EDITORIAL
El juego ideal
¿Podríamos afirmar una verdad última? ¿reglas apodícticas? Tal vez
en la naturaleza, pero nunca en la naturaleza humana. Una y otra vez
la historia ha decidido delimitar la naturaleza del ser humano, del
hombre incluso del sujeto: siempre atribuyéndole adjetivos que sólo
en condiciones ideales podría llegar a desarrollar. El ser humano
debe ser virtuoso, bondadoso, humilde, etc… ¿¡virtuoso en cuanto a
qué, a qué tipo de esencia mística definida por un ente muchísimo
más dudoso que la misma esencia!? siempre dirigiéndonos,
obligándonos a seguir un camino, unas reglas, un cierto tipo de
lógicas, de las cuales desconocemos sus orígenes ¿cómo no estar tan
cansados? ¿Cómo no tener una vida agotada, si vivimos la nuestra y
la que los otros dicen que debemos tener?
Un ser humano: agotado, enfermo, frustrado es el resultado de la
imposición de reglas que no logran encontrarse con la multiplicidad
de lo que el propio ser humano es. El ser humano, no es simple, el
hombre o el sujeto, es un cuerpo cargado por toda su historia, sus
vivencias: es complejo; pero, muy pocas veces toda la experiencia
del ser humano logra manifestarse en su totalidad en una sola
expresión: nunca eres siempre astuto, nunca un idiota por completo o
sólo alegre, siempre eres múltiple. Más ¿Cómo afirmar nuestra
multiplicidad en cada expresión de la vida? ¿Cómo evitar morir? ¿Cómo
pensar en lo impensable?
No existe una sola verdad sobre el humano que podamos afirmar en su
totalidad. Desprenderse de la idea egocentrista de poder obtener una
verdad última, nos obligará a ver la vida con jovialidad,
desentendernos de lógicas culturales y crear nuestros propios
esquemas de pensamiento, sólo dejarán una visión del mundo jovial,
una en donde la vida es un juego donde las reglas cambian
constantemente.
Nuestra vida se desarrolla sin límites. Después de todo porque
tendríamos que agruparnos, delimitarnos y encasillarnos en un sólo
modelo de pensamiento, un modelo definido de respuestas ya
prediseñadas, en busca de ganarnos el título de “buen ciudadano”
“buen humano” etc… ¿Por qué no abandonamos las gradas del mundo y
nos unimos a él? No es acaso Husserl el que afirmaba la necesidad de
ir a las cosas mismas, a lo que el post- estructuralismo luego
afirmará la necesidad de de-construir cada una de los conceptos que
utilizamos, pero, que en la gran mayoría de los casos desconocemos,
porque no volver nuestra vida, una cuestión propia, que cada
concepto, experiencia o persona que juegue con nosotros el juego de
la vida se le quede una pequeña parte nuestra, que cada verbo
desarrollado tenga en su inscripción nuestro nombre ¿Por qué no
atrevernos a deconstruir lo ya construido, destruir los edificios
que nos impiden percibir la forma más clara del ser humano, es decir,
aquello que nos impide vernos y reconocernos como una multiplicidad
que incluso nosotros desconocemos o simplemente una multiplicidad
libre, que se mueve en el mundo jugando, apostando, gritando con
furia ¡viva lo múltiple! explotando en cada uno de los
acontecimientos a los cuales sólo le queda acaecer, no sería esto el
juego ideal o en palabras más claras, una manifestación precisa del
gran juego llamado vida.
|
|
|
El poder
político se diluye cuando el pueblo evoluciona genéticamente
Por: Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
Los pueblos
primitivos, incluyendo los griegos y los romanos ejercían un poder
absoluto sobre la vida de sus conciudadanos porque eran propiedad
del soberano. Esa jerarquía se ha mantenido por siglos como cosa
natural porque al ser humano apenas se le está cayendo la cola. Y no
tiene aún la capacidad de actuar con autonomía en el mundo que vive.
La mitología griega es un ejemplo de esos poderes absolutos que los
dioses tenían sobre los humanos. Y estos como cachorros seguían a
sus amos sin ningún cuestionamiento. Ese fenómeno ha persistido con
variantes por la evolución que el ser humano ha tenido y ha hecho
revoluciones para desprenderse de ese estigma que ha tenido de orden
genético.
Hoy en día nadie cuestiona sobre esos poderes que ejercen los
políticos sobre los seres humanos y aceptan ir a la guerra y
asesinar a cualquiera porque el Estado lo ordena y el Estado son los
políticos y su cabecilla, el presidente. El pueblo es simplemente
una masa de panadería que se amasa para formar los mejores
panecillos antes de meterlos al horno.
