CHARLAS CON UN MAESTRO SAMMASATI
Por:
Gongpa Rabsel Rinpoché
Lama Sammasati para Latinoamérica
LA
ILUMINACIÓN (8)
Tashi Delek para todos, un saludo
Sammasati, esperando que estés bien, feliz y en paz. Hoy continuamos
con la octava entrega del quinto capítulo titulado “La Iluminación”,
del libro inédito “Charlas con un Maestro Sammasati”. No hay una
palabra en español que pueda traducir “Tashi Delek”, pero lo podemos
traducir como: Te deseo un día bendecido y colmado de buenos
augurios.
En esta entrega, el Maestro continúa explicándole a su discípulo Las
ocho etapas de la liberación, conocidas como el Óctuple Sendero. Ya
en la entrega anterior el Maestro comentó la importancia de la
tercera etapa: El Habla Correcta. Ahora continuara con la cuarta
etapa.
Comencemos entonces:
81. Adepto: Venerable Maestro, te pido por favor que profundices en
la cuarta etapa: La Acción Correcta. ¿Cómo se yo, si estoy obrando
correctamente o no?
82. Maestro: ¿Qué es lo que hace que las acciones sean correctas o
no? ¿Existe algún criterio Universal? La cuestión de cómo actuar de
la mejor manera, de cuál debe ser el criterio, o el principio
orientativo de nuestra acción, surge de forma inevitable. Según la
tradición budista lo que hace que una acción hecha a voluntad sea
ética o no, es el estado de mente con el que se realiza. Si nuestro
estado de mente está basado en Odio: entendiendo como odio, tanto el
odio mismo, como estados mentales negativos tales como enfado,
rabia, frustración, resentimiento, etc. Avidez: Entendiendo como
avidez no solo la avaricia sino también estados de deseo neurótico,
ansiedad, descontento con todo, envidia…Ignorancia: Desde luego esta
ignorancia no está referida a la ignorancia digamos académica o a la
falta de conocimiento intelectual, sino más bien al no querer saber
cómo son las cosas, al meter la cabeza debajo del ala, al egoísmo
separador, a la ignorancia espiritual. Si nuestras acciones están
basadas de algún modo en estos estados entonces son torpes (tal y
como dice el Dharma). Por el contrario, si el estado de mente que
sustenta nuestros actos está basado en: Metta: Es decir en estados
mentales creativos, amables, bondadosos y claros. Generosidad: Tener
en cuenta a otros (Que no significa no tenerte en cuenta a ti), ser
desprendido, tranquilo con las posesiones, y dispuesto a dar y
darte. Sabiduría: Que en último término es igual a la iluminación
pero que para nosotros tiene que ver con no ofuscación, con cierta
apertura mental, con perspectiva amplia, con claridad de mente en
vez de confusión etc. Entonces nuestros actos son hábiles o
creativos, o sabios.
83. Adepto: Maestro, ¿cómo hago yo para saber si mis actos son
buenos o malos?
84. Maestro: Apreciado adepto, es importante que comprendas que en
el Budismo no utilizamos los términos bueno y malo que denotan
moral. Sino los términos Kusala (Hábil) y Akusala (Torpe) que
indican Sabiduría o ausencia de esta; reseñando así que la ética
dentro del budismo está más relacionada con la inteligencia y la
comprensión de la existencia que con la moralidad. La ética que son
las leyes que gobiernan los actos humanos hechos a voluntad (Y que
no necesita de ningún legislador que la aplique, ya que se aplica
sola como cualquier otra ley natural) no nos viene dada desde el
poder de un ser superior (Dios) ni como un fin en sí misma, ni con
el propósito de recibir algún premio. Es una herramienta para el
desarrollo humano y un filtro de nuestras energías, motivaciones,
estados de mente, relación con los demás etc. que actúa como
purificador o refinería convirtiendo nuestro ser en más claro,
ligero, limpio, y delicado.
85. Adepto: Entiendo Maestro. Otra inquietud, en mi formación
católica me enseñaron diez (10) mandamientos, que debo seguir, ¿en
el Budismo también hay mandamientos?
86. Maestro: En el Budismo Sammasati, no tenemos mandamientos
(mandatos que nos dan otras personas), sino que nos comprometemos
con nuestros votos personales, estos son:
No mataré, ni propiciaré la muerte de ningún ser sintiente.
