Fundado el 9 julio de 1948 -

Por Rafael Cano Giraldo -1948-1981

Publisher: Zahur K. Zapata - 1981 –

 

 

 

Las opiniones expresadas por los columnista son de su exclusiva responsabilidad y no comprometen el pensamiento de El Imparcial

 
 

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EDITORIAL

 

Pereira, Colombia - Edición: 13.228-808

Fecha: Martes 19-03-2024

 

EDITORIAL

 
El complejo de carlomagno


Generalmente la lucha contra el trabajo informal se estanca bajo el derecho básico al trabajo. Gracias a tener derecho a laborar es que la ciudad se ha llenado de puestos informales de tintos, ropa y demás cositas que en ciertos momentos pueden salvarnos de no gastar grandes cantidades de dinero que no hay, es decir, estos emprendimientos benefician a todos de cierta manera. Sin embargo, existen casos en los que estos emprendedores pasan a ser terratenientes, dueños de lugares, esquinas, o incluso cuadras enteras, y al igual que los grandes terratenientes de nuestro país, todo es tomado por la fuerza y lo protegen de la misma manera.

En esta forma neurótica de autoproclamarse dueños de un pedazo de la calle, los sujetos comienzan a tener fieles problemas psicológicos, tales, como pérdida de realidad, en la medida que creen tener potestad para afirmar quien puede y quien no puede estar en su lugar de trabajo, neurosis que trasciende a una neuropatía que le impide reconocer al otro como un igual, procediendo de esta manera a general un narcisismo y este a su vez lo lleva a tener pasos al acto, en pro de proteger su pequeño pedazo, es decir, desarrollar el complejo de carlomagno.

El complejo de Carlomagno consiste, en la intercambiar la realidad por aquello que posee en su mente, misma que le da la posibilidad de justificar todos sus actos inhumanos y anticonstitucionales en busca de alcanzar que la realidad se acomode a su capacidad imaginativa, impidiendo de esta manera todas las construcciones externas, tal cual lo pueden ser las personas, por tan complejo es que estos sujetos tienen la capacidad de negar la posibilidad que alguien trabaje, pues su neurosis les confiere este poder divino.

En efecto, las calles de Pereira se encuentran llenas de sujetos con este particular complejo, causando de esta manera que las calles tengan dueños. Pero, si nos detenemos a pensar esto, significa que estos sujetos al logrado esquivar las leyes que impiden el apropiamiento de un bien público, y de paso a comenzado a generar reglas precisas que los beneficien a ellos, reglas amañadas, no debería ser esto razón justa para bajarlos de estos pedestales una visita de espacio público, que logre hacerles entender, que: o todos trabajan en paz o no trabaja nadie de manera informal.  

 

 

 

Una guerra que nunca termina

Por: Zahur Klemath Zapata

zapatazahurk@gmail.com  

 

Nací en medio de la segunda guerra mundial y aun las batallas continuaban en menor escala. Pero seguía la guerra. Fueron tiempos difíciles para la humanidad, pero nada nuevo en la actualidad.

El siglo 20 estuvo en guerras de todos los tonos y se descubrieron medicinas que han alargado la vida y calidad de ella, además la tecnología abrió nuevas puertas al conocimiento para darnos mayores posibilidades de vivir como seres humanos en óptimas condiciones. Hoy podemos decir que vivimos más años con una calidad de vida que no se había vivido.

Pero no todo es maravilla. Millones de personas mueren en múltiples circunstancias, al igual que la medicina no les llega a todos ni la comida. Todo es circunstancial, pero seguimos viviendo como si nada pasara.

Estamos en el siglo 21 y no hay gran diferencia entre el pasado y el presente, simplemente han cambiado de personajes y protagonistas a pesar que otros continúan en el mismo estatus de la vida.

La gran mayoría de la gente no ha madurado como para intervenir en la vida social y hacer que se den las cosas como realmente se deben dar para que la equidad y el bienestar humano alcance para todos. Vivimos, sí, pero igual que las mansas aguas que pasan por debajo del puente existencial.

Las noticias llegan a medias, y casi todos mienten sobre lo que está pasando, porque a veces es mejor no poner atención a la realidad de la vida y así no sentirse afectado por el medio en que vivimos.

