CHARLAS CON UN MAESTRO
SAMMASATI
Por: Gongpa Rabsel Rinpoché
Lama Sammasati para Latinoamérica
Vacuidad en el
Budhismo:
La Ilusoria Naturaleza de la Realidad
En el corazón del Budhismo
Mahayana se encuentra el concepto de vacuidad (śūnyatā), una enseñanza profunda
que desafía la percepción común de la realidad. La vacuidad no implica la
inexistencia de las cosas, sino que revela la naturaleza interconectada e
interdependiente de todos los fenómenos, libres de una existencia inherente y
autónoma.
Más allá de las apariencias:
Nuestra experiencia cotidiana está moldeada por la creencia en la existencia
sólida e independiente de los objetos. Sin embargo, la vacuidad nos invita a
cuestionar esta percepción, revelando que las cosas no son lo que parecen.
En el budhismo, la vacuidad se basa en la comprensión de que todos los fenómenos
surgen de causas y condiciones, sin una esencia o naturaleza propia. Son como
olas en el océano, que surgen y desaparecen constantemente, sin una identidad
permanente.
Las dos verdades:
Para comprender la vacuidad, es esencial distinguir entre las dos verdades: la
verdad relativa y la verdad absoluta. La verdad relativa es la forma en que
percibimos el mundo a diario, donde las cosas parecen tener una existencia
independiente. La verdad absoluta, por otro lado, revela la verdadera naturaleza
de la realidad, la vacuidad de todos los fenómenos.
Alcanzando la vacuidad:
La vacuidad no es un concepto teórico abstracto, sino un estado de realización
que se alcanza a través de la práctica budhista. A medida que el practicante
profundiza en la meditación y la sabiduría, comienza a disolver la ilusión de la
existencia inherente, revelando la vacuidad de su propia mente y de todos los
fenómenos.
Beneficios de la vacuidad:
La comprensión de la vacuidad trae consigo numerosos beneficios para el
practicante
• Liberación del sufrimiento:
Al comprender que las cosas no tienen una existencia inherente, nos liberamos
del apego a ellas y, por lo tanto, del sufrimiento que surge de este apego.
• Compasión universal: La vacuidad nos revela la profunda interconexión de todos
los seres, fomentando una profunda compasión y empatía hacia todos.
• Sabiduría: La vacuidad nos libera de la ignorancia y nos conduce a una
sabiduría profunda que comprende la verdadera naturaleza de la realidad.
La vacuidad en la vida diaria:
Si bien la vacuidad es un
concepto elevado, sus principios pueden aplicarse a la vida diaria. Al cultivar
la atención plena y la conciencia de la interconexión de todas las cosas,
podemos comenzar a experimentar mayor paz interior, compasión y sabiduría. La
vacuidad no es una negación de la realidad, sino una transformación profunda de
nuestra percepción del mundo, conduciéndonos a una vida más consciente,
compasiva y plena.
En resumen:
La vacuidad es una enseñanza central del
|
|
Budhismo Mahayana que revela la naturaleza
interconectada e interdependiente de todos los fenómenos,libres de una
existencia inherente y autónoma. Alcanzar la vacuidad es un proceso de
transformación que se logra a través de la práctica budhista,
conduciendo a la liberación del sufrimiento,la compasión universal y la
sabiduría profunda. La vacuidad no es una negación de la realidad,sino una
invitación a vivir una vida más consciente, compasiva y plena.
Si tienes alguna inquietud o comentario, no dudes en ponerte en contacto conmigo
al correo electrónico gongparabsel@gmail.com o al WhatsApp +57 314 623 83 08.
¡EL ENGAÑO HISTÓRICO!
Por: Álvaro Ramírez González
alragonz@yahoo.es
Con casi dos años de esta pesadilla de gobierno, está muy claro para los
colombianos que este presidente, este equipo de gobierno y estas propuestas y
reformas, son todos un verdadero fiasco.
Además, Colombia no había vivido antes una ola de corrupción tan
desenfrenada y descarada como agresiva.
El episodio de los carrotanques es impresionante porque fue un atraco de
frente, obvio y elemental de descubrir.
Y ya está claro que Olmedo López y Sneyder Pinilla,
director y subdirector del UNGRD fueron los directos culpables.
