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COLUMNISTAS

 

Pereira, Colombia - Edición: 13.317-897

Fecha: Jueves 22-08-2024

 

CHARLAS CON UN MAESTRO SAMMASATI

Por: Gongpa Rabsel Rinpoché
Lama Sammasati para Latinoamérica

 

El Budhismo:
Un Río que Alimenta Otros Mares

 

El budhismo, nacido en las llanuras del Ganges hace más de dos mil quinientos años, ha trascendido fronteras geográficas y culturales, dejando una profunda huella en diversas religiones y filosofías. Su influencia se ha extendido a lo largo de los siglos, enriqueciendo y transformando tradiciones espirituales en todo el mundo.

El Budhismo y el Cristianismo: Un Diálogo Milenario

La relación entre el budhismo y el cristianismo es compleja y ha evolucionado a lo largo de los siglos. Si bien son tradiciones aparentemente distintas, ambas comparten un interés común en cuestiones fundamentales como la naturaleza del sufrimiento, la búsqueda de la verdad y el camino hacia la liberación.

• Influencia en los Padres de la Iglesia: Algunos estudiosos sugieren que los Padres de la Iglesia, como Clemente de Alejandría, pudieron haber estado familiarizados con las ideas budhistas a través de contactos con comerciantes y viajeros.

• El concepto de vacío: La noción budhista de "vacío" (shunyata), que se refiere a la ausencia de un yo sustancial y permanente, ha resonado en algunos pensadores cristianos, como Meister Eckhart.

• La práctica de la contemplación: Tanto el budhismo como el cristianismo enfatizan la importancia de la vida interior y la contemplación como caminos hacia la realización espiritual.

El Budhismo y el Zen: Una Fusión Perfecta

El zen, una escuela de budhismo Mahayana, ha tenido una influencia significativa en la cultura y la filosofía japonesas. La fusión del budhismo con elementos del confucianismo y el taoísmo dio lugar a una forma única de espiritualidad que enfatiza la intuición, la meditación y la experiencia directa de la realidad.

• La importancia de la meditación: Tanto el budhismo como el zen consideran la meditación como una práctica esencial para alcanzar la iluminación.

• La búsqueda de la naturaleza de la mente: Tanto el budhismo zen como el budhismo en general exploran la naturaleza de la mente y la conciencia.

• La influencia en las artes marciales: El zen ha tenido una profunda influencia en las artes marciales japonesas, como el aikido y el kendo, enfatizando la importancia de la mente y el espíritu en la práctica marcial.

Otras Influencias del Budhismo

La influencia del budhismo se extiende más allá del cristianismo y el zen. Algunas de las áreas donde su impacto ha sido notable incluyen:

• La psicología: La psicología budhista ha influido en el desarrollo de terapias como la terapia cognitivo-conductual y la mindfulness.

• La ecología: La ética budhista, con su énfasis en la interconexión de todos los seres, ha inspirado movimientos ecologistas en todo el mundo.

• La filosofía occidental: Pensadores occidentales como Schopenhauer y Nietzsche han sido influenciados por las ideas budhistas sobre la naturaleza del sufrimiento y la impermanencia.

Conclusión

El budhismo, con su enfoque en la compasión, la sabiduría y la liberación del sufrimiento, ha dejado una huella indeleble
en la historia de las ideas. A lo largo de los

 

 

 

siglos, sus enseñanzas se han entrelazado con otras tradiciones espirituales,  enriqueciendo y transformando el pensamiento humano. En la actualidad, el budhismo sigue siendo una fuente de inspiración y guía para millones de personas en todo el mundo.

Si tienes alguna inquietud o comentario, no dudes en ponerte en contacto conmigo al correo electrónico gongparabsel@gmail.com o al WhatsApp +57 314 623 83 08.

 

La Orinoquia a través de El Tiempo

Por: Leonel Pérez Bareño

 

Develo a continuación mis hallazgos en los archivos de El Tiempo, sobre la Orinoquia (siete departamentos: Arauca, Casanare, Meta, Vichada, Guaviare, Vaupés y Guainía), correspondientes al periodo 1911-2024.

Escudriñado el 99% de la información, se encontraron 20.500 notas de prensa, de las cuales siete mil fueron firmadas por 1.500 personas y 14 mil por el periódico. Entre tales personas, se hallan: corresponsales locales, enviados especiales, columnistas, cronistas, entrevistadores, caricaturistas y fotógrafos.

972 escribieron una sola noticia, 341 entre dos y cuatro, 200 entre cinco y ochenta y nueve, y diez, 90 o más. El gran corresponsal fue sin duda Arnaldo Falla Manrique, con 709 corresponsalías, seguido de Arnulfo Sanchez López, Henry Rojas Monje, Salomón Cortes, Silverio Paez, Efrain Wilson, Guillermo Morales, Jorge Enrique Meléndez, Guillermo Reinoso y Jhon Alfonso Moreno.

Algunos desarrollaron su labor en plazos largos, veinte o más años. Hubo uno, Benjamín Angel Maya, que planteó sus valiosas reflexiones en el lapso 1954-1986.

Falla, Raúl Velandia, Efrain Wilson y Rubén Dario Romero, Meléndez y Reinoso estuvieron más de 20 años, Rojas 10, Victor Rojas once años, Winston Gonzalez 16. Sigue otra docena de asiduos colaboradores. Luego cronistas y columnistas muy estables y de largo aliento, como Andrés Hurtado García, Enrique y Rafael Santos, G. Castro Caicedo y G. Santamaria. Aparecen varios ex ministros, como Abdón Espinosa, R. Hommes, Manuel Rodríguez, Guillermo Perry, Jaime Castro, entre al menos treinta más. También expresidentes: Alfonso López Michelsen, el más cercano al oficio de escribir, Carlos Alberto Lleras, Belisario Betancur, Guillermo León Valencia y Turbay Ayala. Sobresalen poetas y escritores, como Eduardo Carranza, Daniel Arango, Héctor Rojas Herazo, Oscar Collazos, Jotamario Arbeláez, Plinio Apuleyo Mendoza, todos ellos fascinados con el Llano.

