EDITORIAL
Es momento
de pluralizar a Colombia
¡Bogotá no es Colombia! Bogotá, ni
ninguna de las otras capitales son en sí más importantes que los
municipios, ciudades o veredas. Desde el imparcial hemos podido
evidenciar la absurda desarticulación entre los departamentos y con
ello de municipios, llevando incluso a nuestra nacionalidad a
padecer una extraña metamorfosis, una en donde se es imposible
reconocer como un colombiano, en la medida que desconocemos toda la
mayoría de sucesos que se dan fuera de nuestra ciudad de residencia,
llevándonos a identificar como un bogotano, antioqueño,
barranquillero etc… Siempre sólo una identidad, nunca varias,
siempre desconociendo, sólo suponiendo el resto. Es por esta razón
que, como periódico, El Periódico El Imparcial ha decidido funcionar
como un puente, que informe, identifique, expanda y manifieste la
pluralidad que tiene nuestro país tanto en Política, cultura,
tecnología, las muchas problemáticas y sucesos que pueden llegar a
tener nuestro país.
Sin embargo, intentar exponer la pluralidad de nuestro país desde la
perspectiva de un capitalino, nos resulta totalmente hilarante, se
nos es imposible lograr llegar hasta cada región por nosotros mismos,
es por esto que el Periódico El Imparcial decide abrir sus puertas
hacia todos los reporteros, columnistas, etc… que busquen mostrar
sus perspectivas, o los sucesos de sus ciudades donde residen. De
esta manera nuestro periódico se convertirá en el periódico de las
regiones, un periódico que busque mostrar las múltiples perspectivas,
acciones, obras y noticias que suceden en nuestro país a diario. De
esta manera, El Periódico El Imparcial podrá mostrar la forma más
clara del periodismo: mantener informados a sus lectores, en nuestro
caso informar sobre Colombia haciendo hincapié en cada una de sus
regiones, para así reconocernos, no por regiones, sino como
colombianos.
Para aquellos que encuentren de esta editorial un motivador para
mostrar su quehacer periodístico pueden informarse con mayor
claridad escribiendo al correo electrónico:
noticiaselimparcial@gmail.com
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Velar por
la salud es una obligación de la sociedad delegada a los
administradores públicos
Por: Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
En 1933 los
norteamericanos no tenían una organización de bienestar social. La
primera guerra mundial expandió el conocimiento económico y con la
llegada de la segunda guerra mundial unificó a la nación haciéndose
grande en patriotismo.
La depresión de los años veinte hizo estragos y este conjunto de
experiencia llevó a que el país se organizara hacia el futuro que se
veía venir. Franklin Delano Roosevelt tenía que mejorar la condición
de vida de una sociedad que comenzaba a volar económicamente y él
como cabeza de estado organizó un proyecto que permitiera dar ese
bienestar a todos los americanos y se organizó el Seguro Social. La
tarjeta solo sirve para pagar impuestos e identificarse frente a las
organizaciones de Bienestar Social, mas no como identificación.
En USA, no existe un documento de identificación que los ciudadanos
deban cargar, ni la policía lo puede pedir, sólo se pregunta cómo se
llamas y donde vive. Si faltas a esa verdad estás en problemas por
mentir, esto es serio y da hasta 5 años de cárcel. Richard Nixon
salió de la presidencia por mentir, casi le pasa lo mismo a Bill
Clinton, con Donald Trump, ya sabemos que es un mentiroso y un
malandrín y ahora está en un juicio del que no se va a escapar.
Un Seguro Social bien organizado es una identidad que recoge los
pagos de los aportantes y los distribuye equitativamente entre todos
sus afiliados. Y no debe ser manejado por el gobierno, sino como una
entidad pública de los ciudadanos, autónoma y controlada por el
pueblo, nombrando sus vigilantes para que todo marche como un banco
o la reserva nacional.
Colombia está muy lejos de tener este tipo de organización porque el
sistema esta tan corrupto, politizado y democratizado que no hay
forma de organizar en la inmediatez una entidad que proteja al
pueblo de estos malandrines que siempre merodea el establecimiento
público y lo saquen bajo el nombramiento de quienes están
empoderados en la cosa pública.
Colombia esta desequilibrada desde su base y esta situación no es
nueva, son décadas y décadas de desorganización del estado y el
pueblo pague, al igual que el mismo territorio con sus bienes a
todos los acreedores que la corrupción le ha vendido a foráneos.
Porque no han robado para traer al país sino para que se lleven lo
que es de los colombianos. Lo mismo que hicieron los españoles en
siglos de saqueo.
Otro de los grandes males donde está enquistada la corrupción es a
través del código del trabajo. El mismo estado no contrata, hay
otros contratistas por el estado que emplean a los trabajadores bajo
prestación de servicios y así liberarse de obligaciones establecidas
en el código del trabajo.
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Todas estas enfermedades, todo el mundo las sabe y
conviven con ellas. Hablan de derecha, izquierda, comunismo etc. y
al final nadie hace nada. Robarse así mismo ya es costumbre y es
como pasar dinero de un bolsillo a otro que está roto. Porque la
ignorancia es tan grande que ha alcanzado para todos.
Pronto veremos que somos menos y ya nada podremos hacer. Nuestra
historia estará guardada en un micro chip que nadie podrá leer en el
futuro.
Crónica # 746 de Gardeazábal
NEGOCIEN EL NEGOCIO
Por: Gustavo
Álvarez Gardeazábal
audio:
https://www.spreaker.com/episode/57193999
El fracaso de la paz firmada en La Habana entre el gobierno Santos y
Timochenko nació tarada porque fue exclusiva y excluyente. Solo la
hicieron con un grupo de las Farc.No tuvieron en cuenta ni a los
Elenos ni a los del Golfo que hacían la guerra paralelamente. Y como
no pensaron en que quienes la firmaban ya habían obtenido los
réditos de tantos años de guerra y quienes no la suscribían o no
fueron convocados a la mesa, apenas estaban comenzando a rentar como
guerrilleros, la paz quedó desequilibrada.
Pero ese carácter excluyente se reforzó, o nació, de un error
fundamental. Nunca apareció en el texto final que hubiesen hablado
del negocio de la droga, con el que se había sostenido la guerra y
enriquecido muchos de sus actores. Resultaba obvio entonces que
quienes no fueron a la mesa o apenas estaban comenzando en el
negocio y quizás no habían alcanzado a sacar la plata al extranjero,
se consideraran inmediatamente en oposición al pacto de paz.
El gobernante, con el premio Nobel a cuestas,y los medios los
llamaron “disidencias” y dándoles un trato minoritario y despectivo
se olvidaron de combatirles y hoy tenemos el resultado estruendoso
de tener que volverse a sentar en la mesa de negociación, a buscarle
la verdadera paz a una guerra que nunca se acabó, pero con la que
nos ilusionaron a muchos. Como los errores son para corregirlos y
aprender a no volverlos a cometer, lo más sensato sería esperar que
los nuevos negociadores metan en las conversaciones el negocio y
pacten sobre él. Si no incluyen el tema de las drogas llamándolo
como tal y no eufemísticamente. Si no se le ponen limites a la
producción o un impuesto a su venta o se pacta una erradicación
total ,esta nueva paz que se busca estará tan tarada como la
anterior. Ojalá el señor de las gafas, Camilo González, Mordizco,
los anónimos comandantes del Golfo y por qué no hasta Iván Márquez,
nuevamente, negocien el negocio dentro del acuerdo.
Gustavo Alvarez Gardeazábal
El Porce,octubre 12 del 2023
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