Pereira, Colombia - Edición:13.081-661

Fecha: Jueves-18-05-2023

 

COLUMNISTAS

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CHARLAS CON UN MAESTRO SAMMASATI

 

Por: Gongpa Rabsel Rinpoché
Lama Sammasati para Latinoamérica

 

El Arte de Vivir en Plenitud

 

Vivir en plenitud, un arte sublime,
es danzar con el fluir de cada instante,
abrazar el presente con amor constante,
y encontrar en cada experiencia el brillo que redime.

Es mirar al mundo con ojos de asombro,
descubrir la belleza en cada pequeño detalle,
deleitarse en los colores y en el aire,
y en cada sonrisa encontrar un tesoro.

Vivir en plenitud, un regalo divino,
es amar con el corazón despierto,
cultivar la gratitud y el agradecimiento,
y en cada encuentro dejar huella en el destino.

Es saborear cada bocado con deleite,
nutrir el cuerpo y el alma en armonía,
y en cada respiración encontrar la energía,
para seguir el camino con pasión y crecimiento.

Vivir en plenitud, un viaje interior,
es conocerse a uno mismo en profundidad,
aceptar las luces y sombras con humildad,
y abrazar la propia esencia con fervor.

Es vivir con propósito y con pasión,
dar lo mejor de sí en cada acto,
construir puentes y derribar muros en el pacto,
de compartir amor y comprensión.

Vivir en plenitud, un anhelo del corazón,
es soltar los miedos y atreverse a volar,
abrir las alas y en el infinito flotar,
y en cada sueño encontrar la inspiración.

Es abrazar la vida con valentía y entrega,
dejarse llevar por la corriente del amor,
y en cada latido encontrar la melodía,
que nos guía hacia la eternidad en el fulgor.

En el arte de vivir en plenitud se encuentra,
la clave para descubrir la felicidad,
en cada paso y en cada experiencia,
encontramos la libertad y la verdad.

 

En un mundo lleno de prisas y preocupaciones, encontrar la plenitud parece un desafío inalcanzable. Los invito a sumergirnos en el arte de vivir en plenitud y descubrir la verdadera felicidad en cada instante.

Te lleva de la mano a través de los versos, desvelando los secretos de esta forma de vida que nos conecta con lo más profundo de nuestro ser. Vivir en plenitud se convierte así en un arte sublime, una danza fluida con el presente que nos permite abrazar cada experiencia con amor constante.

En estas líneas poéticas, se nos muestra la importancia de mirar al mundo con ojos de asombro y apreciar la belleza en los detalles más pequeños. Te animo a deleitarnos en los colores, en el aire que respiramos y a descubrir tesoros en las sonrisas de quienes nos rodean.

 

Pero vivir en plenitud va más allá de la observación externa. Es un regalo divino que requiere amar con el corazón despierto y cultivar la gratitud y el agradecimiento por todo lo que la vida nos ofrece. Cada encuentro se convierte en una oportunidad para dejar huella en el destino y enriquecer la existencia de quienes nos rodean.

La plenitud también se encuentra en el cuidado de nosotros mismos, tanto física como emocionalmente. Los invito a saborear cada bocado con deleite, nutriendo nuestro cuerpo y alma en perfecta armonía. Los animo a encontrar la energía en cada respiración y utilizarla para seguir nuestro camino con pasión y crecimiento personal.

 

Pero, sobre todo, el viaje hacia la plenitud es un camino interior. Conocernos a nosotros mismos en profundidad, aceptando tanto nuestras luces como nuestras sombras con humildad, es esencial para abrazar nuestra propia esencia con fervor. Vivir con propósito y pasión nos impulsa a dar lo mejor de nosotros mismos en cada acto y a construir puentes de amor y comprensión en nuestro entorno.

 

En estas palabras poéticas, se nos revela que el arte de vivir en plenitud implica soltar los miedos y atreverse a volar, abrir nuestras alas y dejarnos llevar por el infinito. En cada sueño encontramos la inspiración para alcanzar nuestras metas y realizar nuestros anhelos más profundos.

 

Los invito a abrazar la vida con valentía y entrega, dejándonos llevar por la corriente del amor. En cada latido encontramos una melodía que nos guía hacia la eternidad en todo su fulgor.

 

El poema nos revela que el arte de vivir en plenitud es la clave para descubrir la felicidad. En cada paso y en cada experiencia se encuentra la libertad y la verdad que tanto anhelamos.

