Fundado el 9 julio de 1948 -

Por Rafael Cano Giraldo -1948-1981

Publisher: Zahur K. Zapata - 1981 –

 

 

 

Las opiniones expresadas por los columnista son de su exclusiva responsabilidad y no comprometen el pensamiento de El Imparcial

 
 

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EDITORIAL

 

Pereira, Colombia - Edición: 13.184-764

Fecha: Sábado 30-12-2023

 

EDITORIAL

 

Al ritmo del caos


Entre disonantes explosiones generadas por nuestro fin de año o el grito desgarrador que la guerra produce en medio de una balacera, el colombiano se mueve con confianza y fe, de que aquello que suene sea pólvora y balas. Siempre la fe es la que nos permite vivir en este país sin nunca saber, ni mucho menos querer saber de qué es lo que producen los ruidos nocturnos, después de todo, en algunas ocasiones no son celebraciones, sino ajustes de cuentas nocturnos los que se escucha en la noche.

Una y otra vez este periódico mostró su gran impotencia, a través del año que está a punto de abandonarnos, sobre lo cruel y angustiante que se ha vuelto la guerra en Colombia, en muchas ocasiones escuchado en otras sólo normalizado. Sin embargo, la normalización de la guerra es un tema bastante peculiar, es básicamente el verdadero terror de una sociedad, es normalizar un fenómeno cultural y cuando un fenómeno cultural se normaliza, el aparato psíquico de los sujetos parece alojarse en este fenómeno para volverlo natural y de esta manera crear la angustiosa idea de que no podemos pretender un mundo diferente a esto.

En efecto, claro que merecemos un mejor lugar donde vivir, con tranquilidad: en paz. Y desde el periódico El Imparcial proponemos las preguntas ¿Cómo queremos vivir? ¿Cómo podemos llegar al país en donde quisiéramos pasar toda nuestra vida?

De plantearnos este tipo de preguntas, podríamos como mínimo comenzar a bailar al ritmo del cambio y no seguir bailando el ritmo ancestral del caos, mismo ritmo que nos ha quitado no sólo la tranquilidad sino, a seres queridos, tales como familia, amigos y demás ¿Cómo suena el himno del cambio? qué tipo de pasos son los que crearemos para abandonar los pasos monótonos de la guerra, de la angustia y demás sentimientos que nos impiden vivir sin miedo.

 

 

 

 

 

La diplomacia y el abrazo entre enemigos

 

Por: Zahur Klemath Zapata

zapatazahurk@gmail.com  

 

La antigua Roma vivía bajo una diplomacia que hacía creer a todos que vivían en paz. Fueron muchos los episodios en su historia que mostraba que esa diplomacia era el juego de cartas o en términos de hoy a la ruleta rusa.

En política no hay amigos, hay socios en el crimen organizado que les permite sobrevivir cuando las aguas están tranquilas. Y este es un arte que se aprende jugando con candela. Nicolás de Maquiavelo nos enseñó cómo navegar por esos pantanos y arenas movedizas.

En uno de mis libros que más se leen y piratean, “Los Textos”, para actuar y razonar sabiamente, recopiló el pensamiento de tres mil años del manejo de las relaciones entre humanos y cómo sobrevivir. No es fácil en la actualidad convivir en esta selva donde crecen todos los aciertos y desaciertos, más en la política donde la ética y principios no existen, sino la expresión CVY que es normal en cada negociación.

En Colombia se ha logrado avanzar en la diplomacia, más por experiencia que por formación académica. Ya inclusive las organizaciones criminales llaman a la víctima después de cometer el crimen a negociar lo que han hurtado o antes de cometer el asesinato. Todo esto sucede porque el establecimiento nunca puso atención a que el criminal podría organizarse con mayor tecnología que el mismo estado.

En ese sentido los gringos llevan una ventaja en las organizaciones que ellos manejan. Ellos pagan por desarrollar tecnología y contratan expertos criminales para perseguir a otros criminales. Esto ha dado resultado desde la época del viejo oeste. Otra de las cosas es que estos departamentos son autónomos con presupuestos que les permite trabajar con la máxima libertad y quedarse con el botín.