No tomaré para mi beneficio, nada que le corresponda a otro.
Me abstendré de cualquier relación sexual, que no sea con mi pareja
estable.
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Me abstendré de pronunciar palabras mal intencionadas
o apartadas de la verdad.
Por ningún motivo, permitiré que entre a mi organismo, algo que lo
contamine.
Estaré presto a dar, pues sólo dando, permitiré que la abundancia
llegue a mí.
Nosotros en nuestro intento de seguir desarrollándonos como seres
humanos seguimos estos votos personales, como principios de
entrenamientos y no como reglas o mandatos (mandamientos). Al
hacerlo así, ejercitamos la mente y purificamos nuestro corazón y
ambas cosas son transformadoras.
87. Adepto: Maestro, pero ¿estos no son mandamiento de cosas que
debemos dejar de hacer también?
88. Maestro: Pero no solo es una actitud de dejar de hacer esto o
aquello, también es una respuesta más creativa y lúcida ante la vida
y así nos entrenamos desarrollando:
· Acciones de amor y bondad.
· Generosidad sin límite.
· Tranquilidad, sencillez y contentamiento.
· Comunicación veraz y positiva.
· Conciencia clara y lúcida.
En el siguiente artículo continuaremos con la novena entrega del
Quinto Capítulo, no te la pierdas.
Víctimas del negocio y la guerra que nos impusieron
Por: Guillermo Navarrete Hernandez
Hace aproximadamente 30 años leí un artículo muy interesante y,
podría afirmar, que profético, por cuanto el autor del mismo,
realizaba una comparación entre la violencia desatada en los Llanos
Orientales de Colombia por el monopolio por parte de los
norteamericanos del caucho natural que allí se produce y que
describe con lujo de detalles La Voragine, obra escrita por José
Eustasio Rivera y publicada en 1924, con los cultivos de uso
ilícito. La explotación y esclavitud de las poblaciones aborígenes
en manos de empresas de los depredadores del Norte para la
extracción del caucho, es uno de los tantos episodios que han
marcado nuestra larga y profunda historia de violencia.
El artículo del cual hago mención y que confieso debí conservar,
vaticinaba, que así como los patrones del norte abandonaron los
plantíos de caucho natural con la aparición del caucho sintético
como un subproducto del petróleo, dejando deforestación,
desplazamiento y muerte, así iba a pasar con las drogas de uso
ilícito, en un momento que ya empezaban a hacer tránsito en el
mercado las sustancias sintéticas que se pueden producir, incluso en
una cocina armada en un espacio muy pequeño, de cuyo fenómeno
ilustra muy bien la serie “Breaking Bad” que se encuentra disponible
en una plataforma de televisión por suscripción. Es decir que cuando
las drogas sintéticas con mayores efectos alucinógenos que los
opiáceos y la marihuana invadieran el mercado, nuestros amigos
“salvadores” del planeta, iban a terminar legalizando estos cultivos
para sus propios intereses, con un saldo devastador de violencia
criminal para nuestros países.
Tal cual sucede y como nos pasa en los países del cono sur, todo nos
llega tarde, no tanto por voluntad de otros sino por la actitud
sumisa y rodillista de nuestros dirigentes. En 20 países en el mundo
y en 37 estados de Norteamérica ya aprobaron el uso medicinal del
cannabis y el uso recreativo en 19 estados de dicho país. En
Colombia, la dosis para el consumo personal fue legalizado por la
sentencia C-221 de la Corte Constitucional, sin embargo, esta
sentencia es objeto de continuas polémicas ya que para algunos
actores promovió el incremento de adictos, lo que más bien, podría
atribuirse a la violencia exacerbada, la disfuncionalidad de las
familias y la ausencia de políticas públicas orientadas a atacar
desde una óptica de salud pública, particularmente de salud mental,
estos fenómenos que afectan a nuestra sociedad.
En el año 2016 el Congreso de la República aprobó la adopción de un
marco regulatorio para el uso médico y científico del Cannabis y con
el Decreto 811 de 2021 el gobierno nacional, además de lo expuesto
en la Ley 1787, avanzó en la posibilidad de su uso industrial.
