Cómo la
práctica de Karuna puede cambiar tu vida y el mundo a tu alrededor.
Por: Gongpa Rabsel
Rinpoché.
Lama Sammasati
para Latinoamérica
La palabra Karuna
proviene del idioma sánscrito y se traduce literalmente como
"compasión" o "misericordia". Es un término clave en el budismo y se
refiere a la capacidad de sentir empatía hacia los demás y desearles
liberación del sufrimiento. En el budismo, Karuna es una de las
cuatro cualidades nobles del corazón, junto con la bondad, la
alegría y la equanimidad.
Para Buda, la compasión es esencial para alcanzar la iluminación.
Enseñó que la compasión es una de las cualidades nobles del corazón,
junto con la bondad, la alegría y la equanimidad. Buda enfatizó que
la compasión es esencial para desarrollar una mente iluminada y
lograr la liberación del ciclo de reencarnación. La compasión es
vista como una herramienta esencial en el camino hacia la
iluminación ya que permite a las personas ver más allá de su propio
sufrimiento y comprender el sufrimiento de los demás.
En nuestras vidas, la compasión nos ayuda a desarrollar una mayor
conexión con los demás y a tener una perspectiva más amplia y
comprensiva del mundo. Nos permite ver más allá de nuestras propias
preocupaciones y problemas y ponernos en el lugar de los demás. Esto
nos ayuda a desarrollar una mayor empatía y comprensión hacia los
demás, lo que puede mejorar nuestras relaciones y hacer que nuestra
vida sea más significativa y plena.
Aplicar Karuna en nuestra práctica diaria puede incluir cosas
simples como ser amable con los demás, prestar atención a las
necesidades de los demás, y ayudar a aquellos en necesidad. También
puede implicar la práctica de meditación y la reflexión sobre
nuestras propias acciones y cómo pueden afectar a los demás. La
meditación en compasión, también conocida como "meditación del amor
y la compasión" o "meditación de la compasión activa", es una
técnica comúnmente utilizada para desarrollar la compasión. Consiste
en enfocarse en sentimientos de amor y compasión hacia uno mismo y
hacia los demás, y puede ser practicada por cualquier persona
independientemente de su religión o creencia.
En resumen, el concepto de Karuna no está limitado a una sola
religión, sino que se encuentra presente en muchas tradiciones
espirituales y morales. Por ejemplo, en el cristianismo, la
compasión se relaciona con el amor de Dios y la misericordia,
mientras que, en el islam, la compasión es una de las cualidades
esenciales de Allah. En el hinduismo, la compasión se relaciona con
la idea de "Dharma", o la responsabilidad moral de ayudar a los
demás. En el taoísmo, la compasión se relaciona con la idea de "Tzu
Jan", o la bondad natural. En resumen, el concepto de Karuna es
universal y se encuentra presente en muchas tradiciones espirituales
y morales.
Además, es importante mencionar que la práctica de Karuna no solo se
limita a ayudar a los demás, sino que también incluye la práctica de
la auto-compasión. La auto-compasión es importante porque nos
permite ser compasivos con nosotros mismos, lo que puede ayudarnos a
manejar mejor el estrés y las emociones negativas.
En nuestra vida cotidiana, podemos aplicar la práctica de Karuna en
pequeñas acciones como prestar atención a los demás, escuchar
activamente, ser amable y bondadoso, ayudar a aquellos que están
pasando por dificultades, y tratar a los demás con respeto y
dignidad. También podemos practicar la auto-compasión al tratarnos a
nosotros mismos con bondad y comprensión, y permitiéndonos sentir y
expresar nuestras emociones de manera saludable.
En resumen, el concepto de Karuna es esencial en muchas tradiciones
espirituales y morales, y su práctica puede mejorar nuestras vidas y
las de los demás de muchas maneras. Al desarrollar la compasión
hacia nosotros mismos y hacia los demás, podemos vivir una vida más
plena y significativa, y ayudar a crear un mundo más amoroso y
compasivo.
433
ESPECIES DE FRUTALES COLOMBIANAS PARA LA EXPORTACIÓN
Por: Iván Roberto
Pulido Gonzáles Representante
(ASIAUT)
Es un hecho que
la Colombia agraria, no es solo café, flores y banano, el Instituto
de Investigaciones Biológicas Alejandro Von Humboldt, da cuenta de
433 especies nativas de frutales comestibles en Colombia, que la
posicionan como el país con mayor biodiversidad de frutas por
kilómetro
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cuadrado del mundo, productos
apetecidos por múltiples consumidores internacionales, que brindan
el lujo diario de saborear un manjar frutal sin repetir.
