Pereira, Colombia - Edición: 13.031.611

Fecha: Sábado 21-01-2023

 

COLUMNISTAS

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Cómo la práctica de Karuna puede cambiar tu vida y el mundo a tu alrededor.

 

 

Por: Gongpa Rabsel Rinpoché.

Lama Sammasati para Latinoamérica

 

La palabra Karuna proviene del idioma sánscrito y se traduce literalmente como "compasión" o "misericordia". Es un término clave en el budismo y se refiere a la capacidad de sentir empatía hacia los demás y desearles liberación del sufrimiento. En el budismo, Karuna es una de las cuatro cualidades nobles del corazón, junto con la bondad, la alegría y la equanimidad.

Para Buda, la compasión es esencial para alcanzar la iluminación. Enseñó que la compasión es una de las cualidades nobles del corazón, junto con la bondad, la alegría y la equanimidad. Buda enfatizó que la compasión es esencial para desarrollar una mente iluminada y lograr la liberación del ciclo de reencarnación. La compasión es vista como una herramienta esencial en el camino hacia la iluminación ya que permite a las personas ver más allá de su propio sufrimiento y comprender el sufrimiento de los demás.

En nuestras vidas, la compasión nos ayuda a desarrollar una mayor conexión con los demás y a tener una perspectiva más amplia y comprensiva del mundo. Nos permite ver más allá de nuestras propias preocupaciones y problemas y ponernos en el lugar de los demás. Esto nos ayuda a desarrollar una mayor empatía y comprensión hacia los demás, lo que puede mejorar nuestras relaciones y hacer que nuestra vida sea más significativa y plena.

Aplicar Karuna en nuestra práctica diaria puede incluir cosas simples como ser amable con los demás, prestar atención a las necesidades de los demás, y ayudar a aquellos en necesidad. También puede implicar la práctica de meditación y la reflexión sobre nuestras propias acciones y cómo pueden afectar a los demás. La meditación en compasión, también conocida como "meditación del amor y la compasión" o "meditación de la compasión activa", es una técnica comúnmente utilizada para desarrollar la compasión. Consiste en enfocarse en sentimientos de amor y compasión hacia uno mismo y hacia los demás, y puede ser practicada por cualquier persona independientemente de su religión o creencia.

En resumen, el concepto de Karuna no está limitado a una sola religión, sino que se encuentra presente en muchas tradiciones espirituales y morales. Por ejemplo, en el cristianismo, la compasión se relaciona con el amor de Dios y la misericordia, mientras que, en el islam, la compasión es una de las cualidades esenciales de Allah. En el hinduismo, la compasión se relaciona con la idea de "Dharma", o la responsabilidad moral de ayudar a los demás. En el taoísmo, la compasión se relaciona con la idea de "Tzu Jan", o la bondad natural. En resumen, el concepto de Karuna es universal y se encuentra presente en muchas tradiciones espirituales y morales.

Además, es importante mencionar que la práctica de Karuna no solo se limita a ayudar a los demás, sino que también incluye la práctica de la auto-compasión. La auto-compasión es importante porque nos permite ser compasivos con nosotros mismos, lo que puede ayudarnos a manejar mejor el estrés y las emociones negativas.

En nuestra vida cotidiana, podemos aplicar la práctica de Karuna en pequeñas acciones como prestar atención a los demás, escuchar activamente, ser amable y bondadoso, ayudar a aquellos que están pasando por dificultades, y tratar a los demás con respeto y dignidad. También podemos practicar la auto-compasión al tratarnos a nosotros mismos con bondad y comprensión, y permitiéndonos sentir y expresar nuestras emociones de manera saludable.

En resumen, el concepto de Karuna es esencial en muchas tradiciones espirituales y morales, y su práctica puede mejorar nuestras vidas y las de los demás de muchas maneras. Al desarrollar la compasión hacia nosotros mismos y hacia los demás, podemos vivir una vida más plena y significativa, y ayudar a crear un mundo más amoroso y compasivo.

 

433 ESPECIES DE FRUTALES COLOMBIANAS PARA LA EXPORTACIÓN

 

 

Por: Iván Roberto Pulido Gonzáles Representante (ASIAUT) 

 

Es un hecho que la Colombia agraria, no es solo café, flores y banano, el Instituto de Investigaciones Biológicas Alejandro Von Humboldt, da cuenta de 433 especies nativas de frutales comestibles en Colombia, que la posicionan como el país con mayor biodiversidad de frutas por kilómetro

 

 

 

cuadrado del mundo, productos apetecidos por múltiples consumidores internacionales, que brindan el lujo diario de saborear un manjar frutal sin repetir.