Empresarios como Luis Prieto Ocampo, Robert Panero, Hernán Echavarria, Fabio Echeverry. Juanes, el reconocido cantante, expuso muy curioso al respecto. Antanas, ídem. Ghul Nanetti y Paolo Lugari.

Muchas mujeres seducidas por el esplendor de la llanura: Lucy Nieto, María Isabel Rueda, Clara Elvira Ospina, Silvia Jaramillo, Yolanda Reyes

En estos casi 114 años se puede ver con la perspectiva del presente, el desenvolvimiento general del Llano. Sus vías y clusters, sus personajes, sus fortalezas y debilidades ambientales, sus desafíos, el avance de los grupos armados ilegales, sus paisajes maravillosos, su cultura. También hubo visiones desde el exterior. Las 20.500 notas de prensa aludidas corresponden al uno por ciento de la cobertura nacional cumplida por el diario.

Las grandes ciudades, como Medellín, Cali y Barranquilla, instalaron equipos para imprimir un situ el diario, además que han contado desde tiempos remotos con periódicos locales fuertes.

Es sabido que El Tiempo, como toda la prensa escrita en el mundo ha venido reduciendo de manera drástica el volumen de la información, como resultado de la emergencia de la era digital u 'on line', así que los periódicos que en 1990 entregaban  

 

 

 

cien páginas del tamaño universal, hoy solo nos dan 25. En todo caso, en este siglo y catorce años, El Tiempo orientó como ningún otro medio el acontecer esencial de la nación: política, información internacional, deporte, folclore, instituciones y desgracias. Asimismo tuvo espacio para los soñadores, optimistas, proponentes de nuevas iniciativas, así como oponentes y defensores del establecimiento.

El Llano, sin duda la región de mayor crecimiento productivo y demográfico relativo del país en el lapso considerado, está plasmado en estas 20.500 notas de prensa, desde las miradas diversas de 1.500 personas, provenientes de todas las regiones, experiencias y orientaciones ideológicas. Procede ahora la invitación a conocer el fruto de la presente investigación, la cual será publicada a partir del año entrante, 2025.

 

La Triste Realidad de Ser Viejo o de Ser Demasiado Joven

Jose Gabriel Barrera Rojas
jgbrelimparcialpereira@gmail.com

 

En una sociedad que parece valorar la juventud y la inmediatez por encima de todo, es desconcertante cómo, a nivel laboral, ser demasiado joven o demasiado viejo se convierte en un obstáculo insalvable.

 

Vivimos en un mundo donde a las personas de 40 o 50 años se les etiqueta como "viejas" para el mercado laboral, y donde llegar a los 60 parece ser sinónimo de invisibilidad. Esta situación no es exclusiva del llamado Tercer Mundo; en países como España y en cualquier rincón del planeta, se repite este drama humano.

 

Es irónico que, en esta misma sociedad que te margina por la edad, también se te considere "demasiado joven" para pensionarte a los 60 años, a pesar de haber dedicado décadas de tu vida al trabajo. Es como si la experiencia acumulada a lo largo de los años no tuviera ningún valor, y tu vida laboral se redujera a un simple número, irrelevante y descartable. Esta realidad es aún más cruda en países en vías de desarrollo como Colombia, donde el desarrollo parece avanzar a paso de tortuga.

Por otro lado, los jóvenes que se gradúan de la universidad enfrentan su propio calvario. Llegan al mercado laboral llenos de ilusión, solo para encontrarse con que la falta de experiencia es el primer gran obstáculo. Sin embargo, ¿cómo se supone que obtengan esa experiencia si nadie les da una oportunidad? Cuando logran conseguir un trabajo, a menudo se ven atrapados en un ciclo de explotación legal, con cargas laborales excesivas y salarios que apenas les permiten subsistir. Las reformas pensionales, en lugar de protegerlos, parecen alejar aún más la posibilidad de una jubilación digna, perpetuando un sistema que se siente más como una trampa que como una red de seguridad.

Es difícil saber qué es peor: ser un adulto mayor que, a pesar de su experiencia, es rechazado por el mercado laboral, o ser un joven que lucha por encontrar su lugar en un mundo que parece diseñado para aprovecharse de su inexperiencia. Ambos extremos reflejan una sociedad que ha perdido de vista el valor de ser capaz de pensar. de sus miembros, que en su afán de progreso ha dejado atrás a quienes, por un motivo u otro, no encajan en su molde estrecho y excluyente.

En lugar de mejorar, seguimos en un círculo vicioso que margina a los más vulnerables, ya sea por su edad o por su falta de experiencia. La sociedad moderna, en su obsesión por la eficiencia y la productividad, ha olvidado que el verdadero desarrollo no se mide solo en términos económicos, sino en cómo tratamos a nuestros mayores y a nuestros jóvenes. ¿Qué estamos haciendo mal? Y más importante aún, ¿qué podemos hacer para cambiarlo?

Es hora de replantearnos qué significa realmente el progreso y empezar a construir un mundo donde todas las etapas de la vida sean valoradas y respetadas. Solo así podremos avanzar hacia un futuro que no deje a nadie atrás.

 

 

 

 

  

 

 

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