Fundado el 9 julio de 1948

Por Rafael Cano Giraldo -1948-1981

Publisher: Zahur K. Zapata - 1981 –

 

 

 

Las opiniones expresadas por los columnista son de su exclusiva responsabilidad y no comprometen el pensamiento de El Imparcial

 
 

Pereira, Colombia - Edición: 12.980-560

Fecha: Martes 27 de septiembre de 2022

 

EDITORIAL

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EDITORIAL

 

 

Hay que ver con buenos ojos la reapertura de la frontera
 


En el día de ayer se llevó a cabo la reapertura de la frontera entre Colombia y Venezuela, un hecho que sin lugar a dudas ha causado una gran polémica en el país, entre quienes están de acuerdo y quienes no lo están.


Aunque todos sabemos que en Venezuela existe una dictadura y que se violan los derechos humanos, lo único cierto es que esta reapertura de la frontera entre ambos países debe verse desde una perspectiva positiva porque tanto los colombianos como los venezolanos se beneficiarán.


El solo hecho que se pueda transitar de manera libre por el puente Simón Bolívar beneficia a los comerciantes tanto venezolanos como colombianos porque ya se cuenta con la posibilidad de transitar libremente y su economía va a mejorar.


Desde una perspectiva humana, el hecho que se pueda transitar la frontera de una manera legal representa la oportunidad que muchas personas vulnerables como las de la tercera edad, niños y mujeres embarazadas tengan la oportunidad de volver a ver a sus familiares.


También el hecho que en la frontera puedan transitar camiones con medicamentos constituye una gran esperanza para la atención médica inmediata, especialmente para las personas que residen en los territorios aledaños a la frontera entre ambas naciones.

Desde el punto de vista económico, abrir la frontera entre Colombia y Venezuela, representa la posibilidad que ingrese mucho más dinero y se contribuya de esta manera a fortalecer la economía del país, porque estamos hablando que son millones de dólares los que recibirá Colombia por este intercambio comercial con Venezuela.


Aunque el gobierno de Nicolás Maduro sea nefasto, la reapertura de la frontera debe de celebrarse porque de esta manera también se le está dando un duro golpe a los traficantes de migrantes que usan las trochas para engañar a la gente y en muchas ocasiones cometer crímenes contra indefensos.
 

   

 

"GLOCAL"
 


Por:
Edgar Cabezas
 

El mundo global existe en el mundo local. Saber caracterizar el mundo local significa presentar y representar apropiadamente el mundo global. La globalización como producto humano del libre mercado está sometido al poder real, virtual e imaginario de oferta y demanda, propio del sistema capitalista. La ciudad, producto del ensayo y error de la creación colectiva, de la llamada sociedad del conocimiento, clasifica a las ciudades entre ciudades globales y ciudades mundiales.


Las ciudades globales Beta, de alta eficiencia y tecnología, son aquellas que tienen un conjunto de computadores capaz de atender las peticiones de un cliente y devolverle una respuesta en concordancia mediante la tecnología digital como el resultado entre ciencia e ingeniería aplicando métodos para desarrollar sistemas que se ven expresados en imágenes, números y datos que permiten automatizar procesos de cómputo potentes y programar la prestación de servicios, relacionados con las actividades domesticas, industriales, financieras, comerciales y sociales como la salud, la educación, las fuerzas militares, la policía y los sistemas de vigilancia y control de la circulación del tránsito de vehículos terrestres, marino-fluviales y aéreos que transportan personas, animales y cosas. Las ciudades que prestan estos servicios son: Nueva York, Londres, Paris, Tokio, Beijing, Nueva Delhi.


Hay otras ciudades llamadas ciudades mundiales, ciudades analógicas relacionadas manualmente con objetos a las que se les presta el servicio digital mediante artefactos digitales con funciones automáticas y programadas que imitan el funcionamiento de la mente humana, básicamente el teléfono celular. Según Gartner Inc., en el año 2020, el total aproximado de dispositivos tecnológicos interconectados entre sí mediante el “IoT”, acrónimo de “Internet of Things”, “Internet de las Cosas” era 20.4 mil millones en todo el planeta.


