EDITORIAL
El contrato de
la paz.
La paz es el producto de intercambio más antiguo y eficiente de la
historia. Desde el principio de las civilizaciones el deseo de la
paz ha sido el lienzo desde donde se crean las grandes estructuras
culturales, en donde los integrantes de una sociedad inscriben lo
que para ellos es la paz, oculto bajo los deseos que manifiesta.
Pero, en este juego de conseguir el producto llamado paz se entrega
otra característica propia del ser humano su libertad, ya muy bien
Hobbes anunciaba este intercambio social, uno en donde en busca de
obtener tranquilidad o paz, el ser humano entregaba su libre
albedrío, sus derechos naturales y demás, es decir la libertad
total. Sin embargo esta libertad no sólo se intercambia sino que
pasa a formas parte de otra libertad que ahora tiene la libertad de
todos los seres a los cuales les brinda paz.
Estas libertades adquiridas son la razón de los grandes poderes
actuales. No obstante, este intercambio se da siempre desde un
contrato constante, es decir, siempre y cuando se adquiera paz, la
libertad del sujeto es limitada por su proveedor, pero ¿este
contrato se cumple en la actualidad? ¿Colombia tiene paz? en
efecto,una negativa siempre es la respuesta, en todo el país; de
norte a sur, de oeste a este y en todas las combinaciones posibles,
colombia es un país con poseedores de un contrato que no se está
cumpliendo, pero que si se le está cobrando, pues la libertad sigue
siendo exigida, actuar siempre de acuerdo a la voz de las grandes
reglas que nos rigen y dicen como ser.
La conclusión de esta reflexión es que somos acreedores de un
contrato incumplido, promoviendo de esta manera la necesidad de
exigir nuestra libertad para así volverla a intercambiar de nuevo,
con alguien que sí cumpla el contrato que me traiga paz.
Que nuestra libertad regrese significa la posibilidad de una
reorganización de principios y bases de lo que entiendo como paz y
no simplemente seguir adquiriendo una paz anticuada y vieja, que ya
impide que mi intercambio sea equivalente.
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El Estado
Polimano es una sociedad dueña de la nación
Por: Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
El sinónimo de
corrupción es democracia y el común de la gente no lo percibe porque
la palabra viene del griego y el latín y ellas en su tiempo era una
expresión máxima en la vida social, porque ellos tenían otros
valores sociales y una idiosincrasia que no se ajusta a la que
tenemos hoy en día por la evolución tecnológica y genética.
En sus comienzos, los griegos y romanos fueron naciones que
representaban lo máximo de una sociedad frente a la condición
primitiva que eran sus habitantes en relación a nuestra actual
sociedad. Ellos a pesar de haber desarrollado una arquitectura y un
modo de vida que hoy hemos superado, aún usamos sus conocimientos y
avances arquitectónicos porque son principios de la armonía del
universo.
Hoy estamos a miles de años en evolución intelectual y genética,
nuestro entendimiento va más allá del que ellos tenían a pesar que
gran parte de nuestra sociedad ha evolucionado tardíamente. Y no
pueden actuar con la libertad a la que actúa una persona que es
dueña de si y de su accionar intelectual.
Cuando el intelecto del ser humano le permita entender y
racionalizar los hechos presentes, este individuo que tiene esa
capacidad intelectual, puede representarse a sí mismo y actuar bajo
un libre albedrío sin hacer daño a su entorno y a sus semejantes. A
su vez no necesita de un líder o un gobernante para que gobierne su
entorno y lo obligue a tributar para sostener a quien ha elegido y
lo convierta en una cosa del Estado durante el periodo del cual fue
elegido el gobernante. Y solo regresando a su condición natural
durante el periodo previo a la nueva elección de gobernantes.
Durante este periodo de transición, es cuando el individuo tiene la
libertad de decidir, si continuar o revocar esos mandatos, negándose
el voto a los presuntos candidatos votando en blanco y comenzar a
establecer el Estado Polimano que es el que si lo represente frente
al establecimiento y protege sus intereses como ciudadano libre.
Continuar bajo un sistema democrático, es amparar de diferentes
formas la corrupción, el crimen organizado y demás enfermedades que
él crea para poder subsistir.
El voto en blanco bien direccionado puede eliminar todas las malas
prácticas que la democracia crea. Hay que crear grupos de apoyo en
todo el territorio nacional, descentralizando el poder y
entregándolo a la sociedad a través de juntas locales para que
nombren un Polimano que será el
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representante
ante los bienes del Estado y este pueda ser repartido
equitativamente en todas las dependencias de desarrollo y bienestar
de la nación.
Si el voto en blanco gana una mayoría de votos, los suficientes que
se necesitan para nombrar senadores, representantes, diputados o
concejales. Esos votos no serán para nombrar ninguno de estos
representantes sino para eliminarlos de sus cargos y así establecer
un Estado Polimano que
represente a los votantes frente al
establecimiento.
CHUCHUMECO Y DESPISTADO
Crónica # 902
Gustavo Alvarez Gardeazábal
Audio:
https://www.youtube.com/watch?v=eTdCFFX5pks&t=1s
El par de dramáticas escenas que las imágenes de tv y redes le presentaron al
mundo en los últimos días sobre el presidente Biden, deberían de tener a los
dirigentes del partido demócrata en emergencia buscando con desespero una
fórmula que saque a un lado al mandatario norteamericano de la carrera por la
reelección.
El doloroso espectáculo brindado por el anciano Biden en la celebración de los
80 años del desembarco de Normandía cuando terminó de hablar y creyendo que lo
había hecho poniéndose de pie desde una silla que nunca existió y fue a sentarse
de nuevo, casi que gateando al tanteo, buscando el asiento que su mente
imaginaba, mostró a un anciano tuntuniento que pierde el contacto con su
realidad.
Y que, además, tiene una esposa que no lo suple pese a estar a su lado. Y luego,
el enternecedor drama que brindó en Italia, al finalizar la reunión de los jefes
de las siete potencias del mundo en el momento en que todos se reunían para la
foto en un explanada y él, completamente ajeno de en donde se encontraba, se fue
yendo hacia el prado vacío, sirvió para enmarcar el despiste casi permanente en
que se mantiene.
Si no hubiese sido por la única mujer allí presente, la primera ministra Meloni,
quien fue hasta donde se estaba yendo y lo trajo de vuelta, la imagen del
viejito chuchumeco y despistado habría sido peor.
Lo que entristece es pensar en el futuro del país más poderoso del mundo está en
manos no solo de este anciano sin claridad mental y sobre todo secundando por
una dirigencia demócrata incapaz de prescindir de él y, lo que es peor, con la
única alternativa de un agresivo y dañino Trump, cuestionado moralmente,
recargándose peligrosamente con la energía que a los 77 años le entrega a
borbotones la idolatría de sus seguidores.
¿Qué pasará entonces en este mundo con esos personajes disputándose quien dirige
la marcha de la humanidad?
El Porce, junio 18 del 2024
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