Fundado el 9 julio de 1948

Por Rafael Cano Giraldo -1948-1981

Publisher: Zahur K. Zapata - 1981 –

 

 

 

Las opiniones expresadas por los columnista son de su exclusiva responsabilidad y no comprometen el pensamiento de El Imparcial

 
 

Pereira, Colombia - Edición: 13.046- 626

Fecha: Sábado 25 -02 -2023

 

EDITORIAL

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EDITORIAL

 

 Un año de la guerra de Rusia y Ucrania

 

“No sé con qué armas se luchará en la III Guerra Mundial, pero la IV será luchada con palos y piedras”. Esa frase lapidaria de Albert Einstein, que muchos interpretan como el efecto apocalíptico para la humanidad que tendría otra conflagración mundial, bien puede traerse a colación hoy, cuando se cumple un año de la invasión rusa a Ucrania. Un conflicto que, precisamente, semana tras semana ha escalado al punto de que en esta última Moscú decidió suspender la aplicación del tratado de desarme nuclear suscrito con Estados Unidos en 2010, hecho que para algunos analistas no sería más que una maniobra de presión geopolítica del gobierno Putin motivada por los recientes anuncios de Occidente de mayor apoyo militar y económico a Kiev, pero que otros califican como la amenaza más grande sobre el posible uso de armas de destrucción masiva en las últimas décadas.

Sin importar cuál sea la verdadera intención del líder ruso, el solo hecho de que se esté hablando hoy de suspensión de tratados de limitación de ojivas nucleares, o de la orden inédita de Moscú de mover la poderosa flota del Báltico o incluso del anuncio sobre activar el último modelo de los misiles balísticos intercontinentales (Sarmat), es claro que la guerra en Ucrania no solo se está alargando sino que el riesgo de un desborde bélico más allá de las fronteras de esta semidestruida nación aumenta día tras día.

Resulta evidente que el mundo se enfrenta a un teatro de guerra más complejo y peligroso
que el creado hace doce meses por la “operación militar especial” que lanzó Moscú sobre Ucrania. La motivación inicial en torno a que lo que buscaba Rusia era evitar que Kiev entrara a la esfera de la OTAN ya quedó en una especie de segundo plano, sin querer decir obviamente que esa urgencia no persista en el trasfondo. Ahora hay un pulso geopolítico global y de mayor envergadura entre Rusia y Occidente. Una especie de guerra ‘subsidiaria” o por delegación (más conocida como “proxy war”) en el que las grandes potencias mueven indirectamente sus fichas militares, políticas y económicas pero las víctimas fatales, el drama humanitario y la barbarie se producen y sufren en territorio ucraniano.

Es claro, doce meses después, que la “guerra de sanciones económicas 2.0” con que Washington y la Unión Europea trataron de ahogar al gobierno Putin no dio los resultados esperados a inmediato ni mediano plazos. También es innegable que Moscú se equivocó al calcular que su superioridad bélica le permitiría conquistar rápidamente regiones claves en Ucrania, pero se encontró con una resistencia local muy fuerte, tanto en Kiev como en otros corredores estratégicos.

Por igual, aunque al comienzo de la guerra se produjo un efecto devastador en materia de oferta mundial de alimentos e incremento en los precios del petróleo y el gas, con el pasar de los meses el aparato económico global se fue adecuando a las circunstancias críticas derivadas de la guerra, al punto que el riesgo de un crash global en cuestión de pocos meses ya no existe.


Y a todo ello, debe sumarse que, una vez más, la Organización de Naciones Unidas, cuya función primaria y fundacional es garantizar, desde la órbita multilateral, la paz y seguridad planetarias, confirma su debilidad e ineficacia estructural. La principal evidencia de ello es el bloqueo insuperable por el pulso de potencias en el Consejo de Seguridad, que se supone es el
órgano colegiado más poderoso del globo.

 

   

 

La lucha de clases una creación de la burguesía

 

 

Por: Zahur Klemath Zapata

zapatazahurk@gmail.com  

 

Los colombianos en vez de avanzar hacia una sociedad autónoma y equitativa retrocedieron al establecer los estratos sociales. Esto es una forma de degradación de la condición humana después de haber alcanzado su independencia y su libertad de pensamiento.

La sociedad hormiga por lo menos vive en mejores condiciones que la nuestra y están alineados a un sistema que ha funcionado por milenios. La inconsciencia de la burguesía al pensar que señalar a sus propios ciudadanos como de más o baja clase es un argumento válido para administrar un país, pero eso crea unos odios que ni siquiera saben la razón del porqué actúan así.

