El
juego, el símbolo y la fiesta en Soutine Street
El camino de la taza de café... Sesión II
Título: Soutine Street
creador: Samuel Bak
Fecha: 2001
Dimensiones físicas:
Óleo sobre lienzo
Tipo: pintura
Segundo sorbo: la fiesta
La pintura no es solo vertical u horizontal o solo
tiene longitud. La posibilidad que la obra de Samuel Bak nos permite
ver, es que tanto la profundidad como la superficie de la obra son
las partes de la obra, incluso que cada una de las perspectivas que
se da de la obra también son partes de ella misma. Por esto, no
podemos quedarnos solo en lo profundo de la obra o en la superficie,
el espectador de la pintura está en un ir y venir dentro de la
pintura, no se delimita en ninguna de las dos dimensiones, está
despierto, el café lo mantiene despierto, por esto la taza de café,
o mejor aún Samuel Bak nos mantiene hiperactivos, por esto el pintor
de la obra Soutine Street nos brinda esta casa de café (es su forma
de no solo manifestarse en la obra, sino de ayudarnos a ver el
camino, por ello la cuchara de servicio cobra forma como una
lámpara) Gracias a esta taza de café se es imposible quedarnos allí,
los significados ya no son imágenes estáticas, son símbolos
enigmáticos que cada vez se completan más, nunca están completos. Al
igual que Gadamer expone el símbolo ya no representa una imagen
inmóvil, sino, que la imagen es una constante infinita. Pero la
posibilidad de ver
|
|
los símbolos de esta forma solo es posible cuando se
acepta el juego bajo el cual estamos, los símbolos solo son
perceptibles cuando se toma la decisión de verlos, de ir más allá de
la superficie, a lo profundo, y volver sobre sí mismo, aunque esto
no quiere decir que se allá vuelto sobre lo mismo en un sentido
literal. El volver a lo mismo, es ver el símbolo, la imagen, como un
punto de encuentro el cual desbordamos cada vez que lo vemos, es
romper la cadena de significantes cada vez que se vuelve, esto es la
fiesta.
La fiesta es la posibilidad de re-presentar infinitamente un mismo
acontecimiento. Cada una de las representaciones nos conduce a la
siguiente, pero no necesariamente existe un principio genérico desde
el cual se tenga que comenzar, cada quien comienza desde sí mismo, y
recorre cada una de las partes de la obra a su gusto, por esto no se
habla de un libertinaje, sino de la libertad y esta se traduce en la
posibilidad de decidir el camino y la forma en la cual se quiere
recorrer. En consecuencia, la fiesta es lo que acoge todas estas
posibilidades, por esto la obra de arte es en cierto grado un orden,
por lo cual la pintura crea co- posibles. Pero ¿Dónde acaba una
pintura? La pintura es el acontecimiento puro, está allí eterno
incambiable. Pero, que sea incambiable no significa que no tenga
vida- al menos desde nuestra lectura de la obra- solamente
representa nuestra propia finitud, nosotros tratamos de entender la
obra y al hacerlo nos damos cuenta de que eso que enunciamos de la
obra no es más que una parte, ¿Cuántas partes tiene una obra o al
menos la obra de Samuel Bak? Si bien la pintura es el acontecimiento
puro, nosotros somos sus partes y con ello cada una de nuestras
representaciones, la obra nunca acaba, Porque los espectadores
también son parte de la pintura, con ello la obra siempre se está
moviendo significando cada vez más, está en la naturaleza de primer
orden del mundo el cual nos acaece, también somos parte del juego,
por esto tanto la obra como el juego; son eternos, infinitos. En
efecto, aceptar esta eternidad es la única posibilidad de comprender
que la obra son infinitos fragmentos que dan cuanta de la misma,
tomarnos el café es necesario. Aceptar la eternidad sin caer en un
negativismo, es estar de fiesta, - ¡Vamos, que la fiesta llegue
hasta el mediodía!- es lo que grita la pintura, cada parte produce
una inmanencia en la otra, la taza de café, produce el sentido , del
lado izquierdo o
|
|
derecho y de todo, el lado derecho influye en el sentido de la
izquierda y claramente de la taza de café, es decir cada parte de la obra nos
envuelve en una interpretación, cada parte de ella influye en la forma del resto
de la pintura, por esto debemos entender el ritmo de la obra, Después de todo
¡Estamos de fiesta!
Ultimo sorbo: La gran fiesta del café
La taza de café es lo que nos ofrece Samuel Bak, la decisión de si la tomamos o
no es el trabajo que el espectador debe hacer, en un primer momento. Pues tal
decisión es lo que permite el camino de toda la obra, lo que la pintura se va a
volver depende de esta decisión. Si Hacemos de la pintura, una fiesta, una
unidad de cuidados intensivos o un funeral, es la pregunta que la obra hace de
entrada, nos pide una decisión. De tomarse como fiesta, las casas, sus fachadas,
su oscuridad, no son más que la representación del mundo en el que se encuentra
el ser humano, lo profundo de la pintura representa la naturaleza de primer
orden del ser humano, está sumido en un juego infinito de significantes, pero
esto no lo entristece, lo llena de vida, ve las junturas de cada diferencia como
una posibilidad de vivir o Simplemente puede enfermar, volverse inmóvil y
dormir, la infinitud sería un determinado un imposible, negando así la propia
naturaleza y con ello la experiencia de la pintura de torna en la creación de
transcendentales, que cobran el sentido de esencias únicas y comunes a todas las
cosas, de no tomarse el café. La taza de café, no es lo esencial de la obra, la
taza de café es la parte de la obra que nos ofrece otra interpretación, una
interpretación viva, en donde los símbolos son siempre enigmas a completar, en
donde el juego permite afirmar el presente y el futuro en una sola tirada, la
taza de café es la invitación a la fiesta, al aceptar que la eternidad, la
infinitud también tiene un movimiento y esto solo lo puede dar el espectador que
está de fiesta, que puede contemplar lo invisible. En efecto, la calle del sur,
es la calle en donde se decide que hacer en el mundo, en un mundo siempre
acaecido por el devenir, y la forma en que este nos va a acaecer, por esto
podemos afirmar que Soutine Street es la fiesta, y como todas las fiestas habrán
quienes no participen activamente en el juego, solo estarán como espectadores
negativos del acontecimiento de la obra, - Vamos todos a tomarnos un café y
seguir la fiesta hasta el mediodía.
|