¿PARA QUÉ DESBARATAR
TODO EL ROMPECABEZAS?
Por Álvaro Ramirez
Gonzalez
alragonz@yahoo.es
Nunca he hecho o completado un rompecabezas.
No me gusta; no tengo la paciencia que ese difícil juego necesita.
La abuela de mis hijos, ya fallecida, disfrutaba enormemente con los
rompecabezas.
Ese era su regalo predilecto.
Yo la veía semanas y meses enteros llena de esa paciencia que
envidio, armando paso a paso y ficha a ficha esos enormes
rompecabezas, hasta que los terminaba.
Pues yo veo a un país como un rompecabezas.
Pero como somos una sociedad viva y no unas fichas inertes, nunca se
termina de armar.
Nunca esta completo, pero una gran parte de él, esta ya terminado y
no hay que devolverse a quitarlo o cambiarlo.
Yo veo a mi país, como un rompecabezas que tiene mucho más de la
mitad ordenado u organizado, y la otra mitad en permanente proceso
de armarse de acuerdo a las dinámicas circunstancias sociales,
económicas, o políticas.
Y armar la mitad ya hecha de ese rompecabezas llamado país, ha
costado muchos años, mucho esfuerzo, muchas vidas.
¿Para qué perderlo?
¿Por qué no dedicar todos los esfuerzos en construir ese medio
rompecabezas-país que falta, en vez devolverse a desbaratar ese otro
medio rompecabezas que está ya terminado?
Pues esa es la equivocada actitud de este Gobierno Petro.
Andan empeñados en cambiar todo, lo bueno y lo malo, lo que funciona
y lo que no funciona.
¿No es más útil y más productivo, construir sobre lo construido?
Sacar beneficios políticos, sociales y económicos, de lo que ya
funciona bien, ¿desde los Gobiernos anteriores?
¿Qué sentido tiene desbaratarlo todo?
Implica, volver a armarlo todo, y ningún gobierno por fuerte o
eficaz que sea lo lograría antes de dos o tres o cuarto décadas,
quizás medio siglo.
¡Pero no en cuatro ańos!
Voltear patas arriba toda la política de hidrocarburos, de
minerales, de salud, de educación, de agricultura, de tierras, de
pensiones, de seguridad, de ambiente, de orden público, y de todo lo
demás, es sin duda un desacierto.
Una apuesta imposible de ganar.
¡Es desbaratar la mitad del rompecabezas que ya estaba armado y
listo!
¿Para qué?
¿Para dejar una impronta de socialismo del siglo XXI?
¿Para vivir sabroso?
¿Para acabar con la pobreza?
La línea del gobierno Petro, de romper todo, cambiar todo,
desbaratar todo, no muestra un buen pronóstico.
Muchas cosas en este país estában y están funcionando bien.
Hacerles ajustes, y mejoras es el camino.
Pero echar por la borda toda la exitosa política de hidrocarburos y
minerales que tanto ha costado construir y por fin son visibles sus
enormes dividendos es un capricho de Petro que el país no tiene como
reemplazar.
Suspender la exploración de gas natural que es él combustible de 40
millones de colombianos y exponer al país a tener que importarlo,
tres veces más caro, equivale a la ruina.
Voltear patas arriba toda la política de pensiones que por fin está
funcionando, con actores privados y el Estado es exponer a los
pensionados a la ruina.
Ya Argentina lo hizo y fracasó.
Tiene un sistema pensional arruinado.
Voltear patas arriba toda la política de salud pública del país, que
por fin está funcionando y tiene una cobertura del 96% es una
brutalidad.
No es expropiando tierras y repartiendo parcelas como se crece la
producción agrícola.
Son créditos baratos y no reembolsables, distritos de riego,
cooperativas especializadas, vías terciarias y agricultura por
contrato, los que harán más grande el sector agrícola.
No es matando la ganadería que tiene 550.000 propietarios como se
fomenta la agricultura.
No es negociando con todos los narcoterroristas como se obtiene la
“¡paz total!”
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¡Esas negociaciones mal cimentadas, llevarán a “¡la guerra total!”
Dejar de fumigar y perseguir la coca es tan grave, de cara al mundo
como en el orden público nacional.
Un país inundado de coca es sencillamente inmanejable.
Petro sin duda quiere acertar.
Pero voltear todo el rompecabezas patas arriba, no es el camino.
Perderá todos los beneficios de las cosas que ya funcionan bien.
Y no tendrá tiempo ni gobernabilidad para que esos ensayos
temerarios y peligrosos, funcionen.
