CHARLAS CON UN MAESTRO SAMMASATI
Por: Gongpa Rabsel Rinpoché
Lama Sammasati para Latinoamérica
Guarda tu mente: es un
instrumento poderoso
Upadesha 36. Guarda tu mente
Guarda bien tu mente, pues es invisible y sutil, y vuela detrás de ilusiones en
cualquier lugar. Pero el hombre sabio sabe que una mente bien guardada es fuente
de gran gozo.
En el Upadesha 36 del Dhammapada, el Buda nos enseña la importancia de guardar
nuestra mente. La mente es un instrumento poderoso, pero también es muy voluble.
Puede ser fácilmente arrastrada por las ilusiones y los deseos, lo que puede
conducir a sufrimiento.
El hombre sabio sabe que una mente bien guardada es fuente de gran gozo. Cuando
la mente está en calma y centrada, podemos experimentar la paz y la felicidad.
Podemos tomar decisiones sabias y vivir nuestras vidas de manera más plena.
La mente invisible y sutil
La mente es invisible y sutil. No podemos verla ni tocarla, pero su influencia
es poderosa. La mente es la que nos permite pensar, sentir y percibir el mundo.
Es la que nos impulsa a actuar y a tomar decisiones.
La mente también es muy voluble. Puede cambiar de un momento a otro. Podemos
estar pensando en una cosa y, de repente, nuestra mente se distrae con otra.
Podemos estar felices y, de repente, nos sentimos tristes.
Las ilusiones y los deseos
Las ilusiones y los deseos son dos de las principales causas de la agitación
mental. Las ilusiones son falsas creencias sobre el mundo. Nos hacen creer cosas
que no son reales. Los deseos son anhelos que nunca se pueden satisfacer
plenamente.
Cuando nuestra mente está atrapada en las ilusiones y los deseos, nos sentimos
infelices y descontentas. Nos sentimos ansiosas y estresadas.
La mente
bien guardada
Una mente bien guardada es una mente que está libre de ilusiones y deseos. Es
una mente que está en calma y centrada.
Para guardar nuestra mente, debemos aprender a controlar nuestros pensamientos y
emociones. Debemos aprender a ver
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las ilusiones por lo que son y a no caer en
ellas. Debemos aprender a renunciar a nuestros deseos y a vivir en el presente.
El gozo de una mente bien
guardada
Cuando la mente está en calma y centrada, podemos experimentar la
paz y la felicidad. Podemos tomar decisiones sabias y vivir nuestras
vidas de manera más plena.
Una mente bien guardada es una
fuente de
gran gozo. Es la base para una vida plena y satisfactoria.
Cómo guardar la mente
Hay muchas maneras de guardar la mente. Aquí hay algunos consejos:
•Medita regularmente. La meditación es una
práctica que nos ayuda a calmar la mente y a concentrarnos.
•Practica la atención plena. La atención plena es la capacidad de estar presente
en el momento presente, sin juzgar.
•Cultiva la compasión. La compasión nos ayuda a ver el mundo con más claridad y
a liberarnos del egocentrismo.
•Vive una vida sencilla. El exceso de apego a las cosas materiales puede causar
agitación mental.
Conclusión
El Upadesha 36 es una enseñanza importante que nos puede ayudar a vivir una vida
más plena y feliz. Si aprendemos a guardar nuestra mente, podremos experimentar
la paz y la felicidad.
Si tienes alguna inquietud o comentario, no dudes en ponerte en contacto conmigo
al correo electrónico gongparabsel@gmail.com o al WhatsApp +57 314 623 83 08.
Mi navidad
Por: Edgar Cabezas
Aquel verso contracultural punk, que sostiene que de niño no le gustaban las
misas ni las procesiones y que de adulto siendo la oveja negra del rebaño, y
esquivando las piedras que le tiraban al andar alzaba la voz más fuerte que la
del pastor para no callar la insolencia de la estupidez humana que se resiste
con terquedad a evolucionar hacia un estadio planetario de paz y prosperidad tal
y como lo propone cada fin de año Caracol a sus oyentes con meliflua voz
infantil.
El enamoramiento por el trabajo posterior a la expulsión del paraíso y la
compulsión del
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consumo para
intercambiar dinero y mercancías es un producto cultural que, fiesta tras
fiesta, arruina con bellaca alegría la tierra. Es difícil escaparse de la
dinámica rutina que el tiempo impone de manera reiterativa con el patrón
cultural espiritual que domina el mundo a través de los medios de comunicación y
de las redes que dictan la clase del mundo en el que se está y ante el que hay
que padecer o disfrutar.
El paquete cultural de la sucesión de los años trae consigo todo, lo antiguo y
lo novedoso, con la intención de obligar a que, en cada semana, se repita lo
mismo, pero en la diferencia, para que todo cambie, pero permanezca igual,
porque en realidad no puede haber nada nuevo bajo el sol, que perturbe la genial
tontería humana, de inventarse cuentos, creerlos y otorgarles el significado de
sagrados y, por añadidura, verdaderos. Ante tales cuentos, si es preciso y así
lo demandan sus proposiciones, es honroso ir a la guerra y matar.
Y es que así es el curso en el que todo el hacer de la migración y asentamiento
humanos está codificado para que las cosas bajo el sol tengan su tiempo: de
nacer y morir, de plantar y cosechar, de matar y curar, de construir y destruir,
de llorar y de reír y demás polaridades que a la final conlleven a que toda
persona coma, beba y disfrute de todas sus fatigas, porque todas estas vainas
durarán para siempre, sin añadirle, ni quitarle nada, porque así los hombres de
poder se hacen respetar por dios y el rebaño.
La idea que la religión es el opio del pueblo en el sentido en que las personas
pueden vivir una vida dependiente de una mentira administrada por los
representantes de Dios en la tierra, devela el gran poder que sobre el
comportamiento de las personas tienen las doctrinas religiosas porque la fe
mueve montañas y exige sacrificios, pero de igual forma todas las doctrinas
humanas a las que se sigue con fanatismo, constituyen un falso opio, puesto que
el opio del pueblo en el sentido farmacológico, es un analgésico, antitusivo,
antidiarreico, con propiedades antiespasmódicas que en algunas zonas del cuerpo
produce contracción y en otras relajación.
Lo significativo de la vida, pasión y muerte de cada una de las personas es
ocupar tierra fértil, plantar semillas que regeneren la vida y, algunas, que
sirvan de alimento; contar con aguas abundantes, cielos respirables en donde
ejercer la libertad y, ciudades humanas en las que se pueda dormir en paz y amar
al vecindario.
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