimento de la imagen y el daño estructural de esas instituciones.

Si en los hogares donde los criaron y educaron a esos aspirantes a uniformados no les enseñaron que tantas actitudes pueden ser nominadas como parte de la corrupción, es en esas escuelas y batallones donde debe hacerse pero mañana es tarde. Aunque suene a pragmático, lo demás es superfluo.


El Porce, agosto 5 del 2022

    

 

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