EDITORIAL
76 años
De una u otra manera hemos completado 76 años. 76 años no son
cualquier cosa, son literalmente el cúmulo de un equipo de trabajo
que ha dejado las uñas en este proyecto llamado El Imparcial, hemos
acontecido de una y muchas formas, y estas a su vez han formado lo
que ahora es el Periódico El Imparcial.
Indiscutiblemente fundar, manejar y aprender no es para nada fácil.
No es nada fácil fundar un medio como la prensa escrita, de hecho,
sostener una prensa escrita que permita ser clara, precisa, e
imparcial, es el verdadero reto, en un país en donde la información
es ocultada o manipulada, razón por la cual nuestros periodistas son
dignos de ser llamados ‘Caballos de Guerra’, que sin temor alguno
logran cumplir con su misión: Mantener al tanto a nuestros lectores
de lo que sea que esté sucediendo.
Por otro lado, nuestros columnistas, siempre manifestando una
pluralidad de pensamiento permanecen comprometidos en poner a
reflexionar a todos aquellos que los leen desde nuestro periódico,
por el compromiso al Periódico El Imparcial sólo nos queda agradecer,
que aun con su gran lista de ocupaciones, recuerden que nuestros
lectores desean leerlos y reflexionar sobre las diferentes
problemáticas que el día a día en Colombia se manifiesta.
Pero, sí de compromiso tenemos que hablar, no podríamos dejar por
fuera a ustedes nuestros lectores que cada día aumentan más y más lo
que nos permite en sí mismo crecer cada día, gracias a las críticas
discusiones o peticiones nos obligan a mejorar para así presentar un
Periódico digno de sus lectores.
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Donald
Trump sobrevive a un segundo atentado

Por: Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
Lo que está
pasando en Norte America no es nada nuevo con lo que ha pasado en la
historia de otros imperios. La vida política de Estados Unidos no
tiene nada de diferente de lo que sucedió en el pasado con los
romanos. Washington es una semejanza de Grecia y Roma ubicada en el
presente.
Lo de Donald Trump es una cuestión de racismo y odios psicopáticos
de un personaje que ha creado una enemistad con una sociedad que
tiene principios de libertad y autonomía que no se reflejan en Trump,
este personaje no piensa como el americano que cree en la
nacionalidad y el respeto a la nación como se establece en la
constitución americana.
Los odios generados a su alrededor van más allá de lo que la gente
se imagina. En las elecciones pasadas para presidente los electores
votaron contra Mr. Trump mas no por el candidato demócrata. Esto
hizo que fueran las elecciones más concurridas en la historia
electoral del país.
En el pasado ha habido personajes con el perfil de Trump y no
llegaron a la presidencia, como fue el caso de George Corley Wallace
Jr. un segregacionista que intentó por tres veces llegar a la
presidencia y el 15 de mayo de 1972 fue herido y dejado paralítico
de la cintura hacia abajo.
Con el atentado a Donald Trump ha creado mayor tensión entre los
ciudadanos porque no ven nada sano en su comportamiento, sino de
alguien con problemas serios en su personalidad. Y lo que podría
desarrollarse en una eventual posibilidad de que gane o pierda.
Cuando este fue presidente mucha gente abandonó el país por temor a
represalias y ahora la situación se ha tornado más tensa. Porque hay
unos fanáticos que no ven la realidad de una persona sana a una
persona enfermiza y mentirosa.
Todo atentado es condenable, no hay razón para impedir que una
persona sea elegida, la sociedad decide qué camino tomar, pero hay
otra parte de la sociedad que no está de acuerdo con ciertos
personajes y hace hasta lo imposible por ubicar a la persona
indicada para ocupar el cargo que represente a ambos bandos en la
forma más equilibrada que sea posible.
Los estadounidenses es una sociedad muy unida y que cree en la
territorialidad, a su vez piensa que la nación fue construida por
inmigrantes llegados de todas partes del mundo y eso fue lo que creo
la frase “el sueño americano”, porque todos llegaron buscando dónde
establecerse y echar raíces lo que no pasó en Hispanoamérica.
Hay que recordar algo muy psicológico, si
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hubo un atentado, vendrán más por una
razón muy sencilla, hay muchos psicópatas en línea esperando actuar
como lobos solitarios que son los que cometen los crímenes según las
estadísticas.
LA CÁRCEL DE MEDELLIN
Crónica # 923

Gustavo Alvarez Gardeazábal
Audio:
https://www.youtube.com/watch?v=_lYxq3uXL28
En cualquier otro lugar del mundo, o en la más modesta ONG de Derechos Humanos,
la reacción ante el estupendo pero desgarrador reportaje sobre la cárcel de
Bellavista de Medellín que ha publicado en El Tiempo Sebastián Carvajal Bolívar,
habría sido estruendosa.
En Colombia, donde nos acostumbramos a todo, no se ha presentado reacción ni se
ha oído tan siquiera el bramido de las pordioseras ONG que miden sus ingresos no
por lo que hagan sino por los decibeles de su mugido. El hecho de que en ese
reportaje se cuenta que la mayoría de los patios y pasadizos de la penitenciaría
están abarrotados de reclusos que deben contar por lo menos con un millón de
pesos al mes para sobrevivir, debería al menos generar una investigación de la
Procuraduría.
Pero el que se cuente en detalle como la droga es el principal negocio de las
estructuras criminales en las cárceles y cuánto se paga o se fía y qué le sucede
al que desde afuera no le mandan para pagarla, daría para una serie televisiva
de los gringos arrepentidos.
Hay muchos detalles más en ese reportaje. El señalamiento a los integrantes del
Inpec como cómplices o tolerantes pagados para el tráfico de celulares al
interior y el alquiler de la caleta para guardarlos cuando ordenan requisa, es
el rumor que también se oye en todas las cárceles de Colombia y que ahora queda
en letras de molde en el periódico El Tiempo.
Y ni qué decir de la descripción de la comida que se ofrece como desayuno a las
6 am, como almuerzo a las 11 am y como comida a las 2 pm: una sopa sin sabor, un
gulash o jamoneta mal cocinadas y unas cuantas cucharadas de arroz grumoso.
Todo el reportaje, y lo que cualquier lector se imagina que sucede en la cárcel,
nos lleva una vez más a admitir que nuestra sociedad tiene un desprecio tan
abrumador y grosero por los que pagan condenas, que poco o nada les importa que
los presos sean seres humanos o compatriotas, o sobrantes de una novela
distópica.
Por tal razón de transformaciones radicales del sistema penitenciario, nadie
quiere hablar.
El Porce, julio 18 del 2024
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