Nueva constitución chilena, con pronóstico reservado
Chile se ha sumergido en un clima de incertidumbre y expectativas a
menos de un mes del llamado plebiscito de ‘salida’ donde se aprobará
o rechazará una Constitución con la que pretende marcar otro rumbo y
que fue elaborada durante un año por 154 convencionales electos en
votación popular y democrática.
La inédita Convención Constitucional entregó su propuesta el 4 de
julio con definiciones votadas por al menos dos tercios y que serán
aprobadas o rechazadas por el pueblo chileno el 4 de septiembre en
un plebiscito con voto obligatorio por primera vez desde el 2012.
Podrán votar 15 de los 19,5 millones de chilenos y expresar el
"apruebo" o "rechazo" al texto.
El arranque formal de la campaña para el plebiscito se produjo el
pasado jueves y en la televisión abierta comenzó a emitirse una
franja de 30 minutos diarios, donde tanto defensores como opositores
al texto constitucional pueden argumentar sus razones y
transmitirlas a los chilenos.
Los defensores de la propuesta constitucional aseguran que traza
caminos nuevos, atiende derechos sociales, incorpora a los pueblos
indígenas, da derechos a las mujeres, a las minorías sexuales y
respeta la naturaleza. A la vez indican que los que están en contra
es porque hay artículos que amenazan intereses de quienes controlan
el agua, las reservas mineras, las tierras en sureña región de la
Araucanía o las entidades de previsión social.
Aseguran que por ello provoca roces, polariza políticamente y va a
determinar el futuro de Chile y de su actual presidente, el
izquierdista Gabriel Boric.
Diamela Eltit, profesora de castellano, licenciada en literatura y
Premio Iberoamericano de letras José Donoso 2010, cree que esta
propuesta aborda el conjunto de temas que marcan y marcarán el curso
del siglo XXI para este país sudamericano.
"Es integral porque hasta ese texto concurren las extensas luchas
sociales tradicionales como son los derechos de salud, vivienda,
trabajo, educación, pero también la urgencia de preservar el
medioambiente y el cuidado por los animales", sostuvo.
Eltit piensa que la propuesta será aprobada, pero advierte que esa
aprobación "generará tensiones, se detonarán campos de fuerzas,
porque las elites se resistirán a su implementación, pero, en
definitiva, habrá un trazado inamovible para horadar las
desigualdades que tanto han dañado a millones de vidas".
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Por el contrario, el exconvencional Cristián Monckeberg,
expresidente del Partido Renovación Nacional, una confluencia de
fuerzas de derecha, criticó duramente la propuesta constitucional.
"Tenemos hoy un país dividido en torno a una propuesta que debería
haber sido más bien unitaria", asegura, al tiempo que destaca que
“se ha generado un país dividido pase lo que pase, y con
consecuencias complejas que van a necesitar fineza política para
poderlas administrar y buscar una solución".
Gane el rechazo o el apruebo, se requiere un presidente de la
República respetado por todos. Y el presidente Boric está cometiendo
un error garrafal al transformarse en jefe de campaña. Eso va a
complicar muchísimo su rol de jefe de Estado para que el día
siguiente, el 5 de septiembre, busque una solución de cualquier
tipo", argumentó.
Boric, en la presidencia desde marzo, respalda el apruebo, pero ha
reiterado que ambas opciones plebiscitarias son legítimas. Defiende
su rol protagónico argumentando que es su deber informar a los
ciudadanos para que voten con conocimientos.
Según Monckeberg, "se va a necesitar mucha destreza y agilidad para
construir escenarios de implementación en el caso del triunfo del
apruebo, porque no creo que se modifique nada si gana esta opción. Y
si gana el rechazo, será más posible construir una Constitución un
poquito más unitaria, más consensuada", comentó.
Conocer para decidir
Hay enormes expectativas. Desde semanas atrás, a diario centenares
de personas hacen filas para obtener un ejemplar gratuito de la
propuesta y muchos las utilizan para debatir con sus personas
cercanas y colegas.