Si bien es cierto, el modelo de desarrollo agrario implementado durante siglos en Colombia fue y es desacertado respecto al cumplimiento de las metas de desarrollo sostenible, siempre enfrentado a toda serie de desafíos ambientales, sociales y económicos por el impacto antropogénico que ha afectado severamente la biodiversidad, el cambio climático, el
 agotamiento del agua, la degradación de los suelos, la seguridad y soberanía alimentaria, factores que consideramos de atención remedial inmediata, máxime la pretensión de garantizar el bienestar futuro para todos.

 

No obstante contar con más de 400 especies frutales nativas, el potencial de recursos biológicos ha sido desaprovechado, por falta de lineamientos claros en su manejo y escasas prácticas tecnológicas para su productividad, situaciones que han rematado por todo ello en los mercados de la informalidad.
 

Si bien es cierto, todos los frutales disponen del mismo potencial de crecimiento, promoverlos estratégicamente para la generación de negocios verdes de agroforestería sostenible les habilitan como modelos ejemplares no maderables para la producción y comercialización multipropósito, por la fácil adaptación en rescate de la biodiversidad, a partir de cultivos que permitan la rehabilitación de los ecosistemas, constituyéndose en valiosas herramientas para la innovación científica, el desarrollo rural, la rehabilitación ambiental, que articulados tecnológicamente en cadenas productivas de valor, redunden en beneficios para el abastecimiento de mercados externos ávidos de superfrutas saludables, nutritivas e inocuas, que contribuyan al equilibrio ambiental.

 

El principal objetivo promover el desarrollo de bionegocios en diferentes regiones agrícolas de Colombia, que den lugar a siembras de árboles frutales, tras paquetes tecnológicos, replicables a otras escalas nacionales, para la producción, aprovechamiento y uso de manera sostenible, bajo la implementación de cultivos exóticos como el Marañón, mangostino, rambután, zapote o limón Tahití entre otros, de amplio potencial para la exportación, que signifiquen aprovechamiento sostenible de los recursos, de los procesos biológicos y de la biodiversidad equilibrada para generación de nuevos productos, bienes y servicios en beneficio de la economía y tejido de una Colombia social inclusiva y diversa.

Productos que podrán suplir la actual escasez de alimentos, en este caso con frutos nativos, exóticos, codiciados por un contexto global de crecimiento de la demanda por superfrutas tropicales con cualidades gastronómicamente, enfocadas nutricionalmente a consumidores con alto poder adquisitivo y saludables dietas.

Que literal a la producción de riqueza, contribuyan a la rehabilitación de ecosistemas, creación de nuevos hábitats para fauna, flora y que en paralelo contribuyan a la regeneración de suelos degradados, mejora de la cobertura boscosa y a largo plazo la óptima conectividad entre los ecosistemas.

Como primer componente para el desarrollo de esta clase de proyectos, un detallado análisis de los mercados internos y externos, estudios agroclimatológicos que definan los cultivos agroforestales a implementar, para el presente caso Marañón, Mangostino, Rambután o Limón Tahití; un segundo componente, que establezca los procesos de caracterización, transformación de los frutos cultivados y postcosecha; un tercer componente encargado de las cadenas de valor, distribución y procesos de comercialización de los frutos; y un cuarto componente que defina la huella ecológica alimentaria derivada de la implementación de los cultivos seleccionados.

Plan experimental de tres años, que propicie llevar a cabo un programa de expansión, que apunte a la mejora de calidad de vida de las comunidades locales participantes, con quienes se desarrolle una agenda educativa para fortalecimiento comunitario, que consolide un modelo asociativo que integre la producción y comercialización, así como también las gestiones necesarias para generar ingresos a partir de los servicios ecosistémicos que brinde el proceso.

Todo ello, en beneficio de un tejido social fortalecido en educación y conocimiento, tras el rescate de los frutos tradicionales, su articulación a las raíces ancestrales y a los mercados que enmarquen un promisorio futuro para las nuevas generaciones.

Relevante destacar que el 86% de las frutas exóticas se exportan desde India y China; Tailandia, Indonesia y Vietnam con un tercio de la producción mundial y Brasil por el costado americano con tan solo un 7% de la torta A nivel mundial la industria de los frutos tropicales menores caracterizada en general por su informalidad, las siembras en pequeña escala, procesos de producción sin paquetes tecnológicos, investigación o desarrollo; y en materia de oferta, todos los retos que tienen que ver con la baja productividad, la agricultura informal, la inconsistencia en la calidad y la reducida oferta.

