EDITORIAL
El arte
contemporáneo
El arte contemporáneo puede ser el enigma más grande de la época,
pero es precisamente lo que lo hace tan grande y a la vez lo
convierte en un objeto que despierta una gran desconfianza en sus
espectadores con sus enigmáticas composiciones. Dado que “A
diferencia de otros animales, el ser humano posee algo singular y
diferenciador: la posibilidad de crear y expresarse a través del
arte.
Algo que nos hace únicos frente a otras especies ”Esa posibilidad de
expresarnos es la razón del gran enigma de la contemporaneidad, pues
en nuestra actualidad aún sigue deviniendo, en consecuencia el arte
de nuestros tiempos no tiene una estructura en la cual establecerse.
Pero la falta de estructura no es en totalidad la razón de lo
enigmático y lo siniestro que puede llegar a ser el arte
contemporáneo.
Las sensaciones que nos produce la actualidad del arte son mucho más
profundas que simplemente la falta de estructura o reseñas
académicas, la propia verdad que el hombre parece comprender a
través de la filosofía contemporánea se traslada al arte para así
dar un cambio de paradigma, ya la intención no es, de ninguna forma,
proponer imágenes, sentimiento, etc… sino, producir en primera
instancia , a título de pensamiento, un labor de percepción práctico
( aunque, esto causa ciertas problemáticas en el arte, incluso en
muchas ocasiones puede asesinarlo)
El arte contemporáneo es el hijo del arte moderno, o para ser más
conciso de las vanguardias artísticas de la modernidad. El arte
moderno se comporta como la madre del arte de la actualidad, pues el
arte moderno engendró el monstruoso hijo que hoy podemos evidenciar.
Las vanguardias despojaron del oficio de artista la necesidad de una
técnica establecida; el arte ya no se rige bajo las indicaciones de
una directriz externa al sujeto y a sus gustos, permitiendo así la
entrada de la subjetividad en la obra de arte. De tal forma “(…) el
nuevo arte vino de la mano de la industrialización, las nuevas
tecnologías, la urbanización de las ciudades, el ascenso de la clase
media y la aparición de la cultura de consumo. Y este gran
descendiente del arte contemporáneo, se encontró con su gran padre,
la gran estructura, uno que le mostró la gran pluralidad que puede
haber, entre tanto, también la imposibilidad que representa poder
determinar que algo es exactamente algo…
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Lo que
tenemos es lo que aceptamos tener
Por: Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
Cada país es lo
que su sociedad se proyecta en él, su forma de gobierno es lo que
esta elige según su idiosincrasia. Por eso hay sociedades más
evolucionadas que otras y el destino de su pueblo está basado en
como sus dirigentes político-administrativos dirigen el país y
administran los bienes sociales.
Son pocas las sociedades en el mundo que están organizadas de tal
forma que sus habitantes gozan de un bienestar que les ofrece el
establecimiento. Por lo general los pueblos carecen de todo tipo de
beneficios porque este es absorbido por quienes administran la
nación. La sociedad es obligada a pagar impuestos bajo todo tipo de
imposiciones que los políticos crean para ellos sostener su partido
político, la burocracia y la corrupción que vive a su alrededor.
Colombia es uno de los ejemplos que se puede exhibir para señalar
esta problemática social porque es un país que no ha salido del
colonialismo y cree que están viviendo en la era actual donde va la
civilización. Pero no, están muy primitivos tanto sus gobernantes
como su sociedad.
Hay tres situaciones aquí que van al unísono y que es casi imposible
separar: Primero, es una sociedad multirracial y esto impide que
puedan tener una dirección puntual y todos trabajen bajo coordenadas
que los lleven a un objetivo que se pueda realizar. Segundo; dentro
de su conciencia existe un sentimiento personal que es la creencia
de clases sociales y estratos y esto impide el sano crecimiento de
la nación y tercero; sentirse inferiores a otras sociedades les
impide actuar con propiedad, libertad y don de poder. Solo esto es
reflejado en el trato entre los mismos conciudadanos.
Se habla de corrupción, crimen, desestabilidad económica y un resto
de etc. que al final sonarían muy fuertes en un discurso de campaña
política, pero es simplemente un discurso político que no cambiaría
las cosas desde su base.
