EDITORIAL
Un nuevo siglo “a la colombiana”
Esta nueva generación de ciudadanos colombianos tiene muchas
diferencias abismales para con la generación que comienza a entrar
en la tercera edad. Una de estas particularidades que hace que esta
generación sea muchísimo más prometedora y marque así una diferencia
para con la tradicional historia del colombiano promedio es la
conciencia que tiene sobre la necesidad de la salud mental. Es decir,
esta nueva generación no guarda sus sentimientos, los oculta del
resto del mundo, no los mantiene en su estómago produciendo duras
gastritis, no, esta nueva generación se preocupa, invierte los
papeles tradicionales de lo que es más importante, ahora no es una
máquina de producción, ahora es un ser humano, ahora lo que bombean
sus venas no es aceite y represiones, en efecto, lo que bombean sus
venas es sangre, abandonando el ideal oscuro que lo llevaba a
ocultar todo, para así verse ahora como lo que es un humano; que
siente, piensa, llora, ríe y grita o simplemente que existe.
Sin embargo, esta nueva ola que acoge a un país como Colombia se
debe a la importante mundial que diferentes organizaciones han
otorgado, demostrando que la salud mental, es un derecho
fundamental, o en palabras de la OMS “la salud mental es un derecho
humano fundamental. Y un elemento esencial para el desarrollo
personal, comunitario y socioeconómico.”.
Este derecho no está siendo pasado de largo para un país como
Colombia, de hecho, podríamos afirmar que hace parte de los muchos
proyectos o servicios y obligaciones que todos los trabajadores
públicos encargados en desarrollar alternativas han puesto como
prioridad.
Entre estos trabajadores públicos, se encuentran los de la ciudad de
Pereira, los cuales han llevado a desarrollar el sistema de atención
de salud mental, los cuales, si bien no pueden diagnosticar si
pueden brindar una ayuda o direccionar de una manera más objetiva.
Según los datos dados por este sistema los casos más recurrentes
son:
Situaciones de ansiedad.
Tristeza, soledad y depresión debido a la condición de contingencia.
Comportamiento de los niños y adolescentes (todo lo referente a la
crianza).
Temas de prevención de violencia intrafamiliar.
Es de esta manera como los tiempos han callado, ahora hay oídos.
Profesionales, ahora existen muchos más humanos dispuestos a
escuchar. De esta manera, es como el periódico El Imparcial ha
decidido informar en el día de hoy las líneas de ayuda en salud
mental.
Las líneas de atención: 3228615710 – 3228615712 – 3228615713, siguen
en continuo trabajo esperando poder orientar las 24 horas del día.
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El origen
del crimen social
Por: Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
El ser humano es simplemente un proceso de una causalidad universal.
Es el ordenamiento de elementos naturales que biológicamente se va
integrando hasta convertirse en lo que somos y permanecemos con
conciencia y raciocinio hasta que todo regresa a su estado original.
Lo que existe en el ser humano es una variedad de actitudes que lo
representan y lo hacen actuar según sus emociones. Según ese
conjunto de emociones hace que otros convivan dentro de ese núcleo y
compartan entre sí con otros manteniendo sus distancias dentro del
mundo sociable.
Hoy somos naciones diversas con idiosincrasias diferentes que
compartimos la naturaleza bajo una misma atmósfera terrestre, pero
con una variedad de personajes que se han hecho dueños de todos los
espacios que el planeta tiene y obligando a los habitantes del
planeta a seguir sus leyes para ellos sentirse que son los
poseedores de lo que existe.
Toda esa fantasía existencial tiene un límite en razón de la
existencia del personaje y así vemos una sucesión de individuos que
brillan por sus acciones en la historia del planeta.