Si bien es cierto, el modelo de desarrollo agrario implementado
durante siglos en Colombia fue y es desacertado respecto al
cumplimiento de las metas de desarrollo sostenible, siempre
enfrentado a toda serie de desafíos ambientales, sociales y
económicos por el impacto antropogénico que ha afectado severamente
la biodiversidad, el cambio climático, el
agotamiento del
agua, la degradación de los suelos, la seguridad y soberanía
alimentaria, factores que consideramos de atención remedial
inmediata, máxime la pretensión de garantizar el bienestar futuro
para todos.
No obstante
contar con más de 400 especies frutales nativas, el potencial de
recursos biológicos ha sido desaprovechado, por falta de
lineamientos claros en su manejo y escasas prácticas tecnológicas
para su productividad, situaciones que han rematado por todo ello en
los mercados de la informalidad.
Si bien es cierto,
todos los frutales disponen del mismo potencial de crecimiento,
promoverlos estratégicamente para la generación de negocios verdes
de agroforestería sostenible les habilitan como modelos ejemplares
no maderables para la producción y comercialización multipropósito,
por la fácil adaptación en rescate de la biodiversidad, a partir de
cultivos que permitan la rehabilitación de los ecosistemas,
constituyéndose en valiosas herramientas para la innovación
científica, el desarrollo rural, la rehabilitación ambiental, que
articulados tecnológicamente en cadenas productivas de valor,
redunden en beneficios para el abastecimiento de mercados externos
ávidos de superfrutas saludables, nutritivas e inocuas, que
contribuyan al equilibrio ambiental.
El principal
objetivo promover el desarrollo de bionegocios en diferentes
regiones agrícolas de Colombia, que den lugar a siembras de árboles
frutales, tras paquetes tecnológicos, replicables a otras escalas
nacionales, para la producción, aprovechamiento y uso de manera
sostenible, bajo la implementación de cultivos exóticos como el
Marañón, mangostino, rambután, zapote o limón Tahití entre otros, de
amplio potencial para la exportación, que signifiquen
aprovechamiento sostenible de los recursos, de los procesos
biológicos y de la biodiversidad equilibrada para generación de
nuevos productos, bienes y servicios en beneficio de la economía y
tejido de una Colombia social inclusiva y diversa.
Productos que podrán suplir la actual escasez de alimentos, en este
caso con frutos nativos, exóticos, codiciados por un contexto global
de crecimiento de la demanda por superfrutas tropicales con
cualidades gastronómicamente, enfocadas nutricionalmente a
consumidores con alto poder adquisitivo y saludables dietas.
Que literal a la producción de riqueza, contribuyan a la
rehabilitación de ecosistemas, creación de nuevos hábitats para
fauna, flora y que en paralelo contribuyan a la regeneración de
suelos degradados, mejora de la cobertura boscosa y a largo plazo la
óptima conectividad entre los ecosistemas.
Como primer componente para el desarrollo de esta clase de
proyectos, un detallado análisis de los mercados internos y
externos, estudios agroclimatológicos que definan los cultivos
agroforestales a implementar, para el presente caso Marañón,
Mangostino, Rambután o Limón Tahití; un segundo componente, que
establezca los procesos de caracterización, transformación de los
frutos cultivados y postcosecha; un tercer componente encargado de
las cadenas de valor, distribución y procesos de comercialización de
los frutos; y un cuarto componente que defina la huella ecológica
alimentaria derivada de la implementación de los cultivos
seleccionados.
Plan experimental de
tres años, que propicie llevar a cabo un programa de expansión, que
apunte a la mejora de calidad de vida de las comunidades locales
participantes, con quienes se desarrolle una agenda educativa para
fortalecimiento comunitario, que consolide un modelo asociativo que
integre la producción y comercialización, así como también las
gestiones necesarias para generar ingresos a partir de los servicios
ecosistémicos que brinde el proceso.
Todo ello, en beneficio de un tejido social fortalecido en educación
y conocimiento, tras el rescate de los frutos tradicionales, su
articulación a las raíces ancestrales y a los mercados que enmarquen
un promisorio futuro para las nuevas generaciones.
Relevante destacar que el 86% de las frutas exóticas se exportan
desde India y China; Tailandia, Indonesia y Vietnam con un tercio de
la producción mundial y Brasil por el costado americano con tan solo
un 7% de la torta A nivel mundial la industria de los frutos
tropicales menores caracterizada en general por su informalidad, las
siembras en pequeña escala, procesos de producción sin paquetes
tecnológicos, investigación o desarrollo; y en materia de oferta,
todos los retos que tienen que ver con la baja productividad, la
agricultura informal, la inconsistencia en la calidad y la reducida
oferta.
