EDITORIAL
El revolcón en
la Policía Nacional
El relevo en la Dirección
General de la Policía aplicado ayer por el Gobierno, que determinó
lasalida del general Henry Sanabria y la llegada del general
retirado William René Salamanca, debe dar pie a ajustar la
estrategia y plan operacional de la institución para hacer frente
con más eficiencia a una serie de problemáticas que se han agravado
en los últimos meses.
Uno de los flagelos que requiere implementar acciones más
contundentes es, precisamente, el de la inseguridad ciudadana. Tanto
los gobernadores como los alcaldes, así como la Fiscalía,
Procuraduría, Defensoría del Pueblo, centros de estudios,
organizaciones no gubernamentales e incluso informes como de la
Misión de Verificación de la ONU en Colombia, han coincidido en
advertir que hay un rebrote de la violencia y la criminalidad en
distintas partes del país,
protagonizado por factores de delincuencia común y organizada.
Los incumplimientos de los ceses el fuego pactados por el Gobierno
con grupos residuales de las FARC y bandas criminales como el ‘Clan
del Golfo’ (este último ya suspendido) así como el aumento del
accionar del ELN están deteriorando de forma sustancial el orden
público envarios departamentos y municipios…
Si bien debe destacarse la reducción de homicidios, incluyendo los
de líderes sociales y desmovilizados, hay un alarmante repunte de
otros delitos de alto impacto como hurtos, extorsiones, microtráfico
y casos de sicariato, entre otras conductas. Los índices de
victimización ciudadana van en aumento y las encuestas evidencian
una escalada en los índices de percepción de inseguridad urbana y
rural.
Es imperativo que las autoridades reaccionen con más contundencia a
esta situación, que incluso se torna más preocupante porque coincide
con el arranque en firme de la campaña para los comicios de octubre.
El general Salamanca, quien ya había salido de la línea de mando y
se venía desempeñando como cónsul en Miami, es un experto en
seguridad ciudadana y seguridad estratégica. Esa característica
resulta vital para reforzar el plan de choque ante el pico de
criminalidad que se está registrando en el país. Es urgente que
tanto la Policía como las Fuerzas Militares aumenten su operatividad
contra la delincuencia común y organizada.
De otro lado, el relevo en la Dirección General es una oportunidad
para definir, de una vez por todas, la hoja de ruta en materia de
lucha antidroga. La caída sustancial en las cifras de
erradicación de narcocultivos y el auge de producción de narcóticos
en algunas zonas, unido al incremento del microtráfico a nivel
urbano, evidencian que el cambio de óptica gubernamental en el
combate a este flagelo se está tornando muy preocupante.
El solo hecho que voces expertas adviertan que la extensión de
sembradíos ilícitos podría llegar este año a la inédita cifra de 300
mil hectáreas, es un campanazo que urge correctivos urgentes en la
estrategia oficial y su implementación por parte de la institución
policial. Igual ocurre con el incremento de delitos como el de la
minería criminal.
|
|
|
Las
preguntas salen sin respuestas
Por: Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
Desde que tengo
conocimiento sobre la vida pública en Colombia, siendo muy pequeño
escuche hablar de personajes siniestros que gobernaban el país. Eso
fue en los años 50s. Era otra época donde reinaba la ignorancia
popular y la gente creía en partidos políticos al igual que la
religión.
La idiosincrasia de estas sociedades que habitan el continente están
muy apegadas a las creencias religiosas y políticas, muy poco en el
raciocinio intelectual que otras tienen y han logrado avanzar en su
bienestar humano. Los jefes de los cultos son los orientadores y
manipuladores de las personas que carecen de independencia
intelectual y buscan allí llenar ese vacío y funcionar como súbditos
de ese epicentro de donde les absorbe y les alimenta el raciocinio
elemental.
Una sociedad de élites es muy difícil que avance y se congregue como
una empresa social y no de líderes. Mientras permanezca unida a un
liderazgo no va a poder avanzar porque normalmente los líderes son
psicópatas y son los dueños de lo existente sin que nadie se dé por
aludido. Excepto los independientes, autónomos o empresarios.