Bogotá es una ciudad mundial metropolitana, es un centro político administrativo que gobierna centralistamente la periferia del territorio nacional con sus bienes públicos y privados insertada en la globalización del mercado como una ciudad que maneja un Estado ajeno, marginal y subordinado, ajeno y marginal a las comunidades locales y subordinado a las ciudades globales.
 

El modelo de desarrollo de la republica democrática colombiana es extractivista de recursos naturales del agua, suelo y subsuelo desde que la hacienda pública decidió en cabezas de Tomás Cipriano de Mosquera y Florentino González, entre 1846 y 1848, que lo que más le convenía al tesoro público de la nación era ser exportador de materias primas con destino a los países ricos e inteligentes en razón a que la ciudadanía colombiana era pobre e ignorante, en tanto que Norteamérica y Europa contaban con inversionistas ricos e inteligentes que requerían de materias primas para su crecimiento económico y que se podía vivir de la renta de explotar y exportar suelo, subsuelo y agua de manera gratuita y poner al pueblo a vivir bien a costa de los recursos naturales.


La inserción local al mundo global es resistente y reexistente. El territorio local representa la biodiversidad del mundo global ya que ella contiene espacios naturales y ambientes distintos en los que existen formas únicas de ser pertinentes, con identidad de especificidades en los que la biodiversidad triunfa sobre el reino de la homogeneidad y la globalidad es reconocida por la localidad en cuanto que la globalidad reconoce la localidad es un asunto de educación, en la ecología de los saberes.

       

 

 

El economista Jorge Pulecio revela un contenido sustantivo al respecto de cómo el territorio de Colombia es “la joya de la corona extractivista, corrupta y criminal, refugio de los vende-patria del mundo”.
 

Crónica de Gardeazábal # 504

 

  ESTAMOS QUEBRANDO LOS ESPEJOS

 

Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal

 

Audio: https://www.spreaker.com/episode/51383986

¿Han pensado alguna vez lo que nos podría pasar si de la noche a la mañana, y sin avisarnos, todos los espejos se quebraran en todo el mundo? Dónde podríamos vernos? Cómo nos afeitaríamos? ¿Cómo sabríamos de nuestra apariencia? Obviamente es un texto de ciencia ficción, pero en escala y paradójicamente es lo que puede estarnos sucediendo en Colombia.

Hemos ido quebrando poco a poco lo espejos porque nos negamos a reconocernos a nosotros mismos. Obsesionados por caer siempre en el negacionismo y por ende marcados genética y culturalmente por la tendencia a dividirnos para polarizarnos, hemos vivido enfrentados siempre y muy pocas veces unidos para salir avante de las circunstancias difíciles que esa misma polarización nos ha otorgado.

Los sociólogos, si es que existen, nos han dicho que somos así porque nunca hemos tenido guerras de verdad de nuestro país contra otro y las amenazas que hemos soportado no han sido más que desastres naturales que nos despiertan los ánimos colaboracionistas. Pero hoy, cuando vemos que el gobernante parece haber programado un desbarate del país y de sus estructuras para repetir 120 años después las tesis leninistas de que solo se puede arreglar lo que primero se destruye, nadie parece mirarse al espejo.

Todos creemos que lo que está sucediendo cuando el gobernante manda quemar las palas grúas de los mineros que algún riquito paisa avaro y un abogado bogotano truculento declararon ilegales, y no entendemos que los miles que viven del trabajo de esas palas se enverracan y salen a robarse las tractomulas cargadas de mercancía que pasan por la carretera, y creemos que ha sido algo dizque programado por el gobierno de Petro y no que se trata de una reacción típica del colombiano envidioso o vengativo, es porque no nos hemos mirado al espejo.

Cuando vemos a los indios del Cauca enfrentados con los negros trabajadores de los ingenios azucareros y contemplamos la inercia leninista del gobierno en no actuar, y no pensamos en la posibilidad de repartir la tierra en cooperativas o de ingeniarnos una salida gubernamental que impida el enfrentamiento, es porque no nos queremos mirar al espejo.

Y si vemos a los otrora poderosos dueños del capital paisa saltando el lazo de los árabes y judíos que quieren comprarlos o a las gentes de Bogotá o Barranquilla dejando el celular en casa porque si salen con él a la calle se lo pueden robar como en Cali, es porque quebramos los espejos para no mirarnos lo que verdaderamente somos.
 

El Porce septiembre 26 2022

    

 

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