CHARLAS
CON UN MAESTRO SAMMASATI
Por: Gongpa Rabsel
Rinpoché
Lama Sammasati para Latinoamérica
Etapas del
despertar de consciencia: El camino hacia la Iluminación
El despertar
de consciencia es un proceso gradual que puede durar toda la vida.
No hay un camino único para alcanzarlo, y el proceso puede ser
diferente para cada persona. Sin embargo, se pueden identificar
algunas etapas comunes que las personas suelen experimentar en este
proceso.
Etapa 1: Despertar
Esta es la etapa en la que la persona comienza a cuestionar su
identidad y su lugar en el mundo. Puede experimentar una sensación
de inquietud o insatisfacción con su vida actual.
Etapa 2: Exploración
En esta etapa, la persona comienza a explorar diferentes caminos
espirituales y filosóficos. Puede leer libros, asistir a talleres o
participar en retiros.
Etapa 3: Iluminación
En esta etapa, la persona experimenta un momento de iluminación, en
el que tiene una visión más profunda de la realidad. Este momento
puede ser repentino o gradual.
Etapa 4: Integración
En esta etapa, la persona comienza a integrar su nueva comprensión
de la realidad en su vida cotidiana. Puede experimentar una mayor
paz interior, compasión y conexión con el mundo.
Etapa 5: Servicio
En esta etapa, la persona siente el impulso de compartir su nueva
comprensión de la realidad con los demás. Puede dedicarse a la
enseñanza, la escritura o el activismo.
Es importante tener en cuenta que estas etapas no son necesariamente
lineales. Una persona puede experimentarlas en un orden
diferente, o
puede pasar por ellas varias veces.
Aquí hay
algunos signos que pueden indicar que una persona está
experimentando el despertar de la consciencia:
•Un mayor interés en la espiritualidad y la filosofía.
•Un aumento de la sensibilidad a las emociones y a las experiencias
de los demás.
•Una sensación de conexión con algo más grande que uno mismo.
•Un cambio en
las prioridades y los valores.
•Una mayor paz interior y felicidad.
Si estás experimentando alguno de estos signos, es posible que estés
en el camino del despertar de la consciencia.
Si tienes alguna inquietud o comentario, no dudes en ponerte en
contacto conmigo al correo electrónico gongparabsel@gmail.com o al
WhatsApp +57 314 623 83 08.
¡QUE
BAJEZA!
Por: Luis Enrique
Arango Jiménez
Está
circulando un audio donde se afirma que Juan Guillermo Ángel Mejía,
representante de los ex- rectores al Consejo Superior de la
UTP, cambió su voto a favor
de Alexander Molina Cabrera, supuestamente porque
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yo, Luis
Enrique Arango Jiménez, le ofrecí una embajada en el exterior para
su hijo.
Hasta dónde puede llegar la perversidad de quien inventa una cosa de
este tipo, y la ingenuidad de quien la difunde, creyéndola cierta.
No conocen el temple y el carácter de Juan Guillermo; su respaldo a
Luis Fernando Gaviria lo mantuvo hasta el final de la reunión de
ex-rectores y más allá, incluso ofreció su renuncia a la
representación. Solo un análisis de la imposibilidad legal de hacer
un cambio oportuno en la representación, a tiempo de participar en
la reunión del Consejo Superior, que tendría lugar en menos de 40
horas, le hizo modificar la decisión de renunciar, para en cambio,
comprometerse a llevar la posición ampliamente mayoritaria de los
ex-rectores, advirtiendo que sería claro ante propios y extraños,
que no la compartía, aunque la respetaba.
Los ex-rectores expedimos un comunicado dando cuenta de la reunión y
quizás nos faltó decir expresamente que Juan Guillermo era contrario
a nuestra posición de respaldo a Alexander Molina Cabrera, por ello
hablamos de posición ampliamente mayoritaria y no unánime. Por eso
Juan Guillermo no hizo parte del comunicado.
Tampoco me conocen. Ni tengo participación de naturaleza alguna con
el Gobierno Nacional, ni mi personalidad se presta para semejantes
tratativas, siempre he sido un hombre crítico y rebelde.
Le agradezco a Juan Guillermo Ángel su honestidad política e
intelectual votando en la pasada reunión del Consejo Superior de la
UTP por Alexander Molina Cabrera como candidato a la rectoría. Un
segundo round que gana Alexander Molina, después de ganar la
consulta multiestamentaria ponderada, hecho que había llevado a los
ex-rectores a coincidir en la necesidad de respetarla.
