CHARLAS
CON UN MAESTRO SAMMASATI
Por: Gongpa Rabsel
Rinpoché
Lama Sammasati para Latinoamérica
Verso 35
del Dhammapada
El Dhammapada es
uno de los textos más importantes del budismo, que recopila las
enseñanzas del Buda Gautama. Cada verso del Dhammapada ofrece una
reflexión profunda sobre la naturaleza de la existencia humana y
cómo alcanzar la iluminación. Uno de los versos más destacados del
Dhammapada es el número 35, que dice:
Controlar la
mente.
“La mente es
volátil e inestable, siempre buscando ilusiones, y es difícil de
contener. Pero una mente que se controlada así misma, es fuente de
mucho gozo”.
Budha
Este verso es muy
significativo porque resalta la importancia de controlar la mente
para encontrar la felicidad duradera. La mente humana es muy
compleja y está constantemente en movimiento, siempre buscando
nuevas experiencias, emociones y sensaciones. Esta búsqueda
constante a menudo nos lleva a ilusiones y sufrimiento, lo que puede
hacernos sentir insatisfechos e infelices.
Sin embargo, si logramos controlar nuestra mente, podemos encontrar
la paz y la felicidad interior. Al controlar nuestra mente, podemos
aprender a observar nuestros pensamientos y emociones de manera
objetiva, sin dejarnos llevar por ellos. En lugar de reaccionar de
forma impulsiva ante las situaciones, podemos ser más conscientes y
tomar decisiones más sabias y efectivas.
El control de la mente es un proceso constante y nunca termina.
Requiere práctica diaria y dedicación para alcanzar la plenitud. El
Buda enseñó que el control de la mente se logra a través de la
meditación y la atención plena. La meditación es una práctica que
nos ayuda a concentrarnos y enfocarnos en el momento presente. Al
meditar, aprendemos a observar nuestros pensamientos sin juzgarlos,
lo que nos permite liberarnos de las emociones negativas que nos
causan sufrimiento.
La atención plena es otra práctica importante en el control de la
mente. La atención plena implica estar presente en el momento
presente y ser consciente de nuestros pensamientos y acciones. Al
ser conscientes de nuestros pensamientos, podemos controlarlos y
dirigirlos hacia objetivos más positivos. La atención plena también
nos ayuda a cultivar la compasión y la empatía hacia nosotros mismos
y hacia los demás.
El control de la mente también nos ayuda a cultivar la virtud y la
ética. Al ser conscientes de nuestros pensamientos y acciones,
podemos tomar decisiones más sabias y éticas en nuestras vidas. Al
cultivar la virtud y la ética, podemos vivir nuestras vidas de
manera más satisfactoria y significativa.
En conclusión, el verso 35 del Dhammapada destaca la importancia del
control de la mente en nuestra búsqueda de la felicidad y la
plenitud. La mente humana es volátil e inestable, siempre buscando
nuevas experiencias y sensaciones. Pero si logramos controlar
nuestra mente a través de la meditación, la atención plena y la
práctica constante, podemos encontrar la paz y la felicidad
interior. Al controlar nuestra
mente,
podemos tomar decisiones más sabias y éticas, lo que nos permite
vivir nuestras vidas de manera más significativa y satisfactoria.
Espero que este
artículo haya sido útil para ti en tu búsqueda de la felicidad y la
plenitud. Recuerda que el control de la mente es un proceso
constante que requiere práctica y dedicación diaria. Siempre que te
sientas abrumado por tus pensamientos y emociones, recuerda que
puedes controlar tu mente y dirigirla hacia objetivos más positivos
y sabios.
Te animo a seguir
explorando y aprendiendo sobre el budismo y sus enseñanzas, y a
encontrar las prácticas que mejor se adapten a ti y a tus
necesidades. Que puedas vivir tu vida con sabiduría, compasión y
atención
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plena, y encontrar la
paz y la felicidad interior que tanto buscas.
Gracias por leer este
artículo y por permitirme compartir contigo mis reflexiones y
conocimientos. Te deseo lo mejor en tu camino hacia la iluminación y
la felicidad duradera. ¡Hasta la próxima!
¡LA SALUD
COLOMBIANA, RUMBO A LA CATÁSTROFE!
Por: Álvaro Ramírez González
alragonz@yahoo.es
Debo confesar que no soy experto en temas de salud.
Apenas entiendo el concepto general del
sistema actual y el papel de las EPS y
las IPS.
Pero si tengo muy claro ya, que el sistema actual de salud que trajo
la ley 100, de César Gaviria, cuyo ponente en el Senado fue el
entonces Senador, Álvaro Uribe, tiene un cubrimiento récord del 98%
de la población colombiana.
Con todos sus defectos ha sido calificada como la # 6, mejor salud,
en todo el planeta.
Una mezcla muy bien diseñada de capital privado y público,
conviviendo en una mezcla también muy estudiada de contributivo y
subsidiado.
Pero todas estas mezclas, bajo la tutela de una gerencia privada,
que es estable, eficiente y sostenible.
Una gerencia que maneja indicadores busca la eficiencia, tiene
personal altamente capacitado y obtiene resultados.
Es justamente esa tutela privada la que ha logrado ese 98% de
cobertura, y ha podido superar las quiebras de las EPS, mal
manejadas, que han desaparecido.
Y la última encuesta mostró la gran satisfacción mayoritaria de los
colombianos con su sistema de salud.