Espero que este artículo haya sido de utilidad para ti. Si tienes alguna duda o comentario, no dudes en ponerte en contacto conmigo al correo electrónico gongparabsel@gmail.com o al WhatsApp 314 623 83 08.

 

 

 

¿QUE SE HICIERON ESAS 23 CURULES?

 

 

Por: Álvaro Ramírez González

alragonz@yahoo.es


Para nadie es un secreto qué hay una fría y muy distante relación entre el Centro Democrático y el Expresidente Iván Duque Márquez.

Casi irreconciliable.

La llegada de Duque a la Casa de Nariño, fue un triunfo político del también Expresidente Álvaro Uribe, que había llevado con sus votos a Juan Manuel Santos a la presidencia de la Republica, y este no solo lo traicionó, sino que además, compró con dinero público y mermelada, uno a uno a los congresistas del partido de la U que había fundado Uribe, y físicamente, se le robó ese partido político.

 

Uribe estuvo entonces en oposición a Santos y debió montar un nuevo partido político, el Centro Democrático.

Fue entonces la llegada de Duque a la Casa de Nariño no solo una revancha para Uribe, sino el entierro político del Santismo que nunca fue nada distinto a un grupo de congresistas llenos de mermelada y de la jefatura política de Santos que nunca fue más que un burócrata oportunista que engañó a Uribe para montar su candidatura en su prestigio y sus votos, y nunca un jefe político.

Pero por sobre todo Duque representaba la consolidación del Centro Democrático.

Todo esto debería haber salido muy bien no solo para Uribe, sino para el CD, comoquiera que Duque hizo una presidencia reconocida de sensacional por eficaz, en todos sus indicadores.

Con excepción de su relación con el CD, que terminó completamente arruinada.

Uribe que, como jefe único del CD, quedó en la mitad del sándwich, fue el senador líder del CD en el Congreso y cuidó con mucho celo los proyectos de ley de su pupilo Duque.

De no haber sido así, una gran parte del CD, al menos, se habría ido en oposición a Duque, y eso hubiera sido no solo impresentable sino catastrófico.

Pero es increíble que después de una gran gestión presidencial de Iván Duque, su relación con el CD sea hoy inexistente y con Uribe, muy distante.

Pero vamos con los argumentos de cada uno de ellos.

El CD, con personas como la Senadora Cabal, acusa a Duque de haberlos tratado muy mal en el reparto burocrático, y desde allí se cerró la puerta de la Casa de Nariño para ellos.

Lo acusan de ser el culpable de que el CD haya perdido 23 curules en el Congreso en las últimas elecciones y además de la llegada de Petro al poder.

Duque, también molesto se defiende diciendo que les dio lo que podía en burocracia, pero necesitaba también garantizar el apoyo de otros partidos como el de la U, los Conservadores y algunos Liberales, para que sus proyectos tuvieran no sólo mayoría, sino transito libre en el Congreso.

Además, es enfático en afirmar que él llegó para manejar un país con muchos problemas muy grandes como la Pandemia y el paro terrorista que convocó Petro y paralizó y bloqueó al país por casi dos meses.

Y además para no dejar caer la economía después de tantas y tan duras adversidades

Y a fe que lo logró.

Duque afirma que su tarea no era dedicarse a cuidar o a engordar al CD, sino dirigir un país bien complicado, que Santos dejó en muy malas condiciones.

No conozco más detalles de esta lamentable crisis, pero si he hablado personalmente con todos sus protagonistas.

Hace poco tuve desde Europa una llamada y una larga conversación con Iván Duque.

Y hace muy poco tuve en Pereira una visita de la Senadora Cabal, y una larga conversación con Ella.

Conozco pues las dos posiciones.

Alcanzó a imaginar lo que pudo pasar, pero voy a dar mis argumentos.

La crisis del CD, no es responsabilidad de Iván Duque; conozco ese partido desde adentro y vive una dinámica de autodestrucción que no fue lo que Uribe soñó.

Un desorden que nadie controla.

Unas divisiones internas por el poder muy profundas y unos liderazgos políticos sin fuerza que lo arruinaron como el caso de Risaralda.

La llegada de Petro y la izquierda al poder “era imparable “, me dijo Duque en nuestra larga conversación telefónica.

