EDITORIAL
Semana
crucial por la puja del Salario Mínimo
La negociación del alza del
salario mínimo mensual comienza hoy una semana crucial, luego de que
el pasado viernes las centrales obreras pusieran sobre el tapete su
propuesta de incremento de un 20% en la remuneración básica que
devengan casi dos millones de trabajadores.
Aunque es una postura inicial de los sindicatos, el porcentaje
sorprendió a los gremios económicos que no esperaban una exigencia
tan alta, por más que la inflación entre enero y noviembre haya
crecido 11,7% y la anualizada (últimos doce meses) se ubique en
12,53%, habría que sumar que el índice de productividad se fijó en
1,24%. Esto significa que la base del reajuste en salario mínimo
estaría cercana al 14%.
Los gremios decidieron que no presentarán una contrapropuesta y que
lo mejor es empezar desde hoy a analizar la de los sindicatos en la
Mesa de Concertación de Políticas Salariales y Laborales, desde días
atrás trascendió que los representantes de los patronos estarían
considerando un incremento en el sueldo básico que no debería ir más
allá del 15%. Un porcentaje mayor no solo aumentaría los costos de
nómina de las empresas, sino que obligaría a congelar plantas de
personal o, a despidos. El desempleo volvería a subir precisamente
en momentos en que la tasa volvió a estar por debajo de dos dígitos
(9,7% con corte a octubre pasado), un indicador que no se veía desde
antes de la pandemia.
Aunque en diciembre del año anterior el gobierno Duque logró
consensuar con centrales obreras y gremios un reajuste del 10,07%,
con el objetivo de que el salario mínimo quedara en un millón de
pesos, pese a que la inflación de 2021 fue del 5,6%, es evidente en
la actual negociación el escenario es distinto. La inflación de este
2022 es más del doble que la del lapso anterior.
A ello se suma que mientras el año pasado cerró con un crecimiento
récord del 10,6% del Producto Interno Bruto, el que cursa llegaría
máximo a un 8,5% y en 2023 se tiene previsto una caída drástica a un
1% o 1,5%, por efecto del clima de recesión global que se está
extendiendo. Aunque el Gobierno ha dicho que avanza en un esquema
para desindexar el precio de algunos productos, bienes y servicios
del índice inflacionario, este es un mecanismo todavía en
construcción.
Esos no son los únicos temas nuevos en el actual escenario de
negociación salarial. El sector privado comenzará a sentir en 2023
el impacto de la reforma tributaria, sobre todo en cuanto a más
impuestos al patrimonio, renta y dividendos, entre otros. Los
subsidios a la nómina y a las clases más vulnerables creados en
medio de la crisis pandémica empiezan a recortarse. Están en estudio
sendas reformas laboral y pensional que, por obvias razones,
repercutirán en la oferta y demanda de mano de obra calificada y no
calificada.
Tiene que adicionarse que a partir del 1 de enero la jornada laboral
en Colombia bajará de 48 a 47 horas, en aplicación de la ley
respectiva que, en un plazo de seis años, la debe dejar en 42. Hoy
es mayor la cantidad de migrantes venezolanos que, por efectos del
Estatuto de Regularización, tienen permiso legal para trabajar en el
país y compiten en el mercado laboral formal. Por último, pero no
menos importante, la informalidad laboral está disparada, al punto
que se calcula que el 60% de los empleados ganan menos de un salario
mínimo al mes y la mayoría no están cobijados por la seguridad
social…
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La banda sinfónica del perifoneo y sancocho callejero
Por Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
Las calles de Pereira son las más inseguras del eje cafetero, si
llevas una cadena de oro de 11 kilates lo más seguro es que se la
van a robar. Nada de valor puedes llevar porque ya estás en peligro.
Una de las cosas que me llamó la atención recién llegado a Pereira
fue que una amiga me hizo quitas las dos figuritas que tenía
colocadas en mi cuello para que no me fueran a robar o hacerme daño.
Esto me colocó en un estado de inseguridad que no la he tenido en
New York. No quiero decir que aquí en la ciudad no roben. Uno sabe
que hay sitios peligrosos y que cada día hay reportes en las
noticias sobre los crímenes que se cometen. Pero uno sabe que en las
próximas 48 horas el agresor está detenido y va a ser procesado y va
a pasar un mínimo de 5 años en la cárcel.