Esperaría que el próximo primero de diciembre, el Consejo Superior,
ratifique con mayoría calificada la elección de Alexander Molina
Cabrera como nuevo rector de la Universidad Tecnológica de Pereira.
Hago este escrito de prisa, para reaccionar ante tamaña bestialidad
que ha empezado a circular.
¡LOS BENDITOS
PUESTOS PÚBLICOS!
Por: Álvaro Ramírez González
alragonz@yahoo.es
Mi amada Pereira ha vivido últimamente, y está justo viviendo ahora,
una lucha muy encarnizada por los cargos públicos más destacados de
la ciudad.
La lucha por el poder involucra prebendas y negocios oscuros como en
Comfamiliar Risaralda, lucha por el poder como ya ocurrió en la
Cooperativa de Ganaderos Codegar, y la política pura como en la
Universidad Tecnológica de Pereira y la CARDER, autoridad ambiental
de esta tierra.
En Codegar, su gerente general, ya retirado, de muy buen desempeño
en el crecimiento de esa institución, resolvió armar un grupo para
apoderarse de la Junta Directiva y seguir desde allí mandando.
Fracasó en su equivocado empeño por que esa idea, motivó una
poderosa convocatoria que lo derrotó.
Codegar es una cooperativa de asociados y no una institución
pública, pero la enfermiza lucha por el poder fue idéntica a todas
las demás.
La CARDER tiene un director general honorable y apóstol de las
causas del medio ambiente.
Un director querido y reconocido.
Pero llegó al cargo, naturalmente, con el apoyo de un congresista y
veterano, jefe político, que además lo apoyó en todos los
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ataques que recibió de piratas que intentaron el abordaje por la
fuerza de la nave.
Hoy las cosas cambiaron drásticamente por qué ese director no se entiende ya con
su jefe político, que más fortalecido por los resultados electorales, decidió
cambiarlo.
A criterio del director, él no fue capaz de satisfacer la voracidad burocrática
y contractual de su ya distante jefe.
La crisis por la dirección está en plena ebullición.
La Universidad Tecnológica de Pereira, viene de un muy buen manejo por parte del
Rector actual, que lleva 8 años en el cargo.
Bajo su dirección, la UTP ha hecho grandes construcciones y ha tenido un
crecimiento exponencial.
La llegada de Gustavo Petro al poder ha movido duramente las estructuras en la
UTP y ahora la izquierda pretende apoderarse de cargo de Rector.
Un proceso excesivamente democrático pero no menos sinuoso, tiene a toda la U
así como a la sociedad pereirana, en vela.
La lucha por el poder en la UTP está en todo su furor y parece que se resolverá
muy pronto.
Pero ningún proceso más duro y feroz que el que se ha dado al interior de
Comfamiliar Risaralda.
Hace unos meses, salió del cargo un director general que estuvo allí por muchos
años y lideró con éxito el proceso de crecimiento y diversificación de la
Institución.
Un director de grata recordación pero que cometió el error de atornillarse al
puesto 14 años más, después de haberse pensionado.
Dejó en el cargo a un pupilo suyo que integraba hace muchos años también el
Consejo Directivo de la Institución.
Un banquero de impecable reputación.
Ese nuevo director, según su versión, no pudo mantener los negocios y prebendas
que tenían de atrás los miembros del Consejo Directivo de Comfamiliar.
Entonces optaron por destituirlo, con una floja argumentación que maquillaba la
verdadera razón de su despido.
Intervinieron a solicitud del director y de un joven congresista de Risaralda,
el Ministerio de Trabajo y el Superintendente del ramo.
Restituyeron al Director y destituyeron a todos los miembros del Consejo
Directivo.
Meses después, la ley restituyó a sus cargos a algunos consejeros.
Y esos llegaron a cobrar la revancha y a destituir de nuevo, y por segunda vez
al director actual.
De nuevo intervino el Ministerio y destituyó también de nuevo a dos consejeros
por algunas inhabilidades.
Pero se trataba de cambiar a favor del actual director la mayoría en el consejo
directivo para mantenerlo en el puesto.
Me resisto a creer que esas prebendas y negocios internos, hayan despertado
tanta virulencia en esa magnífica institución.
¡Qué vergüenza!
Una reflexión.
Los puestos públicos no son de nadie.
Ocupar un puesto de esos, generalmente revestidos de poder, enferma a la quienes
los ocupan.
Y se van sintiendo dueños de esos puestos.
Y por eso prefieren una lucha a muerte que entregarlos.
Recuerden algo
Los puestos públicos, como las baterías tienen fecha de vencimiento.
¡Y es mejor salir con dignidad que en medio de una gazapera vulgar y dañina para
las instituciones! |