El agua de los bosques nublados y
tropicales se encuentra en riesgo
De acuerdo con el último estudio realizado, se espera que hacia el
2.100 la temperatura aumente hasta 6° en las zonas templadas y 3° en
la región tropical. A pesar de que se espera un aumento más pequeño
en la región tropical, las especies de esta región tienen rangos de
tolerancia menor. ¿Y esto por qué es relevante?, porque en el
trópico están más de la mitad de las especies del planeta. Es decir,
en la región más vulnerable y menos tolerante a los cambios
climáticos en el planeta, se encuentra la mayor parte de la
biodiversidad.
Un artículo de la Universidad de Los Andes señala que esta
biodiversidad se encuentra en los bosques tropicales principalmente,
los cuales están altamente amenazados. Los bosques tropicales ocupan
al rededor del 10% de la superficie terrestre. A pesar de que hay
bosques tropicales en África y Asía, los bosques tropicales del
Neotrópico corresponden a más del 50% de los bosques tropicales
globales.
Ecosistemas americanos
La historia geológica de estos ecosistemas americanos es diferente a
la de los otros bosques tropicales. El aislamiento de Norteamérica y
Suramérica, y su posterior unión hace aproximadamente trece millones
de años con la formación del istmo de Panamá durante el Plioceno.
Sumado al levantamiento de los Andes que generó la variedad de pisos
térmicos en Suramérica, se tradujo en que la diversidad de estos
ecosistemas y su biodiversidad que es notoriamente mayor que la de
otros continentes.
Los Andes tropicales están considerados como el primer hotspot de
biodiversidad del mundo, debido a su riqueza y altos niveles
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de endemismo. En el segundo lugar
está Mesoamérica, que comprende desde México meridional hasta el norte de
Colombia. Algo importante de mencionar, es
que las zonas consideradas como hotspot son áreas donde la diversidad y el
endemismo de fauna, pero también de flora, son altísimos. Las plantas son
agentes esenciales en el ciclo hídrico y del carbono.
Funcionamiento
de ecosistemas
También son fundamentales para las dinámicas de los ecosistemas. La riqueza
vegetal que compone estos bosques contribuye a la variedad de servicios
ecosistémicos que prestan. Sin embargo, existe una diversidad de bosques
tropicales, los bosques de tierras altas, que suelen tener unas tasas de pérdida
superiores a los bosques de tierras bajas. Es probable que el 90% de los bosques
nublados ya se hayan perdido. Los bosques nublados, bosques de niebla o bosque
nubosos, se ubican en la Cordillera de los Andes en elevaciones entre 2000 y
3000 m.s.n.m., aunque en las regiones subtropicales, es posible encontrarlos en
elevaciones más bajas.
El bosque nublado tropical se caracteriza por la presencia permanente de nubes y
neblina. Además de una muy baja tasa de evapotranspiración, lo que define su
alta biodiversidad y permite que actúe como un captador de agua. Se calcula que
solo el 2.5% de los bosques tropicales son bosques nublados y estos están
altamente amenazados. En Colombia, los bosques tropicales cubrían en el 2018
cerca de 58 633.631 hectáreas, según la WWF.
Bosques nublados
Para dar una idea, los bosques nublados representan el 5% de la superficie de
las selvas amazónicas, sin embargo, albergan una cantidad similar de plantas.
Ahora,
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respecto a las
hepáticas y los musgos, los bosques nublados albergan al rededor del 80-90% de
estas plantas en Colombia, mientras que la selva amazónica colombiana alberga el
10% de ellas. Las plantas epífitas (e.g. musgos, bromelias y orquídeas, etc.)
necesitan una muy alta humedad relativa, por esto, estos bosques nublados
presentan las condiciones ideales para su presencia y abundancia.
Se proyecta en la región tropical
una pérdida de por lo menos el 30% de plantas epífitas en los ecosistemas
tropicales. La pérdida de estas plantas se traduce en una disminución en la
eficiencia de captura de agua en los ecosistemas tropicales, pues estas plantas
tienen un efecto de esponja que en la época húmeda capturan agua, disminuyendo
la probabilidad de erosión del suelo, mientras que en la época seca liberan
agua, mitigando el impacto de la sequía para los organismos asociados a estas
plantas.
Cambio climático
Catalina Orejuela, gestora de Proyectos Académicos del Departamento de Ciencias
Biológicas Universidad de Los Andes, señala que “cuando se habla del Cambio
climático, generalmente se piensa en escenarios futuros y lejanos donde se
proyecta que las temperaturas van a ser más altas y las inundaciones más
frecuentes, sobre todo en las zonas templadas del planeta [1]. No se discute
mucho sobre la diferencia de los impactos entre las zonas templadas y la zona
tropical, ni de la alta vulnerabilidad de los ecosistemas tropicales”.
Añade que “aunque el cambio climático es considerado la principal amenaza de la
permanencia de los ecosistemas, es una amenaza que está muy lejana de ser una
preocupación cotidiana. Es un problema latente con varias causas y propulsores
que, a los ojos de la población, no está en sus manos la solución sino en los
científicos. De manera optimista, se espera que la ciencia desarrolle un
antídoto contra el cambio climático y el calentamiento global y de algún modo,
casi mágico, las amenazas sean derribadas”.
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