En Colombia y Pereira las cosas son diferentes, aquí hay una
sinfonía de cosas que pasan y el gobierno no se da por enterado,
ellos andan con guardaespaldas, escoltas y todo tipo de protección
mientras en las calles una orquesta de perifoneo anda gritando,
perifoneando la venta de aguacates, limones, naranjas y todo lo que
sale al mercado informal.
Las calles alrededor de la alcaldía son un desastre. Los bandidos
duermen en la plaza de Bolívar y después de la 6 de la tarde la
inseguridad reina en todo ese perímetro. No sé si el alcalde escucha
desde su oficina el ruido de los vendedores ambulantes o si está
enterado de lo que está pasando en la ciudad Pereira solía ser una
ciudad donde llegaban a refugiarse gente de todos los municipios
porque era segura y se podía vivir en paz. Pero ahora en pleno siglo
XXI perdió su encanto y parece que nadie se da por enterado.
Hoy tenemos más tecnología, mayores recursos económicos y gente
capacitada para poderle brindar a la ciudadanía esa seguridad y
confort que cualquier ciudadano puede esperar de su ciudad. La
inseguridad es un tema de nunca acabar ya que no hay el interés de
que esto se acabe y se puedan alcanzar metas de prosperidad.
Las ciudades deben administrase como empresas para que sean
productivas y que le den la seguridad a sus habitantes para que
deseen vivir en ellas. El turismo es un negocio muy lucrativo pero
hay que ofrecer al turista seguridad y lugares limpios y atractivos
y no escombros más desorganización. Y una burocracia que se come el
presupuesto de la ciudad.
Hay que cambiar la forma de administrar y organizar el entorno para
que la ciudad sea atractiva y todos se sientan que Pereira es una
ciudad segura y que se puede vivir confortablemente sin los temores
de estar viviendo en una olla o en un lupanar.
La verdad molesta más que el engaño. Somos muchos los que queremos
la ciudad y no aceptamos que hablen mal de ella, pero no estamos
hablando mal sino de lo que está pasando, que no es muy agradable.
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Crónica #556
EL ÉXITO DEL ÉXITO
Gustavo Alvarez Gardeazábal
AUDIO: https://www.spreaker.com/episode/52160424
Cuando hace varios meses se vino abajo la empresa vallecaucana de La
14, desde los proveedores y clientes directamente relacionados con
ellos hasta el más desconocido de los vallecaucanos sintieron que
les habían arrebatado un pedazo de su simbología.
La 14, con su manera de vender, de acercar a los compradores y de
hacer sentir lo barato que finalmente resultaba comprar allí, había
pegado en la masa pueblerina abriéndole las puertas del lujo al más
remoto de los bolsillos.
Esta semana, como culminación de una jugada maestra en la que
participaron muchos actores, al inaugurarse en manos del Éxito la
antigua sucursal de La 14 en Valle de Lily en Cali, la reconversión
salvadora lleva a aplaudir la gesta y a llenar de esperanza
nuevamente a quienes la habían perdido.
Gracias a una gestión gubernamental que encontró habilísimas maneras
en el liquidador de La 14, Felipe Negret, casi todos los antiguos
almacenes pasaron en diversas modalidades a ser reemplazados por
cadenas de almacenes similares que traían tradición nacional como el
Éxito o que surgen apenas en el panorama regional como La Montaña.
Empero el mayor esfuerzo lo ha hecho el Éxito, la antigua empresa
antioqueña de almacenes de cadena, que hoy es propiedad mayoritaria
de accionistas brasileros.
Y es un esfuerzo mayor porque hace 15 años cuando el Éxito llegó al
Valle y enfrentó a La 14 apareció cabalgando en un equivocado
planteamiento racista y ofensivo de los paisas avaros que la
manejaban entonces, lo que les significó un repudio agresivo.
Hoy, cuando culminan la reestructuración de los almacenes de
Cartago, Palmira, Jamundí, Valle de Lily y Tuluá, convertidos todos
en la metodología novedosa de atrapar con satisfacción al cliente,
el recuerdo de La 14 pasa a la escala de los mitos. El reintegro de
la gran mayoría de los antiguos empleados y de sus proveedores
regionales a los almacenes del Éxito, llena de alegría a miles de
hogares vallecaucanos y reconforta a un país en donde la solidaridad
como herramienta de progreso se había perdido. Es el éxito del
Éxito.
El Porce, diciembre 13 del 2022
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