Aquí no hay abrazos ni apretones de mano, van a lo que tienen que hacer y cumplir con el deber del programa al que le fue asignado el trabajo. Por eso los casos de terrorismo son casi nulos y lo único que se presenta son casos todos aislados de lobos solitarios que atacan a las partes más vulnerables.

Es muy diferente en Colombia donde los crímenes de lesa humanidad y todo lo que sigue de ahí para adelante se quedan en el refrigerador de la historia y mueren con la víctima.

Ha habido muchas reformas de leyes y de instituciones, desde los Chulavitas, el SIC, DAS, la policía por carabineros y pare de contar. Se podría tener un muro kilométrico con todos los nombres de las personas asesinadas y que aún no se sabe que fue lo que pasó.

No creo que habrá un gobierno que ordene el establecimiento o el estado o como se quiera llamar en la forma como se debe organizar un país para que los ciudadanos se sientan que tienen patria y que los protege.

 

 

 

Cultura y Naturaleza
 


Edgar-Cabezas


El destino del ser está precedido por los impulsos de vida y muerte. A la vez, los sentimientos son de alegría y tristeza, las emociones pacíficas y violentas, el pensamiento altruista y egoísta. Ello hace del ser social, sujeto con alteraciones buenas y malas; las instituciones sociales van modelando el carácter y el criterio individual y colectivo para que cada uno tempere la razón de ser que le ha impuesto la vida cultural a la que pertenece.


El ser nace bueno y malo por naturaleza y la sociedad lo modula, lo corrige o lo elimina. Incluso la vida misma le impone el tiempo y los movimientos de la ardua mecánica de existir entre los gloriosos y los dolorosos eventos en los que transcurre la existencia con trágica violencia.

Violencia

ante la cual se les solicita a los violentos parar los impulsos asesinos, reiterar que el proyecto de humanidad necesita terapia mental contra la guerra y su lógica insana que amedranta.


Es urgente encontrar mecanismos psicológicos que brinden terapia a favor de controlar el impulso asesino que inspira el miedo. Hay que tomar el control de la liberación a través de poder ser uno mismo sujeto activo de la vida cultural y natural en paz, centrarse en sí mismo actuando en activa paz ante todos los sucesos temporales, renaciendo a cada instante con la voluntad férrea de vivir la experiencia de la inteligencia colectiva humana que merece un milenio de paz La obediencia social que debe animar la vida en un país de gran belleza biodiversa como Colombia es vivir en paz. No más desobediencia civil. Se tiene que imponer la obediencia del respeto por la
diferencia, lo que implica tratar con ternura y afecto la mente y el cuerpo del prójimo. La llamada especie hombre carece de humanidad, así es que humanos, jalándole al respetico y estableciendo relaciones simétricas y horizontales, porque las relaciones verticales vienen cargadas de bombas atómicas patriarcales.

Las multitudes ciudadanas libres de la Colombia Humana, afiliadas o no afiliadas al movimiento político de la Colombia Humana saben que Colombia es el país de la belleza natural, potencia de la vida en donde las gentes son alegres en la forma en como expresan su rica diversidad étnica y cultural. Esas herramientas son las que necesariamente deben enfrentar el inmediato trabajo colectivo de regenerar los elementos naturales y las relaciones sociales en cada localidad.


La humanidad está exigiendo ríos vivos, paisajes coloridos, calles y autopistas limpias, ambientes con la presencia de animales silvestres y domésticos, diálogos constructivos, vínculos fraternos, espacios silenciosos, políticos honestos, personas coherentes, empresarios y trabajadores competentes, transportes confortables, seguridad sin la presencia de actores armados, mujeres admiradas, hombres respetuosos y solidarios.

La vida hay que vivirla como lo que es: una verdadera obra de arte al servicio de la gente con la sabiduría tradicional y la ciencia que se va desarrollando a través de los procesos de una lenta pero constante evolución armónica. Por donde quiera que el ser humano esté, va con su estela de color, olor, sabor y sonido. No permitan que los agentes del odio los desafinen.

 

 

Director

Zahur Klemath Zapata

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Gerente Operativo
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Editor

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Jefe de Redacción
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Diagramación
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