La sociedad es la que debe establecer la ruta a seguir a través de
sus ciudadanos más prominentes e intelectuales. Ellos tienen la
visión y el poder de organizar la comunidad y decidir por el
bienestar de todos. Los políticos son los oportunistas que quieren
gobernar lo que otros organizaron a través de lo que llaman
democracia, que esta es la fuente de la corrupción.
Por esta razón los electores deben tener mucho cuidado en las
decisiones que toman al elegir a un político. Porque después que
este es elegido el elector pierde el poder que tenía antes de la
elección. Sin el voto de ellos no habría elegidos y por esos en la
actualidad hay una carnicería para alcanzar las curules que aspiran
miles de candidatos a puestos públicos, porque es una forma muy
práctica para esquilmar el erario e imponer impuestos.
Los electores son los responsables de quienes serán elegidos y
quienes irán a robar en esos puestos. Los electores saben la verdad,
pero a sabiendas eligen a quien los va a robar. Y en su silencio
comparten las cosas malas de lo que ellos hacen.
Aquí nadie sale limpio, Si el Congreso es corrupto, sus electores
son igual. Aquí no hay por que lamentarse de lo que está pasando. Es
igual que comprarle a un ladrón, uno se convierte en un reducidor
porque está apoyando el robo que el malhechor hizo. Y por eso existe
el negocio porque hay un contubernio entre el que roba y el que
compra. Y todos van de la mano.
Protestamos por la corrupción que hay, pero no pensamos que somos
unos corruptos cada vez que
evadimos pagar impuestos. Y esta evasión se da porque quienes
establecen las leyes
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solo les interesa recaudar impuestos para poder
mantener la burocracia y los excesos que el establecimiento gasta en
sus cosas personales y no en el bienestar de so sociedad.
Por lo general el crimen lo genera el Estado, porque él está en
manos de personas que no tienen la capacidad de entender lo que es
el equilibro entre el mundo social y la parte administrativa de los
bienes de una sociedad. Esta es una de las grandes razones del
porque el mundo no funciona bien.
Mientras existan clases sociales, estratos sociales nada caminará
bien, se necesita libertad y autonomía, porque esta actitud
discriminatoria mantendrá en conflicto a la sociedad y el progreso
jamás se verá en ninguna parte de una nación.
Crónica #693
PEREIRUTOS ASESINAN CHIMPANCÉS
Gustavo Alvarez Gardeazábal
Audio: https://www.spreaker.com/episode/56227461
Pereira logró buen nombre y respeto nacional por el empuje de sus
gentes, el civismo con que se movilizaban hasta lo imposible y,
sobre todo, por su capacidad de tolerancia a propios y extraños.
En Pereira entonces se podía invertir porque era fácil reconocer
como la ciudad progresaba, sus vías se modernizaron y la
rentabilidad aumentaba. En Pereira, también, se podía parrandear sin
peligro, lejos de la extorsión y la amenaza de los traquetos que se
quedaban fuera de sus límites geográficos.
Por todo ello, y por mucho más, Pereira mantuvo durante más de 50
años, y muy bien tenido, el Zoológico Municipal, donde millones de
niños del Eje Cafetero y los departamentos vecinos facilitaron el
conocimiento de los animales cautivos. Por alguna razón del
deterioro que se fue haciendo visible en casi todas las cualidades
que simbolizaban a Pereira, el zoo lo entregaron, por contrato, al
parque Ukumarí y lo que era fue dejando de ser.
El civismo y el empuje se volvieron recuerdos o los cambiaron por
las cooperativas de contratistas con que se camuflaron los
políticos. La dirigencia de antaño comenzó a ser desplazada por los
muchachos que se criaron tolerando o aun envidiando las andanzas de
La Cordillera y los otrora mandamases nacionales de los partidos
reemplazados por unos concejalitos con nombres extraídos del
almanaque Bristol o de los innombrables de Youtube.
En el zoo acaba de registrarse un acto tan despreciable que le va a
servir a Pereira de chapa vergonzosa para siempre. En una actitud
imbécil, ordenada y realizada por algún pereiruto, asesinaron a
Pancho y Chita, dos chimpancés qué se habían volado del zoo. Ni a
los directivos del parque Ukumarí se les ocurrió usar balas
somníferas, ni tenían redes capturadoras ni llamaron a los bomberos.
No. Les dispararon. Los asesinaron. Seguramente ellos y todos los
responsables creen que para pasar de ser pereirano a ser pereiruto
solo basta arreglar a bala las dificultades.
El Porce, julio 27 del 2023
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