Las guerras
actuales son el reflejo de ese poder que se ejerce desde el trono
del jerarca ya sea elegido o esté en el poder por su propia
voluntad. Cosa que se ve normal en todos los estrados del poder.
Colombia es un
país que su pueblo sigue a sus líderes sin el menor cuestionamiento
sobre su integridad y su capacidad de actuar con sabiduría para
dirigir a un rebaño que simplemente escucha y actúa según el mandato
del jefe.
Dentro de esa
misma sociedad hay una masa que lee y cree que todo lo que lee es
cierto y piensa que la verdad es la que está escrita en el papel.
Por esa carencia evolutiva no pueden discernir, razonar o entender
que los están manipulando para que actúen como los líderes quieren
que ellos actúen para ellos alcanzar el poder político y ser los
dueños del entorno donde todos habitan.
La sociedad actual está comprendiendo un poquito más sobre su libre
albedrío y una minoría se viene apartando, para no participar en el
juego de los políticos y dejando que el pueblo actúe como ellos
creen que está bien. El error está ahí, la pasividad y esa desidia
hacen que al final caigan en la trampa y sean sometidos al devenir
del que se ha empoderado y hace lo que le venga en gana con la
nación.
Las protestas mal dirigidas no llevan a ningún sitio. Es un desgaste
de acciones y energía que al final el empoderado las puede usar para
su bien y sentirse más poderoso de lo que antes era.
La sociedad tiene que asumir una veeduría que le permita ir montando
organizaciones que vaya asumiendo los poderes de protección a la
sociedad de los desmanes que los políticos hacen al establecimiento.
El voto en blanco es una de las armas más poderosas que tiene la
sociedad para contrarrestar estos desmanes y poder dirigir la
sociedad por el buen camino. Si el voto en blanco gana, debe existir
un reglamento en que los votos en blanco son válidos y tienen el
poder de quitarle poder
|
|
al congreso eliminando congresistas con el mismo número de votos
a lo que son elegidos los congresistas.
De lo contrario seguiremos viviendo en la corrupción que genera la democracia.
Crónica de Gardeazábal # 659
MÁS ENCARTADO QUE GALLINA CRIANDO PATOS
Audio:
https://www.spreaker.com/episode/54098945
Al presidente de la nación no solo los cafeteros le metieron (según
sus palabras) los dedos en la boca, sino que otros le pueden haber
estado metiendo más cosas en los meses que lleva sin que se hubiese
dado cuenta.
Hoy día, después de la crisis sin nombre generada por Laura y
Benedetti,( y que no sabemos dónde terminará), no solo tiene que
encontrarles reemplazo para asumir las funciones que les encomendó,
sino que tiene que inventarse alguna fórmula para recuperar la
credibilidad ciudadana, vuelta trizas después del mal manejo
político, la pésima conducción administrativa y el desconcertante
disfraz personal con que afronta la marcha del estado.
Casi todo lo que ha ido pasando, es generado por sus equivocaciones
o sus protuberantes ignorancias. Si no hubiese cometido el error de
haberle otorgado funciones superministeriales a una jovencita falta
de mundo a quien nunca nombró ministra. Si no hubiese confiado tanto
en Armando Benedetti aún después del incidente nunca dilucidado de
los petrovideos de la campaña. Si hubiese investigado un poquito más
en quienes integraban la terna para gerente de los cafeteros, y
hubiese descubierto a tiempo que José Antonio Ocampo tenía los dados
marcados para forzar la elección de Bahamón, el uribista procesado
por la Contraloría de Bogotá, la inminente crisis entre la
Federación y el Gobierno no estuviera hoy llenando el cielo
campesino de nubarrones.
De la misma manera si hubiese identificado que la ministra Irene es
la sacerdotisa sectaria de la religión hildebránica, que nos quiere
sacrificar cual catecúmenos en las catacumbas ambientalistas. Si
supiera para qué lado juega Danilo Rueda, el Comisionado de Paz. En
fin, si supiera administrar el estado en todo el sentido de la
palabra y no solo repetir su fracaso como alcalde de Bogotá, no
estaría tan encartado como una gallina criando patos, o como dijo el
politólogo Eduardo Llano “cerca de quedarse parado en una baldosa
sin poder moverse”
Gustavo Álvarez Gardeazábal
El Porce junio 5 del 2023
|