 

 

“Era un tsunami que invadió a América Latina entera y ni yo ni nadie lo iba a detener “, afirmó categóricamente Duque.

Y yo estoy de acuerdo.

Echarle la culpa del derrumbe político del CD a Iván Duque es como echarle la culpa de la infidelidad conyugal al sofá.

Es entonces increíble que después de una presidencia exitosa y eficaz como la de Iván Duque Márquez, su partido, el que lo llevó al poder, este hoy en una profunda crisis y claramente disminuido.

El presidente Uribe pudo haber cerrado esa fisura a tiempo y no lo hizo.

Hoy en más grande que el Cañón del Colorado.

Y como no hubo renovación en los cuadros directivos y políticos del CD, es imposible que recupere su vigor y su prestigio.

No tiene como.

Y la culpa de no levantar vuelo ya no se la podrán echar a Duque.

¡La culpa entonces de la infidelidad conyugal, no era del sofá!

 

La soberbia, nefasta compañía

 

 

Por: Guillermo Navarrete Hernández

 

La soberbia es uno de esos sentimientos inherentes a la existencia del ser humano, el cual surge por un profundo egoísmo y de cierta idea de superioridad, las que a su vez se asocian con la vanidad y la arrogancia, es decir, carencia de humildad que impulsa a pensar que no se requiere de nadie para adoptar posturas o decisiones basadas en un supuesto conocimiento, así como la aceptación de las personas que coinciden con los criterios del que los emite. Tal superlativa percepción de sí mismo, conforme lo expone la psicóloga Fátima S. Franco, citada por Armando Forero (2023), tiene su origen en el orgullo. Es así que según la tradición judeo-cristiana, la soberbia es la que provoca la caída de Lucifer, al creerse mayor que el Creador. Herencia, perenne de la lucha entre el bien y el mal.

El estatus social, el poder o el resentimiento, suelen ser insumos básicos para que la práctica de este vicio incidente en el relacionamiento humano, prevalezca. La soberbia comporta al mismo tiempo imposición, al extremo que en muchas ocasiones acude a la violencia, para alcanzar propósitos previamente calculados. De hecho, Martha Nussbaum (2022), en su obra “Ciudadelas de soberbia”, la considera como una de las causas del abuso sexual sistémico, el narcisismo y la masculinidad tóxica, con marcada tendencia en una sociedad patriarcal y machista.

En la dirección de equipos, empresas y del Estado, este vil sentimiento, que siempre cuenta con excusas inexcusables, conduce habitualmente a crisis sociales, económicas y de violencia, que se implantan como improntas en la psiquis colectiva e, incluso, en la historia.

 

Por soberbia del Faraón, no obstante las solicitudes de Moisés el pueblo de Egipto debió soportar diez plagas hasta la muerte de todos sus primogénitos; la superioridad supuesta de la raza aria, de la cual estaba convencido Adolf Hitler, determinó aproximadamente 60 millones de víctimas en una de las confrontaciones más cruentas, entre ellas más de siete millones de judíos y dos millones otros pueblos (United States Holocaust Memorial Museum, 2023). En la actualidad la guerra desatada por Putin en contra de Ucrania, no sólo representa las víctimas humanas, el desplazamiento forzado, sino las consecuencias para la economía del planeta. Lo propio ocurre en Siria, Sudán, Etiopia y Colombia, nación esta última que padece reiterados ciclos de violencia por la altivez de las élites, los grupos armados que en la práctica se constituyeron en otras élites, de buena parte de la dirigencia política y de clases emergentes.

 

El antídoto a tan nefasta compañía, naturalmente es la humildad, la que se adquiere a través del reconocimiento del otro como semejante independiente de las diferencias que existan, renunciar a los prejuicios y por esa vía, a las estigmatizaciones, tan comunes dentro de nuestro contexto, sin embargo, la disposición para la escucha, más si se trata de posturas divergentes, las cuales tienen la intención de aportar que de su condición de enemigos, como en diversas ocasiones son tachadas con fines manipuladores por quienes integran el sanedrín del líder. Es de anotar que la gobernabilidad y las decisiones públicas adecuadas coherentes en gran medida a esta actitud.

Por diferentes análisis que se realizan, pareciera que la sintomatología del mal es evidente en el actual gobierno nacional, pero que, de no acudir a las medidas terapéuticas anotadas, la catástrofe entonces está anunciada

 

 

  

 

 

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