La reforma a la justicia que va a imponer Petro es catastrófica.
Elimina no sólo el capital privado que le daba mucha fortaleza
económica al sistema, sino lo peor, desaparece la gerencia privada.
Es increíble que el país no recuerde el desastre del Seguro Social,
que no solo se robó el dinero de los pensionados, sino que acabó con
la salud de los colombianos.
Se la robaron.
Les cabe a Ustedes en la cabeza que Petro vaya a reemplazar a las 20
EPS, que sostienen con su propia estructura financiera esa
complicada operación ¿Y qué van a desaparecer por 36.000 burócratas?
¿Cómo se atreve a mentir la ministra Corcho cuando afirma que “no
van a estatizar la salud?”
¿Se imaginan amigos lectores, nuestra salud, en manos del Estado, de
un batallón de burócratas, escogidos desde la politiquería y sin
responsabilidad alguna?
Claro que es estatizar la salud de los colombianos.
Claro que es envenenar nuestra salud con toda la corrupción y la
porquería que se roba $ 1 billón semanal, en Colombia.
Un sistema insostenible, condenado a fracasar, en el corto plazo. Y
a una nueva quiebra, copia actualizada del Seguro Social.
Le preguntó Yamid Amat al experto exministro Fernando Ruiz, si ese
nuevo plan de salud de Petro, era para favorecer los pobres y
castigar los ricos.
Ruiz le respondió, “Mucho me temo Yamid, que este nuevo sistema de
salud, ¡será para castigar muy duro a los pobres”
Rudolph Hommes, el exministro que apoyó
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la candidatura de Petro, acaba de escribir:
“Petro va ahora por nuestra salud ; si dejamos que se quede con
ella, nos va a quitar todo, hasta el sol de esta mañana!”
¡Más claro no canta un gallo!
Gobernar bien es
cuestión de disciplina
Por: Guillermo Navarrete
Hernández
El gobierno es una forma de
autoridad en la que unos seres humanos integrantes de la sociedad asumen un
cargo de carácter público, habitualmente por elección popular, a través del cual
se adoptan medidas -se supone-, a favor de la generalidad de los gobernados.
Sin embargo, gobernar más que actividad es un arte al que es necesario
integrarle diversos insumos para, tomar decisiones asertivas. El conocimiento
previo y pleno de las circunstancias tanto positivas como negativas que debe
afrontar; un equipo calificado consciente acerca de las responsabilidades que
asume; la escucha como instrumento fundamental para conocer lo que piensan los
ciudadanos, los integrantes de su equipo y las personas que ejercen oposición, a
quienes no hay que matricularlos en la senda de la enemistad, ya que la crítica
es necesaria en cualquier escenario democrático; el análisis riguroso de los
problemas y sus posibles soluciones; la permanente coordinación y articulación
de esfuerzos, clave para obtener resultados; la paciencia, el discernimiento y
la disciplina son tres herramientas importantes, por las dificultades que
recurrentemente se presentan frente al manejo de lo público.
Al respecto de la escucha, vale la pena recordar aquel viejo cuento expuesto por
el danés Hans Christian Andersen: “El Traje Nuevo del Emperador”, más conocido
en nuestro medio como el del “Rey Desnudo”, el cual alude a que dos charlatanes
a través de engaños convencieron a un rey de que fabricaban los mejores trajes
con las telas más finas, y de que sólo algunas personas podrían ver el traje que
confeccionarían de cara a unas festividades que se asomaban.
El día de la inauguración de
estas, los timadores hicieron que el Rey se colocara el supuesto traje que él
tampoco podía ver, pero aun así aprobó con elogios la prenda de vestir.
Al paso del soberano en el
desfile, su corte y súbditos alababan su elegancia pese a que no había ropaje
alguno sobre él, hasta que un infante en su inocencia gritó: “el rey va
desnudo”. Claro, en tiempos modernos es causa de desagrado el que alguien revele
la desnudez en el modo de gobernar de sus mandatarios, con los consabidos
rechazo y descalificación por parte de aquellos y de sus adeptos.
La falta de coordinación y articulación de esfuerzos de la que históricamente
hace gala el Estado colombiano fue evidente por el actual gobierno nacional la
semana que recién pasó, en dos aspectos sustanciales: la política de paz y la
función pública. En la primera, no obstante, las explicaciones del Negociador en
los diálogos con el ELN, Otty Patiño, y de otros actores institucionales, frente
al decreto emitido por la Presidencia de la República, que terminó por
derogarse, en el que se trazaban directrices sobre el cese de fuego bilateral
con dicho grupo armado, se denota un teléfono roto que le representó una mala
pasada.
Lo propio ocurrió con la circular 100-005-2022, expedida por el Departamento
Administrativo de la Función Pública [DAFP], la cual tiene como propósito
adelantar un loable proceso de formalización laboral para quienes suscriben
contratos de prestación de servicios, costumbre generalizada en la que se pueden
contar personas hasta con 10 años
con esta forma de vinculación, a la que la Ministra de Trabajo presenta una
serie de observaciones, entre las que deja entrever que cuatro meses no es
suficiente para que las entidades públicas puedan adelantar los procesos de
rediseño institucional, en los que es necesario realizar los estudios de cargas
laborales.
Con relación a esto y otros
ires y venirse del nuevo establecimiento, es necesario señalar que gobernar bien
es cuestión de disciplina con la aplicación de los instrumentos que aquí se
mencionan.
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