EDITORIAL
El país de la discordia
Enajenados de cualquier tipo de responsabilidad, se encuentran tan sólo con la
habladuría y está a su vez les produce una fiel capa de envidia hacia el resto,
en palabras más sintéticas, el país de los consumidores del ensueño.
Ensoñaciones constantes de lo que quieren y desean hacer, pero nunca dispuestos
a responsabilizarse de sus sueños. Entes carentes de cualquier forma de
creatividad que buscan en las otras formas para las cuales ser mejor que ellos ¿Cómo
llegamos a esto? ¿En qué momento el colombiano comenzó a vivir por el otro a
partir de la envidia o el qué dirán? No podríamos afirmar el cuándo, si es que
existe un principio y no sólo siempre ha estado tal naturaleza en el colombiano
promedio. Tal naturaleza o construcción del colombiano lo ha llevado a una
territorización inauténtica de lo que debe de ser; un ser dotado de todas las
virtudes.
Zahur Klemath afirmaba en una columna pasada que el problema de Colombia, no son
los extranjeros, el problema de Colombia son los colombianos que no han
percibido que su labor, su modo de comportarse en el mundo decanta totalmente en
ellos, pero, esto el colombiano ni siquiera lo tiene en cuenta, el colombiano no
respeta ni mucho menos siente orgullo de su país, no encuentra su país como un
refugio sino como una cárcel -pero, por supuesto ve a otro país, seguro; que te
va ir mejor- después de todo, según dicen en cualquier otro país le va mejor que
acá, seguro que no es porque se concentren por completo a trabajar en otros
países, o porque lo ahorren todo, o porque sean personas serias, seguro que no
es por eso que les va mucho mejor… Simplemente es porque Colombia es un país
tóxico que no los deja crecer.
Colombia no es tóxica en sí misma, sino que se vuelve tóxica por sus ciudadanos
que son totalmente desproporcionados del amor por la tierrita, que desconoce su
historia y poco quiere participar en su futuro. En este orden de ideas; la única
forma de calmar la toxicidad de Colombia es amándola por completo, sintiéndose
orgulloso de cada expresión que nos represente, tal vez lo único que necesitamos
para que este país deje de ser tóxico es que entendamos, amemos y lo veamos como
un refugio y no como una cárcel de la cual queremos huir, destrozar cualquier
tipo de ensoñación impersonal y comenzar a hacer realidad.
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Mr.
Trump, líder donde no existen, sino autonomías
Zahur K. Zapata
zapatazahurk@gmail.com
Al comienzo de los años 70s Mr. Donald Trump se perfilaba como un
pequeño gánster usando como se decía en esa época “el músculo de la
mafia siciliana”.
Era costumbre verlo como mojaba prensa por los problemas con su
padre por las propiedades en Queens y como sacaban inquilinos negros
e hispanos de los edificios recién comprados con ese musculo
gansteril. Todo esto quedó en el olvido porque el Mr. Ingresó en el
mundo de los casinos y al final no tuvo la mano del rey Midas para
que las cosas florecieran.
Aprendió a quebrarse y a aprovechar como ganarles a las pérdidas y
no pagarles a los contratistas menores, costaba más en pleito en las
cortes y tiempo que recuperar el dinero.
Nunca fue brillante, pero sí hábil en el juego de embaucar a quien
se le pusiera por delante y así comienza el mundo de la farandola y
ventilar un ego que superaba a Narciso mirándose en el espejo.
En este mundo de la farándula comienza a moverse donde el dinero y
egos lo rebasa todo, así da inicio a su carrera a la fama y a tocar
todo lo exótico que se le acercaba.
Al ingresar al mundo político comete un gran error porque este es un
mundo más peligroso para el que no viene de esa estirpe. La política
es un arte y una sabiduría que quien no ha sido entrenado para esos
menesteres termina crucificado.
Hay que entender que los Estados Unidos nunca ha sido una república
banana y que ella se construyó bajo una constitución basada en la
constitución cherokee que une a los pueblos bajo la autonomía de sus
territorios y no bajo líderes, ellos no han existido en la historia
del país.
Mr. Trump ha reunido a su alrededor un grupo de gente muy relevante
que lo apoyan en su desprecio y odio a otras razas y que a pesar de
eso a quien el deprecia lo siguen porque cada ser humano ve en estos
personajes lo que ellos quisieran ser o poder hacer. Así es la
naturaleza humana.
Pero de aquí a que él llegue nuevamente a la presidencia es otra
historia. Él solo representa una parte ruidosa de la población
estadounidense y no la gran mayoría que lo rechaza por su historia
delictiva y la incapacidad de mantener un país en armonía.
Hay 92 casos en las cortes que esperan ser juzgados. Una deuda de
cientos de millones de dólares por pagar y las inhabilidades y un
proceso por sedición que es demasiado
grande.
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En las pasadas elecciones hubo una
votación histórica que jamás se había presentado. La gente no votó por Joe Biden
sino
contra Trump y en estas próximas elecciones no solo va pasar eso,
sino que hay demasiado temor que él llegue a la presidencia porque esto crearía
una inestabilidad en el país y a nivel mundial.
Se acercan las elecciones y entre más cerca estén más fuerzas saldrán a mostrar
el mundo oscuro que en él se encierra
HUELE A DERROTA
Crónica # 836
Gustavo Alvarez Gardeazábal
Audio:
https://www.youtube.com/watch?v=AL6r3ThGw1g
En Colombia pocas bolas le han parado a las noticias que llegan de
Europa en donde la proximidad de una derrota ucraniana ha despertado
las ideas de nuevos soportes para el menguado ejército de Zelenzky.
La propuesta hecha por el presidente de Francia, el señor Macron, de
que la OTAN debe llevar soldados a Ucrania para que no se pierda la
guerra, ha removido las entrañas de una Europa pegada con babas pero
les permite olvidar las monumentales equivocaciones en que han
caído, junto con los Estados Unidos en el manejo y castigo de Putin.
Dos años después de que el zar ruso arremetiera contra el gobierno
de Kiev para dizque rescatar los territorios ruso parlantes de
Ucrania, el cúmulo de medidas como los embargos petroleros, los
bloqueos de cuentas en los bancos occidentales o el sabotaje a los
suministros de gas, son un verdadero fracaso.
Ni Putin dejó de exportar petróleo por las vías torcidas o
vendiéndoselo a la India y China, ni los fondos decomisados llevaron
al rublo y a la economía rusa al abismo que desde Washington y
Bruselas diagnosticaban.
Por supuesto ninguno admite el fracaso y al señor Macron, el único
que plantea la inminente derrota de Zelenzky, le caen todos como en
gavilla.
Nadie quiere salirse del modelo de apoyar avaramente a Ucrania con
armamentos y municiones o con dinero en efectivo para que esa guerra
no se vuelva una guerra europea contra Rusia. Pero Macron tiene
razón y aunque ha alborotado a Putin, quien una vez más amenaza con
guerra nuclear contra los países europeos, y ha dividido a Europa
(hasta cancelar la reunión de cancilleres que comenzaba hoy), nadie
se atreve a dar el paso ni a propiciar una negociación de paz, como
ha sido históricamente lo que se ha usado para terminar guerras de
desgaste como esa que se libra.
Huele a una guerra peor y como todos andan equivocados, huele a
derrota de Occidente y a triunfo del dictador ruso.
El porce, marzo 7 del 2024
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