La nutricionista Estefanía Pizarro, de 36 años, retiró su ejemplar
en una oficina de la División de Organizaciones Sociales, en
Villavicencio, en pleno centro de Santiago. Allí en siete días
repartieron 20 000 ejemplares. En todo el alargado territorio
chileno se entregarán unos 900 000 antes del plebiscito. "Hay que
decidir con más información porque el desconocimiento es
irresponsable. El vacío puede propagar informaciones falsas",
comentó Pizarro.
El dirigente social Andrés Orellana, de 47 años e integrante de la
Agrupación Cultural Monterrey, en Conchalí, en la periferia norte de
Santiago, recibió 30 ejemplares. "Vamos a debatir este domingo,
constitución en mano", detalló.
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Esta Constitución llega a un país enormemente desigual.
El economista Damián Vergara, postulante a doctor en la
estadounidense Universidad de Berkeley, encabezó una investigación
que va a servir de insumo para la reforma tributaria que impulsa
Boric.
Con datos del Servicio de Impuestos Internos corroboró la
desigualdad, durante un encuentro por teleconferencia. Tras analizar
a 99% de los contribuyentes, estableció que 0,01% de ellos, es decir
1300 chilenos, declaran percibir 1000 millones de pesos (1,11
millones de dólares) cada mes. El salario mensual mínimo en Chile
equivale a 444 dólares.
Si triunfa el apruebo regirán de inmediato los capítulos referidos a
principios, normas transitorias, quórum legislativos, organización
del legislativo Congreso y elección de autoridades regionales, pero
las normas de funcionamiento del Estado deberán esperar el trámite
de las leyes habilitantes.
La transición requerirá unas 60 nuevas leyes que demorarán al menos
tres años y requerirán acuerdos en un parlamento dividido hoy en
mitades entre oposición y gobierno.Si gana la opción rechazo,
seguirá rigiendo la Constitución de 1980, redactada por expertos
designados por la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990).
Cambios al texto, apoyo mayoritario
Hoy el debate se centra en las normas que habría que modificar para
mejorar la propuesta constitucional. Esto, porque las encuestas
indican que las opciones "rechazar para reformar" o "aprobar para
mejorar", aglutinan a casi 70% de opiniones favorables.
Carolina Tohá, exministra de la presidenta socialista Michelle
Bachelet (2006-2010 y 2014-2018) apoya el apruebo, pero cree que
todavía es tiempo de consensos. Propone un acuerdo político y
anticipar qué cambios se harán si la constitución es aprobada.
"Hay piso ciudadano y político para hacer reformas. El tipo de
ajustes requeridos tiene mayoría en el actual Congreso", aseveró.
Añadió que "quienes proponemos reformas para mejorar después del
apruebo, prometemos algo que vamos a poder cumplir. En contraste,
quienes proponen reformas si gana el rechazo, confían que la derecha
tendrá una especie de reconversión y querrá ahora cosas que nunca ha
querido".
Claudia Heiss, de la facultad de gobierno de la Universidad de
Chile, señala que si gana el apruebo "estaremos en vías de
solucionar los problemas que generaron el estallido social" de
octubre del 2019 con multitudinarias movilizaciones e incidentes y
que llevaron a que el entonces presidente Sebastián Piñera convocara
a un acuerdo de unidad nacional que abrió la puerta a la nueva
Constitución.
Según la docente, si triunfa el rechazo lo más probable es que
también haya algunas reformas porque el plebiscito nacional de
entrada al proceso constituyente, el 25 de octubre de 2020, respaldó
una nueva ley fundamental con un muy contundente 78 % a favor de
enterrar la constitución de Pinochet.
Muchos están leyendo la propuesta constitucional en un inédito
aprendizaje político. Pero es un texto complejo y por eso las redes
sociales son una fuente relevante de información que, según
expertos, superan el impacto de los medios tradicionales, y donde se
concentran las mayores falsedades sobre la propuesta.
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