El potencial de Colombia en el
mercado de los frutos tropicales menores, totalmente desperdiciado
hacia la generación de riqueza, empleo, desarrollo y agroindustria,
no obstante el ranking en especies frutales, pero gracias a adolecer
el país de una agenda de investigación, desarrollo, innovación y
transferencia de tecnología, que le permita posicionar
competitivamente los frutales exóticos en los mercados mundiales.
Por lo general, los actuales
productores de las zonas rurales en Colombia, utilizan sus tierras
para cultivos tradicionales
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y ganadería extensiva, tras modestos
ingresos con los cuales subsistir, motivos que nos invitan a
promover como alternativa la implementación de agroforestería como
modelo de bionegocio, para contribuir con creces a la mejora de su
economía y conformación de estructuras semejantes a las del bosque
nativo, para rehabilitación de la biodiversidad y su red de
ecosistemas.
Para logro del más eficiente y sostenible aprovechamiento derivado
de la producción de frutos tropicales menores, los proyectos deberán
construirse de manera tal que logren caracterizar, seleccionar,
propagar, cultivar y transformar en prospecto al fomento de la
agroindustria forestal, la conservación de la biodiversidad; la
identificación y generación de líneas para el procesamiento
agroindustrial de frutos promisorios nativos; el desarrollo de
cadenas de valor, el acceso a los mercados; y complementaria una
agenda ambiental para la restauración ecológica, rehabilitación y
recuperación de las áreas degradadas.
ASOCIACIÓN INGENIEROS AGRÓNOMOS EGRESADOS DE LA UNIVERSIDAD DEL
TOLIMA
El hacinamiento no se cura construyendo más
cárceles
Por: Rubén Darío Varela Ante el último pronunciamiento de la
Personera Municipal de Pereira Sandra Lorena Cárdenas realizado esta semana y
que hace referencia a la denuncia que el hacinamiento en la cárcel de La 40 de
la ciudad tiene una sobrepoblación de más del 100 por ciento sobrepasando el
número de 1.200 internos, bien es pertinente reflexionar acerca de esta actual
situación.
Y es que es pertinente como se dice coloquialmente poner ´el dedo sobre la
llaga´ en este asunto, no solo por el hecho del incremento de este hacinamiento,
sino también por otra denuncia aún mucho más grave que hizo la Personera Sandra
Lorena Cárdenas y que tienen que ver con las precarias condiciones de salud que
padecen los reclusos, siendo esta una de tantas consecuencias que trae consigo
el fenómeno del hacinamiento, no solo en la capital risaraldense, sino en todo
el país.
La verdad no se puede esconder con un dedo y es que realmente este centro
penitenciario no cuenta con el personal suficiente para atender a los internos
dado al hecho que es una situación que cada vez más se complica debido al
sobrecupo que se viene presentando desde hace muchos años y que lastimosamente
en el día de hoy no tenemos una solución eficiente que contribuya a erradicar
esta problemática de raíz.
Ya se ha venido dándole mucha pólvora a la iniciativa de construir un nuevo
centro penitenciario para la ciudad de Pereira en el sector de Combia, un
proyecto que marcha lento como el paso de una tortuga, mientras los reos siguen
padeciendo de brotes de enfermedades sin que tengan una atención médica
oportuna, digna de seres humanos.
¿Pero realmente esta es la solución? Se habla de construir otra cárcel para
mitigar el sobrecupo, incluso de ampliar la cobertura de la aplicación de la
figura judicial de casa por cárcel (que me parece toda una barbaridad), en fin,
son muchas las soluciones que desde el Inpec y el Gobierno Nacional se
mencionan.
Lo curioso, eso sí en mi juicio es que la solución de raíz a este problema no es
la mejoría de infraestructura carcelaria ni la construcción de otros centros
penitenciarios, ni siquiera la inyección de más recursos económicos. NO esa no
es la solución.
Lo triste del asunto es que la verdadera solución casi nadie la menciona, ni la
aplica, es más, es muy desalentador, porque ni siquiera hace parte de la
distribución de recursos, o si se presenta se destina un muy deficiente recurso
para trabajar en algo tan pero tan importante como lo es la PREVENCIÓN y
educación en poblaciones vulnerables, porque la verdadera solución es que estas
personas no vayan a las cárceles.
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