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Fecha: Domingo 04-08-2024

 

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Descubrimientos arqueológicos revelan el altruismo en neandertales

 


Arqueólogos y médicos españoles han descubierto el registro más antiguo del síndrome de Down en la especie neandertal. Este hallazgo, basado en un fósil de aproximadamente 200,000 años de antigüedad, tiene implicaciones genéticas y evolutivas significativas, pero también sugiere que los neandertales practicaban el altruismo y el cuidado comunitario. Mercedes Conde e Ignacio Martínez Mendizábal, los investigadores del estudio, estaban inicialmente tratando de identificar la especie de los restos encontrados en el yacimiento de Cova Negra, Valencia. Durante el análisis del cráneo, notaron una anomalía en una de las cavidades del oído interno. Estas malformaciones congénitas, ubicadas en el hueso temporal, indicaban problemas de audición y vértigo, y en conjunto, revelaban la presencia del síndrome de Down. Los resultados de su investigación fueron publicados en la revista Science Advances.
 


El infante neandertal, apodado Tina, vivió hasta los seis años sin poder escuchar ni ponerse de pie debido a su condición. Este hecho es notable, considerando las severas limitaciones físicas y de desarrollo asociadas con el síndrome de Down. La supervivencia de Tina sugiere que recibió cuidados constantes y apoyo del grupo, más allá de la atención materna directa. “Son síntomas altamente incapacitantes”, comentó

 

 

 

Mercedes Conde. “Recibió el cariño del grupo, sin duda”, agregó Ignacio Martínez. Este descubrimiento aporta evidencia a la hipótesis de que los neandertales eran capaces de actos de bondad y compasión. La historia de Tina recuerda a una anécdota atribuida a la antropóloga Margaret Mead, quien consideraba que los primeros vestigios de civilización no eran herramientas de caza, sino huesos sanados, como un fémur fracturado que indicaba que alguien cuidó al herido durante su recuperación.

En el caso de Tina, aunque es difícil determinar si fue niña o niño, su supervivencia hasta los seis años en un entorno tan desafiante es un testimonio del cuidado que recibió. Este hallazgo es especialmente significativo porque, aunque existen registros de cuidados entre neandertales adultos, es la primera evidencia de atención especial a un infante con una condición como el síndrome de Down. La evidencia del cuidado de Tina podría desafiar la visión utilitarista de algunos paleoantropólogos, que argumentan que los neandertales se cuidaban entre sí principalmente para asegurar la supervivencia del grupo. El caso de Tina sugiere que los neandertales también actuaban por compasión y altruismo, sin una motivación estrictamente utilitaria.

 



Según el artículo en Science Advances, en 1929 la esperanza de vida de los infantes con síndrome de Down era de 9 años. Aumentó a 12 años en 1940 y actualmente ha llegado a los 60 años en países desarrollados. Este progreso en la medicina moderna resalta aún más la hazaña de la supervivencia de Tina hace 200,000 años, gracias al cuidado y apoyo de su comunidad. El estudio de los restos de Tina proporciona una nueva perspectiva sobre la vida y la sociedad de los
neandertales. A menudo vistos como menos desarrollados comparados con los Homo sapiens, los neandertales demostraron tener una capacidad notable para el cuidado y el apoyo comunitario.

 

 

 

Este hallazgo podría cambiar la percepción de esta especie extinta, mostrando que eran capaces de actos de bondad y compasión similares a los humanos modernos.

La identificación de los restos de Tina también resalta la importancia de la cooperación y el apoyo comunitario en la supervivencia de los individuos con discapacidades en tiempos prehistóricos. Este descubrimiento sugiere que, incluso en un entorno tan desafiante como el del Paleolítico, los neandertales eran capaces de cuidar a los más vulnerables de su grupo. El hallazgo de los restos de Tina, un infante neandertal con síndrome de Down, nos ofrece una ventana única al comportamiento social de los neandertales. Más allá de sus implicaciones genéticas y evolutivas, este descubrimiento sugiere que los neandertales practicaban el altruismo y el cuidado comunitario, desafiando la visión tradicional de esta especie como menos desarrollada en comparación con los Homo sapiens.

Este estudio no solo añade una nueva dimensión a nuestra comprensión de los neandertales, sino que también destaca la capacidad de estos antiguos homínidos para el cuidado y la compasión. La historia de Tina es un recordatorio de que, incluso en la prehistoria, los seres humanos y sus parientes cercanos eran capaces de actos de bondad y altruismo, cuidando de los más vulnerables entre ellos.
 


La publicación en Science Advances de este estudio sobre Tina no solo proporciona información valiosa sobre el síndrome de Down en tiempos prehistóricos, sino que también nos invita a reflexionar sobre la naturaleza del altruismo y la compasión a lo largo de la historia humana. Este descubrimiento destaca cómo el cuidado y el apoyo comunitario han sido fundamentales para la supervivencia de los individuos con discapacidades, incluso en los tiempos más antiguos.

 

 

  

 

 

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