EDITORIAL
¿Cese
al fuego con
el ELN?
Finalmente, el Gobierno calificó de “traspiés” el dramático
asesinato la semana anterior de nueve soldados y otro tanto de
heridos por parte del ELN, en Santander del Norte, y sostuvo que
presionaría un acuerdo de cese al fuego con esa organización en el
próximo ciclo de conversaciones itinerantes, esta vez a llevarse a
cabo en La Habana el próximo 26 de abril.
Entendido esto la amenaza de levantarse de la Mesa hecha por el
ministro de Interior, Alfonso Prada, no fue más que eso: un
aspaviento. Todo el mundo, incluido el ELN, conoce que eso no
ocurrirá puesto que sería el desplome, no solo de las pretensiones
con ese grupo, sino de las demás variables de paz y sometimiento
adelantadas un poco a la bulla de los cocos por la administración
vigente.
Pero, a decir verdad, la reacción gubernamental fue bastante
epidérmica y críptica frente al reto bélico que le planteó el ELN,
en medio de la supuesta ruta hacia la salida política negociada y
cuya viabilidad solo será posible cuando se entienda que parte del
éxito radica en una Fuerza Pública atenta a las circunstancias de la
confrontación y, por tanto, alerta, dispuesta y fortalecida en todo
el territorio. Una Fuerza Pública con la moral en alto y no como un
cuerpo aparentemente desechable, mediatizado por la desorientación
que pudo constatarse en el último debate de control político en el
Congreso sobre seguridad y paz. O lo que es lo mismo, sobre libertad
y orden.
De hecho, ese debate se produjo pocas horas antes del impactante
ataque “eleno” en el Carmen, además de colofón a la muerte de un
policía y 72 agentes secuestrados en el departamento de Caquetá, al
igual que otras circunstancias anómalas como el paro armado del
‘Clan del Golfo’ en el Bajo Cauca (que para el ELN no es más que una
manifestación del narcoparamilitarismo).
Varias fueron las cifras que, en el citado debate en el Senado, se
trajeron a cuento por el oficialismo en el hemiciclo. No obstante,
la sensación que quedó en el Congreso después de escuchar a los
parlamentarios, casi región por región, de cabo a rabo del país, fue
el lesivo y temerario desamparo de sus localidades. Incluso, aparte
del senador que citó a la discusión, David Luna, otro de los
destacados fue uno los congresistas nortesantandereanos de la
bancada izquierdista, advirtiendo la grave orfandad que viven los
municipios fronterizos. Y no deja de caberle razón. En suma, una
cosa es apenas ser un pacifista y otra si el Estado se muestra
incapaz de cumplir con sus obligaciones constitucionales, estar por
la paz dialogada y lograrla bajo criterios apropiados y los rigores
del caso.
Como se sabe, el ELN no ha sido proclive a cese de fuegos
integrales, sino parciales y temporales, de suyo, muchas veces de
forma unilateral. En la época de Belisario Betancur ni siquiera
participó de las conversaciones, aunque algunos analistas y
periodistas caigan en ese error. Más adelante, durante el
gobierno Barco fue el primer grupo subversivo (y en general de todo
el país) en hablar de Derecho Internacional Humanitario (DIH), pero
tampoco hizo parte de las tratativas de paz que llevaron a la
desmovilización del M-19 y después del EPL.
La primera ocasión en que intervino lo hizo como componente de la
Coordinadora Nacional Guerrillera, en Caracas y Tlaxcala, durante la
administración de César Gaviria, recién terminada la Constituyente.
Aunque se sujetaron todas las conversaciones con la Coordinadora al
cese de fuegos, impidiendo el desarrollo de la agenda adicional, el
intento fue vano y los esfuerzos se vinieron a pique por la muerte
en cautiverio del exministro Argelino Durán Quintero, secuestrado
por remanentes del EPL (no fue, como dicen algunos, por el asesinato
del obispo de Arauca, a manos del ELN, en otra época y sitio.
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La banda
sinfónica del perifoneo y sancocho callejero
Por: Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
Las calles de
Pereira son las más inseguras del eje cafetero, si llevas una cadena
de oro de 11 kilates lo más seguro es que se la van a robar. Nada de
valor puedes llevar de valor porque ya está uno en peligro.
Una de las cosas que me llamó la atención recién llegado a Pereira
fue que una amiga me hizo quitas las dos figuritas que tenía
colocadas en mi cuello para que no me fueran a robar o hacerme daño.
Esto me colocó en un estado de inseguridad que no la he tenido en
New York. No quiero decir que aquí en la ciudad no roben. Uno sabe
que hay sitios peligrosos y que cada día hay reportes en las
noticias sobre los crímenes que se cometen. Pero uno sabe que en las
próximas 48 horas el agresor está detenido y va a ser procesado y
va a pasar un mínimo de 5 años en la cárcel.