El planeta todos los días pierde habitantes y la gente no lo percibe, porque no hay conciencia de la existencia misma. Somos una masa amorfa que se mueve como las olas del mar y nadie escucha el golpe de ellas contra las rocas. Tantas cosas están pasando aquí y allá que parece normal.

Los crímenes que se cometen a diario por parte de quienes trabajan en el Estado quedan impunes, porque quienes trabajan en el Estado son tan corruptos como quienes los eligen porque viven de esa corrupción. Y todos lo sabemos. Pero el silencio cómplice de todo es más saludable que hacer presencia y luchar porque todo sea equilibrado.

Colombia está en un agujero insondable por donde transitan delincuentes y santos pecadores que creen que van a redimir a pecadores que no tienen salvación, porque ya nada los salva. Jamás serán seres de bien. Porque no lo conocen y porque sus vidas han estado en la parte negativa de la vida.

Miro desde afuera y trato de tener fe de que algo va pasar para bien, pero no veo la
salida del túnel ni vehículos que la crucen

 

 

 

buscando salvar lo que queda. Simplemente hay un túnel por donde todos estamos transitando sin que nos veamos los unos a los otros. Simplemente transitamos pensando que quizás en un futuro todo cambie.

Pero es solo una ilusión como si fuera un espejismo en el desierto.

 

EL ESPANTAPÁJAROS DE ECOPETROL
Crónica #844

 



Gustavo Alvarez Gardeazábal

Audio:

https://www.youtube.com/watch?v=IutRWQkYt5o

El presidente de la ANH, la Agencia Nacional de Hidrocarburos, probablemente impulsado por las críticas que Colombia recibe por su ridícula política sectaria de prohibir explorar, explotar y distribuir petróleo de pozos nuevos, ha salido a la palestra para explicar lo inexplicable y jugando a enredar con discursos políticos a los ciudadanos, hace el papel del espantapájaros en un sembrado de ilusiones.

Quienes no entendemos de geología del petróleo si sabemos que es demandable ante los tribunales el daño inmenso que se ha hecho al cambiarle por decreto patalético el objetivo social a Ecopetrol para satisfacer el capricho de la secta extractivista que profesa el presidente Petro.

Esa mascarada gomosa de ser el primer país pobre en prohibir la exploración petrolera se caerá en solo 3 años cuando no tengamos ni reservas ni producción que mostrar.

Los contratistas que fungen de legisladores y el pueblo al que tanto apela el presidente en sus discursos, deberían conocer que todos los 302 contratos firmados de exploración no encierran de por sí “vocación para seguir buscando hidrocarburos”, como lo dice el señor de la ANH. Y lo que debería decir es que en 264 de ellos han sido escasos y pobres los hallazgos y que los otros 38 están suspendidos y no saben cómo reactivarlos. Y el país entero debe saber también que ni la ANH ni Petro y sus catecúmenos no tienen ni idea de cómo reponer los barriles que no producimos por la absurda prohibición.

Eso de enredar hablando de cambios en las obligaciones exploratorias suena a saltarse el régimen contractual vigente y no justifica que la ANH haya invertido más de 500 millones de dólares en explorar el potencial petrolífero de áreas nuevas y ahora, de un tajo se prohíba explotarlas.

Eso podría ser considerado una malversación. Como también lo ha sido desvalorizar a Ecopetrol y espantar como aves agoreras a los inversionistas porque ya huelen la mortecina en la empresa.

El Porce, marzo 19 del 2024

 

 

Director
Zahur Klemath Zapata

Gerente
Laurie Agront

Gerente Operativo
Alba Lucia Arenas V.


Editor

Felipe Castro

 

   

Diagramación
María  Molina

 

Soporte Tecnológico
Aurooj Ali Khan

Nadeem Khan

Jawaad Malik

 

Colaboradores

Jotamario Arbeláez
Gustavo Álvarez Gardeazábal

 

 
Edgar Cabezas

Gongpa Rabsel Rinpoché

Guillermo Navarrete Hernández
Iván Pulido

Teresa Pardo

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CONTACTO
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