Entregará un país mucho más desorganizado.
Un rompecabezas y un país todo desbaratado.
Y el pueblo más pobre y más desatendido por un Estado patas arriba,
¡producto de los ensayos de Petro!
¡EL SUEÑO AMERICANO!
Por: Iván R. Contreras C.
Todos los días hay miles de seres
humanos que quieren o pretenden pasar la frontera sur de EE.UU. o
norte de México, son hombres y mujeres en busca
de oportunidades y del dólar,
manera de poner fin a tantas angustias existenciales, tanto personales como
familiares, muchos también llegan con visa de turista y ahora les prometen
mínimo cinco años de permanencia si se entregan a las autoridades y piden asilo.
Pero en el intento quedan también muchos humanos de diferentes nacionalidades,
como los venezolanos Angie Madeleine Gutiérrez y José Gregorio Florez,
abandonados por los coyotes, personas sin escrúpulos y corazón asesino, que solo
les importa el dinero de los emigrantes y al menor riesgo, los abandonan a su
suerte, los venezolanos murieron ahogados al intentar su paso por el río Bravo
tratando de llegar a Estados Unidos.
El incremento reportado por autoridades mexicanas es impresionante en especial
desde países centroamericanos, pero se suman países de Latinoamérica. Ahora es
Facebook la plataforma que más utilizan los coyotes para atrapar a los
desesperados seres que a costa de lo que sea, buscan cambiar sus vidas, las
ofertas que reciben los emigrantes son innumerables por parte de los
traficantes, recordemos que hace poco murieron 53 seres humanos encerrados en un
camión en San Antonio (Texas) los traficantes podrían enfrentar la pena de
muerte.
Los coyotes han llegado a tal punto que le hacen creer a la gente que llegar a
EE.UU. es más fácil de lo que creían y por eso se arriesgan, los miles de
millones que este mercado deja anualmente, hace que los traficantes o coyotes,
se hayan sofisticado al punto de manejar las redes sociales en todas sus formas
para agarrar a los necesitados del mundo entero, porqué es de todo el planeta
que llegan los seres humanos y en todos hay los mismos riesgos y la información
que ofrecen es falsa, casi hacen creer a los emigrantes que van de tour.
Claudia Marcela Pineda, Juan Carlos Rivera y Jonathan Betancourt, tres
colombianos que murieron intentando pasar de manera ilegal, si por alguna razón
va alguien con sus hijas o compañera y es bonita, puede correr el riesgo de que
asesinen a sus acompañantes y dejan las chicas para trata de blancas, son muchos
los que logran pasar, pero también los que quedan en el camino y que su familia
jamás vuelve a saber nada de ellos, es espeluznante cada historia de muertes, de
violaciones y desapariciones, en solo el mes de marzo, las patrullas fronterizas
detuvieron a más de 15 mil colombianos que lograron pasar, una cifra sin
precedentes.
Desde octubre pasado se registraron más de 40 mil colombianos que les habían
ofrecido la posibilidad de asilo o estatus de refugiados, pero estas
posibilidades son muy remotas, por no decir que mentirosas, todos los días los
traficantes de personas ofrecen viajes por tierra, mar y aire, que muchos así
sea a costa de la vida, optan por tomar, la desesperación, la falta de
oportunidades y hasta el hambre los obligan a tomar decisiones tan drásticas y
no tan baratas como se imaginan, pues los precios van desde 800 a 3.000 dólares
y más.
El año pasado se supo de casi 700 casos de muertes de emigrantes, pero la suma
puede ser muchas más, a los que les siguen ofreciendo estatus de asilado o
refugiado, ya no los están dejando entrar al país, los gringos tomaron la
decisión de llevar sus casos desde afuera y los regresan o se quedan en México,
los que lograron entrar,
les colocan un brazalete o les dan un celular para
que se reporten a las
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autoridades o de lo contrario los buscarán y
deportaran, ellos, los que lograron llegar, no podrán casarse, o legalizar su
estatus, si no hay un fallo judicial a su favor.
El viaje con gastos desde Colombia, puede llegar a costar alrededor de 8.000
dólares, que incluye un plan turístico por México, la fachada perfecta, se
calcula que solo uno de cada cinco emigrantes logra burlar las
autoridades, los demás son detenidos y deportados, no sin antes estar algunos
meses en prisión, que desde octubre hayan querido pasar ilegalmente a EE.UU. más de 40 mil
connacionales, es una muestra más que los colombianos no quieren nada regalado y
que al contrario, lo que buscan es oportunidades, trabajo para solventar la vida
de sus familias, el estudio de sus hijos o una casa para sus seres amados.