Pero además quedó muy claro también que ambos cumplían órdenes superiores
y el país no sabe aún, pero todos imaginamos que son del alto gobierno,
intentando comprar a los presidentes de Senado y Cámara.
Colombia no conocía un concierto para delinquir de ese tamaño.
Ni tampoco el precio de los presidentes de Senado y Cámara.
¡Esto se parece ya a una casa de prostitutas!
Y aparece Petro en una alocución televisada hablando de su trayectoria de
honradez, y repartiendo culpas de su gobierno, con todos los anteriores
gobiernos, intentando así desactivar esa bomba.
La ola de despilfarro tampoco era conocida.
Desde la vicepresidencia hasta la primera dama, los gastos personales en
frivolidades y tonterías son multimillonarios.
Y todos en el gobierno callados.
Al otro lado de la ecuación las cosas van de mal en peor.
El gobierno del cambio ya ha logrado que las utilidades de Ecopetrol
caigan un 30%, y el valor de la acción a los inversionistas privados mucho más
Lo mismo ha sucedido con el valor de las acciones en bolsa de las 100
empresas más grandes del país.
Las exportaciones colombianas también vienen cayendo, así como las
importaciones por la caída en la demanda de vehículos y maquinaria, por ejemplo.
Es asustador ver videos del puerto de Buenaventura, antes
repleto, y hoy medio desocupado.
El clima de los negocios sigue en caída al tiempo que las FARC, y el ELN,
asesinan a decenas de soldados y policías mal armados y sin respaldo en sus
operaciones.
La masacre de los soldados de Argelia Cauca, y el audio de ellos pidiendo
un respaldo a los gritos que nunca llegó, la ridiculizó Petro afirmando
de manera irresponsable que “¡llamaron primero a Vicky Dávila, |
|
que a sus superiores!”
Un chiste macabro que muestra el desprecio y el desapego de Petro por las
FF.AA.
Para eso las descabezó, las desmanteló y las desmoralizó.
Pero las cosas con las FARC, y el ELN, van mucho peor.
Ya el ELN, anunció que “regresará al secuestro “, por el incumplimiento
de Petro.
“Estamos peor con Petro que con Uribe y Duque”, afirmó el jefe máximo de
ese grupo terrorista.
Las FARC, asesinando soldados mal armados, desmoralizados y sin respaldo
militar en sus operaciones.
¡Un desastre!
Y el gobierno con el deschavetado ministro de defensa, contestando los
ataques a militares de ambos grupos y las decenas de muertos, con comunicados
insulsos y estúpidos que producen risa.
Ya los grupos terroristas no le temen a las FF.AA
Los superan en estrategia, armamento conocimiento del territorio y moral.
Los helicópteros del gobierno se han caído por falta de mantenimiento y
repuestos, y la ruptura de relaciones con Israel, máximo proveedor de armas a
Colombia, será el clímax de esta catástrofe militar.
La ejecución presupuestal de los ministerios es penosa. No saben ni
siquiera gastar el dinero público.
En medio de este panorama de torre de Babel, ¡Petro afirma que “¡el
gobierno progresista necesita al menos otro período igual de mandato para poder
culminar el cambio propuesto a la sociedad colombiana!”
Esto coincide con la famosa constituyente que andan intentando armar,
para cambiar el rumbo de las cosas que en la vía democrática le aseguran hoy una
derrota brutal a Petro y a la izquierda, en las próximas elecciones.
La misma que acaban de sufrir perdiendo las Alcaldías de Bogotá,
Medellín, Cali, Barranquilla, Bucaramanga y muchas más.
El lenguaje de Petro se parece cada vez más al de Hugo Chávez y Nicolás
Maduro que le mienten a la gente en su cara.
“Coro es mucho más bello que Miami!”, afirmó Maduro, cuando Coro es un
basurero en ruinas y Miami un emporio de riqueza y belleza.
¡Nada los avergüenza!
La actividad económica del país está cayendo y ya se empiezan a ver los
estragos en la cartera de la Banca y en la avalancha de empresas que ingresan a
la “ley de reestructuración “, que equivale a cuidados intensivos.
Finalmente, Petro trabaja mucho con su equipo en esa constituyente que le
permita seguir en el poder eludiendo unas elecciones que sabe tiene perdidas.
Y preparan también el negociado más grande de la historia: la importación
de gas natural de Venezuela.
Esto pues no tiene para mí otro calificativo:
¡Un engaño histórico!
|