En Colombia y
Pereira las cosas son diferentes, aquí hay una sinfonía de cosas que
pasan y el gobierno no se da por enterado, ellos andan con
guardaespaldas, escoltas y todo tipo de protección mientras en las
calles una orquesta de perifoneo anda gritando, perifoneando la
venta de aguacates, limones, naranjas y todo lo que sale al mercado.
Las calles alrededor de la alcaldía son un desastre. Los bandidos
duermen en la plaza de Bolívar y después de la 6 de la tarde la
inseguridad reina en todo ese perímetro. No sé si el alcalde escucha
desde su oficina el ruido de los vendedores ambulantes o si está enterado
de lo que está pasando en la ciudad.
Pereira solía ser una ciudad donde llegaban a refugiarse gente de
todos los municipios porque era segura y se podía vivir en paz. Pero
ahora en pleno siglo XXI perdió su encanto y parece que nadie se da
por enterado.
Hoy tenemos más
tecnología, mayores recursos económicos y gente capacitada para
poderle brindar a la ciudadanía esa seguridad y confort que
cualquier ciudadano puede esperar de su ciudad. La inseguridad es un
tema de nunca acabar ya que no hay el interés de que esto se acabe y
se puedan alcanzar metas de prosperidad.
La ciudades deben administrase como empresas para que sean
productivas y que le den la seguridad a sus habitantes para que
deseen vivir en ellas. El turismo es un negocio muy lucrativo pero
hay que ofrecer al turista seguridad y lugares limpios y atractivos
y no escombros más desorganización. Y una burocracia que se come el
presupuesto de la ciudad.
Hay que cambiar la forma de administrar y organizar el entorno para
que la ciudad sea atractiva y todos se sientan que Pereira es una
ciudad segura y que se puede vivir confortablemente sin los temores
de estar viviendo en una olla o en un lupanar.
La verdad molesta más que el engaño. Somos muchos los que queremos
la ciudad y no aceptamos que hablen mal de ella, pero no estamos
hablando mal sino de lo que está pasando, que no es muy agradable.
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¿Nos amenaza la inteligencia artificial?
Por: Ramón Elías Franco
En forma sorpresiva e inesperada, el pasado 22 de noviembre el mundo
se encontró con ChatGPT, una herramienta tecnológica basada en
inteligencia artificial generativa, creada por la empresa OpenAI de
Estados Unidos, con el respaldo de Microsoft.
Funciona básicamente como un motor de búsqueda tipo Google, pero con
la colosal diferencia de que interactúa con los usuarios y está en
capacidad de dar respuestas extensas sobre múltiples temas y,
además, redacta textos y crea imágenes. Es fácil de utilizar y el
tono directo y convincente de su conversación, así como la facilidad
con la cual da respuestas o escribe trabajos extensos -en apariencia
brillantes- sobre múltiples temas, deslumbran a la gente.
En sus primeros dos meses de funcionamiento alcanzó 100 millones de
usuarios, con lo que se convirtió en la aplicación de consumo de más
rápido crecimiento en la historia.
Lo más importante, sin embargo, es que marca el inicio de una nueva
era, comparable para muchos con la invención de la imprenta. Según
Bill Gates “la inteligencia artificial y la repentina explosión de
chatbots es tan revolucionaria como los teléfonos móviles e
Internet”.
Marca, igualmente, la explosión de nuevas herramientas que
transformarán las actuales
formas de pensar, crear, comerciar, competir, gobernar y de
desarrollar múltiples actividades en la vida cotidiana y en el
trabajo.
Lo saben bien los gigantes de la tecnología que realizan enormes
inversiones en inteligencia artificial. Microsoft invirtió 10 mil
millones de dólares en ChatGPT e integró IA a su motor de búsqueda
Bing, que después de años de discreta presencia ahora crece
exponencialmente y también estará en las aplicaciones de Office
-Word, Excel, Power Point y Outlook-. Google desarrolla y pronto
comenzará a competir con Bard y proyecta lanzar la versión de su
motor de búsqueda potenciado con inteligencia artificial, este mismo
año.
Varios de los titanes de la tecnología como Steve Wozniac,
cofundador de Apple, o Elon Musk, cofundador de OpenAI, lanzaron la
semana anterior una alerta temprana acerca de la velocidad con el
cual se impulsa esta innovación y, junto con científicos y otros
protagonistas de la industria, solicitaron una pausa de seis meses
para evaluar los posibles riesgos de la
inteligencia artificial generativa, como potenciar la desinformación
o su uso por delincuentes o terroristas.
Afectará también el trabajo. Una investigación de la propia Open. AI
estimó que al menos 19% de los trabajadores podrán ver afectadas
hasta 50% de sus tareas. Aun así, hoy las mayores preocupaciones de
quienes dominan el tema se orientan más hacia la ciberseguridad, la
privacidad y la ética.
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