El crimen no es solo el asesinato, el robo, el engaño, la extorción
y toda esa cadena de delitos que van en contra del bienestar del ser
humano sino el que crea el mismo Estado con sus habitantes. El
Estado al dictar ciertas leyes, establece a través de ellas el
origen del crimen social. Pues ellas obligan al ciudadano a
delinquir para poder sobrevivir y no vivir estrangulado por ellas.
Todos los ciudadanos son criminales frente al Estado o sospechosos
de algún delito. Evadir impuestos es el crimen más común. No importa
en qué posición esté, este delito es el más común en la sociedad.
Hasta los que administran el Estado delinquen para proteger el
Estado.
No hay un Estado perfecto, hay Estados poderosos porque son los más
delictivos y con mayor experiencia en el manejo de la cosa pública.
Esto les permite navegar en el concierto mundial como organizaciones
correctas dentro de la incorrección.
Un Estado no puede sobrevivir sin delinquir, porque sería un rebaño
de ovejas que pastan en la pradera. Por eso la gran mayoría de los
animales viven libres dependiendo solamente de la naturaleza. Y eso
los hace vulnerables a los avatares del ambiente.
Colombia está pasando por un estado de cambio en sus estructuras.
Cosa que no se va a resolver en un cuatrienio porque hay profundas
grietas en su estructura, que no solo están oxidadas sino corroídas
por las malas administraciones que ha tenido.
Los enemigos del orden y bienestar están al acecho como hienas
pensando que entre más acorralen la administración actual, pronto
triunfarán. Cosa que no va a pasar,
porque el país es único en demasiadas
formas. Y los del Norte que vigilan todo
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lo que se mueve en el mundo no ven que el país se
está descarrilando.
El crimen social cambiará bajo otros intereses y pasarán cosas que
no estaban previstas. Esto me hace acordar a lo que pasó con Mujica
del Uruguay a pesar de que son distintos personajes.
Crónica #704
MINISTRO SENSATO PERO AMBIGÜO
Gustavo Alvarez Gardeazábal
Audio:
https://www.spreaker.com/episode/56438324
Aunque ni las oficinas de comunicaciones del gobierno ni los amigos
o enemigos de Petro lo reconozcan, el nuevo ministro de Minas y
Energía, Andrés Camacho, es cuota política de las Farc,
representadas en el Congreso por el partido Comunes.
Democráticamente él participó en su representación en las elecciones
para la Cámara por Bogotá y no resultó electo, pero el presidente lo
nombró para reemplazar a la increíble Irene Vélez en el ministerio.
Y de una, para no dejarle ventaja al puesto y coger el toro por los
cachos, sus primeras declaraciones, aunque dan reversa a las
tremebundas equivocaciones de Irene, son ambiguas.
Según él, en Colombia se va a mantener la actividad exploratoria, lo
que reabre la búsqueda y por ende explotación del gas. Pero enfatiza
que se hará en clave de energía para poder financiar la transición
energética.
En otras palabras y en desarrollo de un planteamiento muy sensato,
que si encontramos más gas no solo no se va a importar de Venezuela
sino que volvemos a pensar en su exportación para el mercado de
divisas.
Se supondría entonces que de la misma manera se manejará la
exploración de los pozos petroleros aunque seguramente modificando
los términos y contratos de explotación, pero como no quiere
defenestrar a Petro y su secta antineoliberal, calla.
No conozco al señor Camacho. Había oído de su nombre y de su
currículum cuando pretendieron nombrarlo al mando de la ANH pero al
oírlo se reconoce la sensatez que lo rige por encima de cualquier
consideración ideológica que posea.
La transición energética no requiere de persecuciones sino de
financiar los reemplazos. Apoyar más molinos de viento o hacer
posible la geotermia en nuestros volcanes, extender redes desde los
focos productores o montar las olvidadas termos a boca de pozos
gasíferos, es apoyar sin traumas la transición en que el mundo está
empeñado y en donde los colombianos no vamos a ser los únicos
sacrificados, como quería Irene.
El Porce, agosto 12 del 2023
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