CHARLAS
CON UN MAESTRO SAMMASATI
Por: Gongpa Rabsel
Rinpoché.
Lama Sammasati para Latinoamérica
La
práctica de la Sabiduría:
Descubre
cómo alcanzar la verdadera comprensión de uno mismo
La sabiduría es un
concepto clave en el budismo y en muchas otras tradiciones
espirituales. En sánscrito, se escribe "prajna" y su etimología
proviene de la raíz "pra" que significa "ir hacia delante" y "jna"
que significa "conocimiento" o "comprensión". Juntas, estas raíces
sugieren que la sabiduría es el conocimiento y la comprensión que
nos lleva hacia adelante en nuestro camino espiritual.
Para Buda, la sabiduría es esencial para alcanzar la iluminación. Es
a través de la comprensión profunda de la naturaleza de la realidad,
como se logra liberarse de la ignorancia y el sufrimiento. Además,
tener sabiduría nos ayuda a ver las cosas tal como son, en lugar de
como queremos que sean. Esto nos permite tomar decisiones más sabias
y actuar de manera más efectiva en el mundo.
En nuestra vida cotidiana, podemos aplicar la sabiduría practicando
la meditación y la introspección. A través de la meditación, podemos
cultivar una mente clara y tranquila, lo que nos permite ver las
cosas con mayor claridad. La introspección nos ayuda a conocernos a
nosotros mismos y a comprender nuestras propias motivaciones y
acciones.
La sabiduría también se puede aplicar en nuestras relaciones con los
demás. Podemos practicar la empatía y la compasión, lo que nos
permite entender y conectar con los demás de manera más profunda.
Además, podemos aprender a escuchar con atención y a comunicarnos de
manera clara y efectiva.
Aplicar la sabiduría en nuestra vida diaria implica cultivar la
atención y la reflexión, para poder ver más allá de las apariencias
y comprender la verdadera naturaleza de las cosas. Es importante
destacar que la sabiduría no es propiedad exclusiva de ninguna
religión en particular, sino que es una cualidad universal que puede
ser cultivada por cualquier persona independientemente de su
creencia o práctica espiritual. Todas las tradiciones espirituales
enfatizan la importancia de adquirir sabiduría y comprensión
profunda para alcanzar un estado de plenitud y armonía interior.
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Resumen: El budismo enfatiza la
importancia de la sabiduría en el camino hacia
la iluminación. La palabra sabiduría en sánscrito es "prajña" y se
refiere a la comprensión profunda de uno mismo y del mundo que nos
rodea. La sabiduría es esencial para alcanzar la ecuanimidad y
liberarse de la sufrimiento. A través de la meditación y la práctica
diaria, podemos desarrollar nuestra sabiduría y alcanzar una mayor
comprensión de nosotros mismos y de nuestra relación con el mundo.
Esta sabiduría no está limitada a cualquier religión en particular,
sino que puede ser aplicada por cualquier persona independientemente
de sus creencias. Al alcanzar la sabiduría, podemos encontrar la paz
interior y vivir una vida más plena y significativa.
¡AVENTURAS DE UNA MUJER
SIN PIEDAD!
Por: Álvaro Ramírez González
alragonz@yahoo.es
No he visto
en mi ya larga vida, una persona que se le haya arrimado tanto al
código penal colombiano en sus actuaciones, como Piedad Córdoba.
¡Y que no le pase nada!
Sin duda una trapecista de la política que va desde aquí hasta allá,
sin ponerse siquiera colorada.
La conocí militando en el partido liberal y posando de su cercanía
con sus jefes como López, y Turbay.
Poco a poco se fue acomodando en la izquierda hasta llegar a las
puertas de Gustavo Petro.
Desde que Chávez llegó al poder en Venezuela, Córdoba, encontró allí
un verdadero filón de oro en esa mina de las relaciones
internacionales.
Fue intermediaria en el cobro de grandes sumas que le quedaron
debiendo los grandes compradores venezolanos a los proveedores
colombianos.
Ella tramitaba esos cobros directamente con Chávez que autorizaba
los dólares en ese ambiente de escasez de divisas.
Pero los empresarios que hicieron con la Córdoba este trámite,
cuentan que era muy alta la comisión de éxito que Ella cobraba.
Cosa parecida ocurrió con los secuestros de las FARC, con quienes
Córdoba, tejió una gran cercanía.
Dicen las malas lenguas que también cobro muchas veces su comisión
de éxito por la liberación de los secuestrados.
Todas
estas gestiones son naturalmente ilegales.
¡Pero a Ella, eso le resbala!
Fueron muchas las fotos y los videos de la Córdoba, reunida con Raúl
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Reyes y
otros altos mandos de las FARC, que era un grupo terrorista.
¿Quien la autorizó esas reuniones?
¡Pues nadie!
¿Recuerdan Ustedes, el escándalo que le hicieron a Iván Duque por
una foto en su campaña presidencial en Valledupar, con muchas
personas y una de ellas el Ñeñe?
Su amor por Chávez que llegó hasta besar su foto en el palacio de
Miraflores, se trasladó a Nicolás Maduro.
Los elocuentes discursos de la Córdoba, defendiendo al régimen y al
dictador, indignan.
Dan ganas de vomitar.
Perdió su curul en el Senado, pero fue enganchada por Petro y
reencauchada en su curul de la cámara alta.
Hizo hasta lo imposible, abusando de su condición, por atajar la
extradición de su hermano Álvaro, finalmente extraditado a los
Estados Unidos por narcotráfico.
Fue detenida en Guatemala con una suma de dólares no permitida, en
efectivo en la mitad de un viaje desde Venezuela hasta Panamá, donde
coincidencialmente y en el mismo vuelo, fue incautado un cargamento
de varios millones de dólares.
Dicen que venían de Venezuela e iban para Colombia y a la campaña de
Petro.
¡De nuevo salió libre!
Ahora aparece de nuevo en escena en el Ecuador, amenazando y
agrediendo de manera muy grave al recién asesinado candidato
presidencial Fernando Villavicencio.
¡Verónica Sarauz esposa del fallecido candidato Villavicencio, hizo
pública la denuncia de que Córdoba “amenazó con desaparecerlo!”
Y en pocos días Villavicencio fue masacrado.
Los sicarios del candidato salieron desde Cali, Colombia.
¡Cómo será de carnudo ese chicharrón!
Córdoba no camina sino detrás del metálico.
¡Eso está muy claro!
De nuevo su entramado extraño con Ecuador y el atroz crimen de
Villavicencio, muestran a Córdoba metida allí, vaya Usted a saber
con qué intenciones.
Que personaje tan siniestro.
Una persona sin hígados, sin límites.
Sin Piedad.
¡Y nada le pasa!
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