Lo que está pasando en la actualidad es que ya está entronizado un
líder que no tiene respeto por sí ni por la sociedad que lo ha
elegido. Sus faltas de asistencia demuestran que hay algo enfermizo
en él, algo que no está claro en su récord médico o de quienes
manejan su agenda laboral. Él ha sido elegido para administrar un
país y manejar los bienes de los colombianos, porque Colombia no es
una monarquía donde se ha nombrado un gobernante.
En derecho existe un precepto, como se hace se deshace. De esta
forma lo que quedó mal tejido se deshace para volverlo a tejer con
mejores tejedoras. Esta ha sido la regla que se ha venido empleando
en naciones donde la sociedad presiente que algo malo va a pasar o
está pasando.
Colombia es un país pequeño, a pesar que tiene millones de
habitantes y su economía es muy frágil. El dólar es una moneda
fluctuante que depende de muchos movimientos económicos a nivel
mundial para su estabilidad. El peso colombiano podría ser una
moneda duro si sus genios en economistas supieran hacer lo que
realmente se debe hacer. En Colombia hay más de dos trillones de
dólares almacenados en millones de familias que los han ahorrado de
sus trabajos secretos, pero están ahí, El gobierno americano lo sabe
y está en silencio. Porque está usando ese dinero en su contabilidad
para poder girar dinero respaldado en ese guardado.
Hay un mal manejo en la economía en este momento porque el líder
está ausente y sus alfiles no saben dónde están parados.
No hay que asustarse, lo que hay que hacer es organizarse y trabajar
para que el país se monte en los riles que realmente debe estar.
|
|
Crónica #626
DE LA PAILA A CALARCÁ
Gustavo Alvarez Gardeazábal
Audio:
https://www.spreaker.com/episode/53557731
Los análisis sobre las causas y consecuencias de la caída del puente
en el rio La Vieja en la vital carretera de Cali a Armenia ha
llenado páginas de periódicos, imágenes de tv y caudalosos rios de
verdades y mentiras en las redes, pero ni gobernantes ni líderes
regionales han hablado de lo urgente de precipitar como verdadera
solución de las crisis planteada la construcción de la tantas veces
aplazada carretera de doble calzada entre La Paila-Calarcá, el único
tramo que falta para completar la que ya viene desde Cali.
Estoy hablando de ella hace muchos años. Lo hice cuando escribía mis
columnas diarias en la prensa caleña. Seguí presionando por ella en
los dos períodos en que fui alcalde de mi pueblo y más aun cuando
llegué a la gobernación del Valle.
O hubo poco interés y mucho celo de los dirigentes caleños y
quindianos o pánico de los dueños de la tierra en la zona por donde
pasaría el proyecto de la carretera que se tomaría paralela a la
actual, desde Vallejuelo hasta desviarse diagonalmente y caer a
Calarcá por el lado de Barcelona.
Extrañamente no hubo forma de que la incluyeran en la concesión de
Buga-La Victoria ni como una prolongación de la de Cajamarca-Calarcá
y, lo que es más absurdo, se repudió añadirla a la Autopista del
Café cuando hoy en día, por un convenio con Invías, ese trayectico
de 37 kilómetros está administrado desde el 2005 por esa misma
concesión.
Recorrer el tramo es meterse por un embudo lento (hasta una hora se
puede gastar) y generaba, hasta antes de caerse el puente, un
trancón permanente al tráfico entre Bogotá y Buenaventura.
Aunque el presidente Petro haya dicho en uno de sus ya habituales
delirios leninistas que no le gustan las autopistas de 4G, porque
éstas solo sirven para importar productos y matar la producción
nacional, pues con eso dizque se benefician los dueños del gran
capital que terminan siendo los dueños de las carreteras, parece
haber llegado la hora de rectificar y corregir el error y así como
proyectan una vía nueva de Popayán a Pasto hagan lo propio con los
37 kilómetros de La Paila a Calarcá.
El Porce, abril 18 del 2023
|