Por eso cuando escucho a los cínicos corruptos politiqueros decir que los
colombianos quieren todo regalado, me da rabia y angustia por mis compatriotas,
porque es definitivamente la falta de oportunidades la que los obliga a que
arrienden sus vidas, mientras ellos se abudinean el erario y todos los bienes y
servicios, que los privatizan y no los revenden mucho más caros. Gracias al
universo que más de la mitad de los colombianos votaron por el cambio, votaron
contra la corrupción y eso les está doliendo y les va a costar trabajo
asimilarlo, pues se creían los dueños de Colombia.
Ahora a esperar que a Gustavo Petro le salgan las cosas bien, por el país y sus
gentes, por los jóvenes, por los niños y hasta por los ancianos, lo que ha
logrado en estos días, apunta a que vamos montados en el tren que es.
DE LOS AVATARES QUE FORJAN NACIÓN
Por: Guillermo Navarrete Hernández
Desde la óptica del Estado ideal, cual es el modelo europeo o
norteamericano, expertos en la materia consideran cuatro los
elementos constitutivos del Estado: el territorio, la población, el
gobierno y la soberanía (Jellinek, 1999).
Aunque resulta complejo el entender cada uno de estos, más cuando se
pueden interpretar conforme a la postura ideológica de la que se
tenga convicción, hay uno en el que es importante detenerse por
cuanto tiene que ver con las interacciones necesarias para la
supervivencia y, en ese marco, para la reproducción de las especies,
fundamentalmente la humana, y de los medios que la pueden hacer
posible: la población, concepto que hace referencia a aquel grupo
humano el cual ocupa un territorio (Ibid.).
El mentado autor, plantea a su vez que el pueblo posee determinadas
características culturales que lo identifican y que le permiten
procurar Nación. En tal contexto, esta se construye sobre valores
que se adquieren con el paso del tiempo en razón del relacionamiento
dado por el compartir un territorio y una forma de vida.
Fernán González (2014) al citar varios autores, observa que los
conflictos, más específicamente las guerras entre naciones, jugaron
un papel primordial en la configuración de los estados democráticos
europeos, mientras que las guerras internas son la expresión de la
fragmentación de las élites, la escasa integración entre los
territorios y de la inexistencia de un mercado nacional que los
articule.
En ese juego del forjar identidades, llama la atención el devenir
judío como pueblo, el cual ha tenido que debatirse entre promesas de
una tierra, éxodos, invasiones, tiempos de esclavitud, diásporas,
pogromos y restitución, esta última especialmente a partir de 1948
cuando Ben-Gurión, después de una corta confrontación contra algunas
naciones árabes, declaró la independencia de Israel, avalada por la
Organización de las Naciones Unidas.
Esa condición de pueblo es lo que le ha permitido constituirse como
Nación, gracias a los ritos ordenados por Dios y de que fueran
transmitidos de generación en generación, a los que Primo Leví
atribuye una parte de la explicación del odio de los Nazis en contra
de ellos, sumado al fenómeno de “la aversión contra quien es
diferente de uno”.
El caso colombiano es bien diferente. La invasión de un imperio que
se dedicó a asesinar, saquear y destruir la identidad de las
naciones ya existentes, de utilizar la religión como un instrumento
para tales propósitos, así como la historia erradamente contada en
los claustros escolares al presentar como héroes a dichos villanos.
De la guerra de independencia es importante señalar que 32 años
después, en el gobierno de José Hilario López, fuera prohibida la
esclavitud. Además, las nueve guerras civiles acaecidas durante el
siglo XIX y que culminó con una de las más cruentas, la de los Mil
Días; los redivivos ciclos de violencia del siglo XX extendidos al
presente, matizados por fenómenos como el narcotráfico, la
corrupción y de poderes políticos regionales en alianza con estos,
el desplazamiento, el despojo sistemático de campesinos, afros y
pueblos ancestrales, la multidiversidad de su territorio y de sus
etnias, de cierta manera han impedido el forjar esa identidad.
Sin embargo, todo indica que una nueva narrativa se abre paso a
partir del acuerdo con las extintas Farc, el viraje de la idea de
gobernar y un movimiento social que está dispuesto a evitar que se
sigan imponiendo lógicas del pasado en el que algunos sectores se
anclan y la publicación de la memoria sobre el reciente conflicto,
determinarán esa senda inmutable de Nación.
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