Actualmente en la célula legislativa se estudia su uso recreativo
con la consabida rasgada de vestiduras de los que consideran tal
situación un hecho satánico, y en el mundo, se ha empezado a
discutir la necesidad de legalizar la cocaína ante el inminente
fracaso de la política represiva, implementada desde hace 5 décadas.
Lo cierto es que el negocio ilícito de la marihuana fue importado
por excombatientes norteamericanos de Vietnam a la Guajira y al departamento del
Magdalena (recomiendo la película Colombiana Pájaros de Verano), de cuya bonanza
se beneficiaron algunas ahora familias prestigiosas de la Costa Caribe. Ocurrió
igualmente con la guerra contra las drogas declarada e impuesta por Richard
Nixon en 1971. Lo cierto es que las más graves consecuencias las hemos sufrido
nosotros. ¿No será que es mejor dejar la hipocresía y la sumisión para pensar en
soluciones propias ajustadas a las necesidades reales de nuestra sociedad?
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Contrato Social
Edgar-Cabezas
El tiempo pasa y la inteligencia colectiva navega en aciertos y fracasos; en la
acción cotidiana de la revolución permanente de hacer real en el sentir-pensar
para vivir en sociedad el contrato social, la conducta, y el comportamiento
colectivo que anima la proposición: “El Estado Social de Derecho”. Colombia es
un Estado social de derecho, Estado racional y emocional vinculante a un código
deontológico político de la ética ciudadana.
La visión del actual gobierno coordinado por Gustavo Petro es un evento político
historio-geográfico. Una condición de un conjunto de circunstancias que
constituyen la realidad de entender de manera colectiva la función social de la
inteligencia colectiva que consiste en que la ciudadanía entienda y comprenda el
funcionamiento del estado social de derecho, y, Petro tiene una propuesta para
que la gente lo entienda y pueda hacerlo programático, práctico, pragmático,
eficiente, asertivo y orgánico a la salud de los ecosistemas y sus habitantes.
Treinta y un años de ejercicio de ciudadanía dentro del Estado Social de Derecho
que mediante la participación ciudadana está garantizando la satisfacción plena
de los derechos de ciudadanía de la diversidad étnica y cultural han permitido
que, a presente, de manera dialogada entre el gobierno y la ciudadanía a través
de diálogos regionales vinculantes ésta última participe. De esta manera,
mediante audiencias públicas, ilustradas por 31 años de experiencia, se decidirá
lo que este gobierno tiene que hacer durante los siguientes cuatro años para
ejecutar el Plan Nacional de Desarrollo.
El gobierno de Colombia que está sucediendo es el primero que, de manera previa,
convoca a la ciudadanía de la diversidad étnica y cultural para que participe y
priorice la inversión económica de la hacienda de todos, mediante audiencias
públicas, coordinadas por el Departamento Nacional de Planeación. Con base en lo
que las comunidades organizadas propusieron en los diálogos regionales
vinculantes se procederá a distribuir la asignación presupuestal del plan
plurianual de inversiones, porque entre todos construimos el cambio.
Este curso de los acontecimientos propone a los futuros aspirantes a los cargos
de elección popular una metodología para que, conforme a ella, estructuren los
programas de gobierno teniendo en cuenta las seis grandes transformaciones para
el cambio propuestas en el Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026, Colombia
Potencia Mundial de la Vida y las respectivas asignaciones presupuestales.
También en asuntos de ruralidad y urbanidad convoca a las Juntas de Acción
Comunal a que elaboren sus respectivos planes de desarrollo, porque serán estas
quienes ejecuten las obras que se adjudicarán mediante contratación pública, en
aras de organizar la vida concertada, copartícipe y corresponsable entre
vecinos. Entonces el ejercicio consiste en que la comunidad organizada y sus
candidatos a ejercer la administración pública perfeccionen el curso de la
administración pública.
Se eligen gobiernos para que ejecuten planes nacionales y territoriales de
desarrollo tal y como lo ordena el artículo 336 de la constitución. Las
inversiones del actual plan son integrales en la concurrencia entre los
programas de inversión identificados ante el Departamento Nacional de Planeación
con el objetivo de cada una de las transformaciones para el Cambio, a las que,
de manera preliminar y de acuerdo con las prioridades y necesidades, se les
asignó un monto total de la distribución ajustándoles con las fuentes de
financiamiento.
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