 

El potencial de Colombia en el mercado de los frutos tropicales menores, totalmente desperdiciado hacia la generación de riqueza, empleo, desarrollo y agroindustria, no obstante el ranking en especies frutales, pero gracias a adolecer el país de una agenda de investigación, desarrollo, innovación y transferencia de tecnología, que le permita posicionar competitivamente los frutales exóticos en los mercados mundiales.

 

Por lo general, los actuales productores de las zonas rurales en Colombia, utilizan sus tierras para cultivos tradicionales

 

 

y ganadería extensiva, tras modestos ingresos con los cuales subsistir, motivos que nos invitan a promover como alternativa la implementación de agroforestería como modelo de bionegocio, para contribuir con creces a la mejora de su economía y conformación de estructuras semejantes a las del bosque nativo, para rehabilitación de la biodiversidad y su red de ecosistemas.

Para logro del más eficiente y sostenible aprovechamiento derivado de la producción de frutos tropicales menores, los proyectos deberán construirse de manera tal que logren caracterizar, seleccionar, propagar, cultivar y transformar en prospecto al fomento de la agroindustria forestal, la conservación de la biodiversidad; la identificación y generación de líneas para el procesamiento agroindustrial de frutos promisorios nativos; el desarrollo de cadenas de valor, el acceso a los mercados; y complementaria una agenda ambiental para la restauración ecológica, rehabilitación y recuperación de las áreas degradadas.

 

ASOCIACIÓN INGENIEROS AGRÓNOMOS EGRESADOS DE LA UNIVERSIDAD DEL TOLIMA

 

El hacinamiento no se cura construyendo más cárceles

 

 

Por: Rubén Darío Varela

 

Ante el último pronunciamiento de la Personera Municipal de Pereira Sandra Lorena Cárdenas realizado esta semana y que hace referencia a la denuncia que el hacinamiento en la cárcel de La 40 de la ciudad tiene una sobrepoblación de más del 100 por ciento sobrepasando el número de 1.200 internos, bien es pertinente reflexionar acerca de esta actual situación.


Y es que es pertinente como se dice coloquialmente poner ´el dedo sobre la llaga´ en este asunto, no solo por el hecho del incremento de este hacinamiento, sino también por otra denuncia aún mucho más grave que hizo la Personera Sandra Lorena Cárdenas y que tienen que ver con las precarias condiciones de salud que padecen los reclusos, siendo esta una de tantas consecuencias que trae consigo el fenómeno del hacinamiento, no solo en la capital risaraldense, sino en todo el país.


La verdad no se puede esconder con un dedo y es que realmente este centro penitenciario no cuenta con el personal suficiente para atender a los internos dado al hecho que es una situación que cada vez más se complica debido al sobrecupo que se viene presentando desde hace muchos años y que lastimosamente en el día de hoy no tenemos una solución eficiente que contribuya a erradicar esta problemática de raíz.


Ya se ha venido dándole mucha pólvora a la iniciativa de construir un nuevo centro penitenciario para la ciudad de Pereira en el sector de Combia, un proyecto que marcha lento como el paso de una tortuga, mientras los reos siguen padeciendo de brotes de enfermedades sin que tengan una atención médica oportuna, digna de seres humanos.

¿Pero realmente esta es la solución? Se habla de construir otra cárcel para mitigar el sobrecupo, incluso de ampliar la cobertura de la aplicación de la figura judicial de casa por cárcel (que me parece toda una barbaridad), en fin, son muchas las soluciones que desde el Inpec y el Gobierno Nacional se mencionan.
Lo curioso, eso sí en mi juicio es que la solución de raíz a este problema no es la mejoría de infraestructura carcelaria ni la construcción de otros centros penitenciarios, ni siquiera la inyección de más recursos económicos. NO esa no es la solución.


Lo triste del asunto es que la verdadera solución casi nadie la menciona, ni la aplica, es más, es muy desalentador, porque ni siquiera hace parte de la distribución de recursos, o si se presenta se destina un muy deficiente recurso para trabajar en algo tan pero tan importante como lo es la PREVENCIÓN y educación en poblaciones vulnerables, porque la verdadera solución es que estas personas no vayan a las cárceles.

 

 

 

  

 

 

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