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COLUMNISTA

 

Pereira, Colombia - Edición: 12.987-567

Fecha: Jueves 13 de octubre de 2022

 

Poesía Nadaísta
 

 

Por: Jotamario Arbeláez

 


 

Jotamario Arbeláez es el seudónimo del poeta colombiano José Mario Arbeláez Ramos (Cali, 1940), integrante del nadaísmo cuyo fundador fue el poeta Gonzalo Arango. Su poesía y su prosa se caracterizan por el humor negro, el erotismo, el desenfado, la irreverencia social y antimoralista con un lenguaje directo, voluntariamente prosaico y contundente.
 

 

El desmesurado sonrie

 

 

Todos los perros que conozco me han mordido en lugares por donde nunca he pasado

 

Uno solo de los ángeles del cielo me ha molido más los riñones que toda la policía de la tierra

Carezco de los mínimos papeles de identidad que permiten que la sangre corra como debe y me da pena del amigo que delante de su novia me regala la camisa


Pero cuando por la mañana tocan a la ventana de mi décimo piso es el pájaro de vidrio que reposa en el huevo de mi cabeza el chambelán que libera la falleba para que el sector cúbico de mi vida en habitación se transforme en la cuadrafónica sensación de un picado oleaje de alas

 

   

 

 

  

alas privadas del timonel del hueso pero dignas de abanicar mi ventilador apagado

Se me dice que tendré que hacer el amor a gatas a tontas y a ciegas

Por cada yoni que me cuenta Zoroastro el diccionario de la otra vida me va tachando cada página

 

 

Transmigración


Cuando la vida humana


desaparezca del planeta


y yo resida en una piedra


y tú en los nervios de una hoja


recordarás que te lo dije


cuando jugábamos al cuerpo


déjame amarte que más tarde


tiempo tendremos para el resto.

 

 

Abuela de pájaro


No escribas más poemas no escribas más poemas

 

Me gritaba mi abuela desde la cocina

 

Vas a inundarlo todo ya no puedo moverme

 

No encuentro mis bombachas en los baúles

 

Se me ha ido la mano de pique con los tamales

 

No soporto más burlas por las tapias del vecindario

 

No escribas más sal a la calle

 

A conseguirte una muchacha

 

A conseguirte un fusil aunque sea

 

Lástima no pareces mi nieto

 

Yo siempre he sido revolucionaria

 

 

Manos
 


 Me gusta más la izquierda,
la del reloj, la de la argolla de oro.


La otra mano es más blanca
y más directa. Como que está más cerca de sus actos.


Me he fijado en las líneas de la suerte
y en cada una el trazo es diferente.


Por lo poco que sé de quiromancia
adivino que es frágil, enfermiza,
con un tic de maldad.


En lo que toca
deja huellas de polen. O de polvo
para ser menos líricos.


Para ser más concisos, periodísticos.

Describiré sus manos dedo a dedo
pero en otra ocasión.

 

 

Saloon

 

 

Al primer whisky doble y astillando la copa contra los espejos

murmuró el Señor Gato

Buenos días viejo mundo hoy le serrucharán la cabeza

no doy un puño de maní por su vida

Y los que escuchaban detrás de los mostradores asentían moviendo la torre

Y el asesino hizo su aparición bamboleando las puertas del bar y gritando

Espero Señor Gato que ya habrá rezado sus oraciones

Puede usted disparar al aire de mis pulmones que de todas maneras estoy dispuesto a expirar esta noche

El hombre que servía los licores no pudo reprimir una lágrima

El asesino del Señor Gato no tenía entraña en su sitio

 

 

  

 

 

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