Este gobierno no ha identificado el actuar que recibió de los anteriores gobernantes y se siente cómodo actuando como los anteriores. En su agenda no existe una revisión del legado recibido y él se siente ahora como uno de los de estrato alto por haber subido de posición. No se siente tocado por lo que los comunistas lucharon por ser una sociedad igualitaria.

Mientras existan los estratos sociales, la diferencia de clases y no una sociedad bajo los mismos derechos y poder alcanzar sus sueños y ambiciones será una sociedad en permanente violencia y odios encontrados que no tendrán solución. Hay que ubicarse en el presente y los que están a la delantera del conocimiento propiciar que los que vayan detrás puedan compartir con ellos el presente y futuro.

Hay mucha gente que se siente complacida de que exista esta discriminación social, su ignorancia e incapacidad de entender que la especie humana es una solo, lo que nos diferencia los unos a los otros es la morfología y la evolución que cada uno tiene dentro de su propia familia o sociedad.

La gente presume que los costos de los servicios públicos e impuestos van a discriminar el estrato social, pero a la hora de la verdad todos están pagando impuestos de igual manera todos cuando consumen y pagan impuestos. Al final esos impuestos primero van a las arcas del erario para luego seguir a los bolsillos de la burocracia y como si fuera una goterero termina las últimas gotas en los supuestos del estrato más bajo.

Los colombianos nunca han analizado cómo los han manipulado desde que dieron el grito de independencia. Siguen en manos de gente ignorante, que ni siquiera ellos mismos se han dado por aludidos de lo que ellos mismos han provocado.

Colombia es un país de pobretones con dinero, porque ser rico es tener la capacidad de administrar sus bienes nacionales para que todos tengan su bienestar equitativamente. La riqueza es al final de todos y presumir de estar más alto que el resto del mundo es vivir en una pesadilla que quien está en ella sabe de qué estoy hablando.

Estamos en momentos decisivos, porque la sociedad día a día se acerca a sí misma y ve su futuro como algo alcanzable si se esfuerza. Esa lucha que se está dando va terminar en una nueva nación con un orden que no estaba escrito.

 

 

 

Crónica #596
LA BATAHOLA CONTRA FRANCIA

 



Gustavo Alvarez Gardeazábal

Audio: https://www.spreaker.com/episode/52836555


La escandalera mayúscula que le han montado a la vicepresidente Francia Márquez porque usa un helicóptero del estado para llegar hasta la casa que ha alquilado en la vereda de Dapa, entre Cali y Yumbo, es un espectáculo que va de lo inhumano a lo ridículo, de lo vergajo a lo racista, pero por supuesto evidencia que en Colombia la división de clases sociales en vez de disminuir se ha ido agravando.

Si comparamos el silencio que cubrió al expresidente Santos cuando era ministro o cuando fue jefe del Estado por el pereque bulloso que puso a sus vecinos al llegar en helicóptero gubernamental hasta su casa campestre de Anapoima, no le sacaron los trapitos al sol como han hecho con la vicepresidente.

No es admisible que, cual aves de rapiña, a los medios bogotanos les haya dado por averiguar, para poner en tela de juicio, archivos oficiales sobre el propietario de la casa en Dapa, sobre sus actividades como publicista colocando vallas en todo el país y, por ende contratando con políticos y con el estado mismo. Pero sobre todo, presentadas todas esas averiguaciones de tal manera que hacen pensar que la vicepresidente estaría actuando ilegalmente al arrendar la casa.

Todo, empero, no pasa de ser una manifestación tardía del espíritu esclavista que rige aún en la sociedad vallecaucana. Es obvio que un helicóptero yendo y viniendo en una parcelación a donde solo llegaban oligarcas pobretones en sus camioneticas, hace ruido, estorba y angustia. Es obvio que dentro del endeble equilibrio de normas no decretadas por el blancaje bugueño no se puede tener una negra de vecina.

Pero se les olvida que ella es la vicepresidente de la nación y que bien habría podido comprar esa casa con el reintegro de los miles de votos que obtuvo en las tres elecciones donde participó y le habría sobrado.

En otras palabras, por donde se le mire, han exagerado inhumanamente la nota. Han revivido una grieta social en el peor de los momentos así haya sido la señora vicepresidente quien haya puesto la pica en Flandes y vengado a nombre de sus ancestros 400 años de marginación.

El Porce, febrero 25 del 2023

 

 

 

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