EDITORIAL
Delicado
Una ciudad con las reglas de la selva, esa es Pereira. La ciudad se ha vuelto
más delicada que la porcelana china, que al roce puede acabar con la vida y
romper cualquier ideal que se desee tener sobre lo que algún día fue nuestra
ciudad. Ahora las calles inundadas por personas sin hogar, recorren todos los
rincones de nuestra ciudad, siempre con el alma al borde, dispuestos a todo, se
han comenzado a organizar pequeños grupos de sujetos sin deberes porque les han
quitado sus derechos.
La vida digna que todos tenemos por derecho natural se les ha negado a sujetos
de la calle. Cuando se le quita la dignidad a un sujeto de la calle, este se
separa de la construcción social y allí es donde se vuelve un sujeto sin deberes,
siempre dispuesto a asesinar donde sea y frente a quien sea. Es así como a la
policía le quedo grande controlar a los sujetos de las calles, en la medida que
la violencia, única forma de solucionar problemas que parecen que les enseñaron,
ya no funciona, pues estos se desprenden de cualquier tipo de imposibilidad por
el dolor, seguro las drogas les funcionan como calmantes, permitiéndoles seguir
haciendo de las suyas.
Sin embargo, que en la actualidad se le haya hecho imposible controlar a estos
sujetos a la policía, no debe verse como algo negativo, en la medida que se les
ha comenzado a volver imperativo generar una forma de tratar con ellos, y no
sólo a estos últimos, sino también a cualquier trabajador público, se le ha
vuelto obligatorio aprender a controlar esta minoría que independientemente de
todo ha sido violentada durante años, sin que nadie pueda o quiera opinar algo.
Es en este momento en donde no sólo la vida sino el buen vivir cobra reflexión
sobre a dónde queremos dirigirnos. Sí los habitantes de calle se vuelven
incontrolables, las calles se vuelven peligrosas y si esto sucede la ciudad
cobrará una fama inquietante para cualquier turista y esto generará un latente
descenso en la economía de los comercios y si los comercios se reducen también
lo hace el trabajo y esto generará una falencia económica en la ciudad y
podríamos seguir durante muchísimos más renglones mostrando por qué el problema
con los habitantes de calle debe solucionarse antes que lleven a nuestra ciudad
a un punto irreversible.
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Las filas,
las colas y la espera, es el sancocho de todos los días
Por: Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
Al mirar las
grandes filas indias en bancos, centros de salud, pago de pensiones
y la fila del etc. lo dejan a uno pensativo como si algo anda mal en
un país que se supone que lo tiene todo.
La tecnología ha
traído agilidad a todas las cosas que nos rodean, con múltiples
beneficios. Pero en Colombia se usa más bien para desacelerar la
capacidad de producción de las empresas. Pero en el fondo los que
manejan la cosa pública y privada no se han agilizado, sino que
absorben más dinero por menos calidad.
Lo interesante es
que se percibe un desconocimiento social de lo que ellos están
pagando por estos malos servicios. No se trata de protestar tirando
piedras o con huelgas peligrosas. Sino tomando el todo por los
cuernos.
Hace unos años el Chase Bank y el City Bank en USA les dio por
cobrar $3 dólares por retirar dinero de sus cajeros a sus clientes.
Tres días después de haber impuesto ese cobró más de medio millón de
cuentas se cancelaron en estos bancos, creando un desencaja bancario
de millones de dólares y en aumento.
24 horas después
los bancos cancelaron su iniciativa de cobrar por usar los cajeros
automáticos. Y todo regresó a la normalidad.
Una sociedad que
no se hace respetar de quienes administran los bienes sociales, los
bancos y todas esas empresas de alta tecnología que hacen lobby y
pagan para que los empleados públicos les den todo tipo de ventajas
en las negociaciones que hacen con el pueblo olvidando que ellos
fueron elegidos por lo que ellos estrangulan lentamente.
El país jamás va a salir del atolladero en el que se encuentra,
aunque salga cualquier candidato a prometer que tiene la bola mágica
que lo guiara a llevar a la nación por el sendero de los sueños
imposibles. |
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Qué
lee Gardeazabal
RESEÑA DE “La niña de La Loma”
de Gerardo Meneses
Editada por Loqueleo
Gustavo Alvarez Gardeazábal
Audio:
https://www.youtube.com/watch?v=eMeBvK97qtY
Gerardo Meneses es un reconocido y admirado profesor de la Escuela
Normal de Pitalito. Sin salir de su terruño, Meneses ha logrado
recibir premios por doquier con sus narraciones para niños y
jóvenes.
Los ha logrado en Colombia y en Alemania y en Grecia. Hace parte de
la lista White Ravens y de la de IBBY. Ha sido editado desde 1986
por varias casas especializadas en esta clase de literatura y como
tal ha resultado siendo leído por miles, por millares de jóvenes
colombianos y aplaudido por ancianos como yo.
En esta oportunidad ha sacado “La niña de La Loma”, una narración
prolongada quizás demasiado para los fugaces lectores de hoy, pero
dotada de una característica que la hará sin duda alguna universal:
está tan ingenuamente narrada que se vuelve en una joya tramada para
independizar a sus personajes y hacerlos sobresalir con una tensión
cortaziana.
Así puede llevar al personaje de la orfandad a la convivencia con el
padre viudo, reemplazando espacios y cariños. Pero de manera
contraria recrea el ámbito provinciano, el olor a los efectos
lejanos o cercanos de la guerrilla o el afecto por el pueblo más
distante aún donde su padre, médico, ha conseguido que lo trasladen
desde Bogotá para matar la pena por la muerte de su esposa, la mamá
de la niña personaje que se crece página tras página mientras
reinterpreta los silencios o decisiones de su progenitor.
Es un libro que puede leerse con esperanza o con lágrimas en los
ojos. Mira el mundo desde el ángulo que también lo viven y sufren
una chiquillada preadolescente que, como tantos millones de
colombianitos, corre la aventura de ir conociendo el amor mientras
recorren el pueblo en un par de bicicletas o mirando la pantallita
del celular.
Este libro, entonces, debe tener mucho éxito entre la chiquillada
que pese a la frigidez de la modernidad digital, o parapetada con su
ayuda, sigue descubriendo el amor y repitiendo las curvas o
ilusiones que sus lectores recorrimos hace tanto tiempo y que acaso
hasta lo habíamos olvidado.
Repito, ¡es una joya!
El Porce, abril 7 del 2024 |
Director
Zahur Klemath Zapata
Gerente
Laurie Agront
Gerente Operativo
Alba Lucia Arenas V.
Editor
Felipe Castro
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Diagramación
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Soporte Tecnológico
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Nadeem Khan
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Colaboradores
Jotamario Arbeláez
Gustavo Álvarez Gardeazábal
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