Fundado el 9 julio de 1948 -

Por Rafael Cano Giraldo -1948-1981

Publisher: Zahur K. Zapata - 1981 –

 

 

 

Las opiniones expresadas por los columnista son de su exclusiva responsabilidad y no comprometen el pensamiento de El Imparcial

 
 

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EDITORIAL

 

Pereira, Colombia - Edición: 13.290-870

Fecha: Sábado 06-07-2024

 

EDITORIAL

 

Personajes o lectores


¿En dónde hemos estado? ¿En dónde hemos estado mientras nuestro país se volvió un libro lleno de historias de terror? un libro que contiene la mayor perversión del hombre, libro sumamente altanero y cambiante, en donde los asesinos reciben la gracia de Dios y se transforman en gestores de paz, y los famosos impulsores de la paz resultan ser los inversionistas de las grandes masacres.

¿En dónde hemos estado cuando se le otorga el poder a alguien afectado no por sus conocimientos sino porque se le tiene una deuda social o por simple demagogia? En efecto no sabemos dónde hemos estado y mucho menos sabemos donde nos encontramos en la actualidad.

La actualidad se presenta con tanta furia y desolación que sólo nos queda representar la imagen Hobbesiana del terror, una imagen en donde “cualquiera tiene la libertad de hacernos daño” claramente cualquiera con más libertad que nosotros. Ahora, se formalizan los discursos de odio y se fortalecen los espacios de adoctrinación y fomento de la estupidez.

¿De qué sirve estudiar en una actualidad como esta? este libro, el libro llamado Colombia es la distopía de género policial que más entrecruzadas tiene, seguro Macedonia, Borges, Vázquez, Piglia, entre muchos otros, se quitarán el sombrero al ver el cambio tan brusco que los personajes llegan a tener, personajes que solo hacen más que sorprendernos por tan escatologica obra de la cual hacen parte.

Sí, esta es nuestra Colombia un país en donde asesinan, amenazan, amedrentan a candidatos políticos o mejor aún en donde candidatos o en efecto trabajadores públicos tienen muchísimas investigaciones por delitos que dañan a la sociedad Colombiana y aún así a nadie le importa, sabemos que debemos desconfiar pero no nos importa, siempre y cuando la selección genere buenos puntos para el mundial, seguro el mundial nos unirá de nuevo. Sin embargo, cuando Colombia juegue y clasifique lo único que encontraremos a nuestros costados será la ausencia de todos aquellos que fortalecieron los personajes de esta terrorífica obra con sus muertes o desapariciones.
 

 

 

 

¿Qué es una constitución en el siglo XXI?

Por: Zahur Klemath Zapata

zapatazahurk@gmail.com  

 

Por estos días en Colombia se viene hablando sobre una nueva constitución. La que existe no es una constitución sino un tratado de derecho para que los letrados y abogados tengan en qué entretenerse.

Estamos en el siglo XXI donde los avances tecnológicos y epistemológicos del pasado nos sirven de guía para superar lo que ya se hizo empíricamente. Hoy hay una exigencia mayor para accionar el manejo del diario vivir de la sociedad.

Hablar de una constitución en tiempo presente es ubicarnos a miles de años de lo que pasó en la historia de la humanidad. Hemos avanzado de una etapa cavernaria a una sociedad autónoma e independiente donde nuestras obligaciones son más sociales que individuales a pesar que prima nuestro libre albedrío y libertad de convivencia humana.

Hemos evolucionado a tal dimensión que los griegos y latinos son sociedades primitivas con relación a nuestro presente. Por eso una constitución no puede ser ya un tratado de derecho sino un derrotero de ruta para la convivencia entre amigos y enemigos. Porque eso en realidad es una sociedad y esa competencia es la que hace que se establezcan las naciones y cada una viva bajo sus propios estandartes.

Una constitución debe ser como un sistema operativo. Este entrelaza la parte física con la parte intelectual para que todo el aparataje funcione como una unidad sin conflictos entre sí. Ella debe ser la plataforma donde se puede colocar toda la parte legislativa, administrativa y funcional de un país para que se gobierne sin tener que hacer cambios constitucionales cuando la parte legislativa o administrativa cambie por razones de evolución o tendencias ideológicas.

La sociedad no lee las constituciones actuales porque no hacen sentido para ellos porque son tratados de derecho donde en ella está fundida lo constitucional y legislativos y esto es más de derecho que la base de una convivencia entre seres humanos.

Los constitucionalistas tienen su concepto de cómo debe ser una constitución a la vieja usanza y por esta razón las constituciones son funcionales hasta que haya cambios en la parte legislativa y tienen que convocar para hacer una nueva con las mismas bases de la anterior, o en casos amañada a quienes sus intereses personales priman sobre los de la sociedad.

He escrito una constitución, https://yovotoenblanco.com/constitucion.htm, que llena estos requisitos y consta de 20 artículos y que pueden usar libremente para

 

 

 

que una nación pueda moverse libremente y alcanzar sus propias proyecciones. Este puede ser un modelo de constitución que puede sentar bases para una constitución donde no esté incorporada la parte legislativa y administrativa.

 

UN OBISPO VENIDO DEL PASADO
Crónica # 915

Gustavo Alvarez Gardeazábal

Audio:

https://www.youtube.com/watch?v=MvF1AKqMghM

Desde mi ya muy lejana niñez no había oído hablar a un obispo en el tono y maneras en que lo ha hecho por estos días monseñor Francisco Javier Múnera, arzobispo de Cartagena, y quien acaba de ser elegido como presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana.

Usando la primera persona del plural, como lo hacían los monseñores de antaño, el obispo Múnera contesta sin contestar, afirma sin afirmar y declara su intransigencia ocultándola con maquiavelismo vaticano en ropajes de bondad y generosidad.

No estoy exagerando. Cuando el periodista de El Espectador le pregunta al arzobispo de Cartagena y mandamás desde antier de todos los obispos de Colombia, si ya no es el momento de que la iglesia católica se abra, el misionero de la Consolata responde que es importante el diálogo y con él la apertura es posible pero …entre comillas ”Nosotros tenemos como iglesia valores que son irrenunciables. Nosotros respetamos opciones distintas pero proponemos las nuestras con profundo respeto. No podemos renunciar a lo que son nuestros valores…”.

Por supuesto para poderlo entender hay que hurgar en sus orígenes. Antioqueño ungido como sacerdote de la orden misionera de los Consolata. Educado en la Javeriana de Bogotá y en la Gregoriana de Roma, se desempeñó como obispo de San Vicente del Caguán desde 1999 hasta el 2021, cuando fue elevado al cargo de arzobispo de Cartagena.

Como tal entonces puede ser considerado como el obispo que más tiempo ha regido una diócesis en tiempo de guerra y en territorios inexpugnables de las FARC, donde los guerrilleros se movían como dueños de vida, honra y bienes de los ciudadanos.

Nunca fue acusado de colaboracionista de las guerrillas de izquierda pero tampoco se enfrentó públicamente a ellos. Por supuesto él si debe entender que los llamados disidentes no son tales y que la guerra de estos días la hacen los traquetos que heredaron el negocio y no la convicción.

El Porce, julio 6 del 2024

 

 

Director
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Editor

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