EDITORIAL
Un respiro
Todo aquel que hable de esencias o condicionamientos naturales,
seguro nunca ha contemplado al ser humano con sus propios ojos,
nunca los ha cerrado, mientras respira profundo, para luego verlos
con los ojos del ser humano y no de la estructura.
Este es a nuestro parecer el mayor error que la historia ha aplicado
a Colombia, nuestro país es mucho más que sola violencia, sin
embargo al ser esta parte no sólo de nuestra cultura y del día a día,
se nos ha tornado complejo enfrentar la distinción entre lo que se
dice que es normal y lo natural.
En efecto, hemos normalizado la guerra, el machismo, la manipulación,
la envidia y demás. Pero, que sea normal no implica que sea natural,
nuestra naturaleza es totalmente distinta, nuestra naturaleza en
indescriptible, o simplemente simple, por otro lado, nuestra
existencia en el mundo es la compleja, es decir, está compuesta de
innumerables sectores y todos estos sectores tienen como punto de
fuga a quien lo recorre dichos espacios. Habiendo entendido esto, no
es para nada extraño que Colombia tenga ciudadanos con conductas
poco atractivas para la sociedad. Después de todo, el gran número de
sectores o esferas donde se mueve el colombiano están plagadas de
moralidades dudosas. Por ende, el ser simple que somos comienza a
tomar y a formarse desde estas esferas para luego llevar lo
aprendido a otros lugares, formando de tal manera un sujeto que
extiende lo malo, contagia a otra y reproduce los patrones
normalizados de su sociedad.
¿Qué hacer? No existe otra opción; no reproducir estos espacios, no
existen espacios acertados para la violencia o la manipulación, no
se trata de tratar a unos bien y al resto como se nos dé la gana, se
trata de construir en los espacios no que los espacios nos
construyen, Desde El Imparcial, podríamos afirmar que es de esta
manera que nuestro país mejorará, no colocando a X o Y presidente,
el cambio empieza en nosotros y se expande al mundo.
Sin embargo, para esto tendremos que tomar un gran respiro, para
luego poder ver directamente a Colombia y ver entre los grandes
abismos lo único que nos puede importar; crecer como sociedad. Si
crecer como sociedad se transforma en nuestra finalidad, todas
nuestras acciones cambiarán las esferas y estas nos mostrarán el
camino para hacer el cambio.
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Si el campo no es rentable es que
el estado está en las manos equivocadas
Por Zahur Klemath Zapata
zkz@zahurk.com
África ha vivido las hambrunas más crueles en la historia de la
humanidad. En Biafra murieron más de un millón de habitantes entre
1967 y 1970 de hambre. Este fenómeno ha perseguido a muchos países
por guerras y descontrol de la agricultura. A pesar que existen
organizaciones que proveen de comida a países cuando ésta escasea,
no es suficiente.
Las personas que han vivido con lo básico y otras veces simplemente
subsistiendo saben que es estar en hambruna. Hoy hay millones de
colombianos que viven bajo esa colcha y que no pueden hacer nada
porque el sistema carece de esa habilidad para mantener su sociedad
libre de este flagelo.
No todo tiene la habilidad de poder moverse sobre arenas movedizas y
salir adelante cuando la corrupción devora hasta el papel higiénico
de los inodoros.
Cada día sale el sol y a todos ilumina, pero la luz solar es buena
pero también mata. De igual manera funcionan los empleados públicos
si entienden sus deberes y obligaciones. Pero los que están arriba
filtran la luz dejando al resto en manos a que sobrevivan con lo que
pueden utilizar.
Colombia ha sido un país de campesinos desde sus principios porque
quienes comandaban así manejaron el país. Carlos Lleras Restrepo
siempre dijo que los colombianos eran del campo, aunque él quería
hacer de la nación un Japón tropical.
Aisladamente muchos personajes han querido sacar al país adelante
con su ingenio tecnológico y han tenido que emigrar porque quienes
manejan la cosa pública son incapaces de acercarse y por lo menos
merodear y empaparse de esa magia que encierra la ciencia y la
tecnología. El dinero fácil es el que más se acerca a ellos, pero al
final no es como lo pintan y es más peligroso que una cámara de gas.
Saber combinar el campo con la tecnología se verían los provechos,
es simplemente colocar a las personas adecuadas para elaborar
esquemas y proyectos que llenen los requisitos que el mundo demanda.
El nuevo gobierno busca crear impuestos, pero no piensa en regalías
sobre la producción que sale al exterior y la
transformación de la materia prima en
bienes de consumo que se pueden exportar para crear una economía
fuerte sin desangrar al ciudadano.
Colombia tiene tanta tierra, y solo piensan en expropiar. Pero no
piensan en una
macro industria agrícola que reúna a todos los finqueros y los vaya
ubicando en sus quehaceres propios y así cada
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producto pueda manejarse por agrupaciones,
asociaciones, cooperativas o entidades de socios que ellos mismos
las administran con autonomía. Si ellos no pueden administrar sus
bienes, ya que son los mayores interesados para que las cosas
funcionen bien, todo será un fracaso.
El finquero necesita oxigenarse para que sus productos alcancen
todos los sitios en el mercado nacional e internacional.
FICO VOLVIÓ EMBERRACADO
Crónica # 762 de Gardeazábal
Audio:
https://www.spreaker.com/episode/57498587
A Fico no le alcanzó para las presidenciales, pero le sobró para ser otra vez
alcalde de su Medellín, para producir un golpe político aniquilador contra las
pretensiones de Pinturita Quintero y para ayudar a elegir 7 gobernadores,43
alcaldes y 150 corporados entre diputados ,concejales y ediles con Creemos, su
partido político.
Juan Paz le hizo la cuenta ayer en su leído portal de El Reverbero.El nuevo
alcalde de Medellín sacó con su organización política casi 850 mil votos para
elegir alcaldes. Si comparamos con el Pacto Histórico, que sacó un gobernador,38
diputados,70 alcaldes y 642 concejales y tiene el poder ejecutivo con Petro a la
cabeza, Fico y su gente arrancan en la primera contienda nacional en que
participan con la mitad de lo que tiene la aceitada máquina de Petro, lo que es
mucho decir.
El futuro político parecería entonces abierto para el candidato que aplastó las
ganas del exalcalde Quintero de llegar a ser presidenciable. Pero Fico tiene
todavía mucho que aprender ,bastante que aguantarse las ganas y, en especial,
muchos libros que leer. Repetir alcaldía en un Medellín que en 8 años cambió de
criterios y pareceres pero se quedó estancada en peleas parroquiales, no es
igual a la que dejó hace 4 años. Manejarla será más fácil si prescinde de la
tendencia a formar rosquillas pretenciosas de colaboradores ambiciosos. Y será
muy peligroso porque, dado el equilibrio geopolítico y la ausencia de un
liderazgo nacional válido y creíble que enfrente a Petro y aglutine la oposición
que ha surgido desde el domingo pasado, Fico no puede perder el tiempo en
maricaditas ni en poses de camaján de Manrique porque su fortaleza como líder
del rechazo de todo el país a Petro no puede rimar con la debilidad. Debe
entonces asumir ese mandato que le toca por carambola pero prepararse más, no
quedarse solo en el pantallazo.
Gustavo Alvarez Gardeazábal
El Porce, noviembre 4 del 2023
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