Pereira, Colombia - Edición: 13.328-908

Fecha: Martes 10-09-2024

 

 TECNOLOGÍA

 

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La fusión de dos agujeros negros podría haber dado origen al agujero negro supermasivo de la Vía Láctea, según estudio

 

 

El enigmático agujero negro supermasivo en el centro de la Vía Láctea, conocido como Sagitario A* (Sgr A*), ha sido objeto de fascinación científica durante años. Un reciente estudio llevado a cabo por astrofísicos de la Universidad de Nevada, Las Vegas (UNLV), en Estados Unidos, propone una nueva teoría sobre su formación: el agujero negro podría ser el resultado de la fusión de dos agujeros negros más pequeños. Esta fusión habría ocurrido cuando la galaxia estaba en sus primeras etapas de formación, lo que arroja luz sobre la evolución de nuestra galaxia y otros fenómenos cósmicos.

Un gigante a 27 mil años luz de distancia

 

Sagitario A* se encuentra a unos 27 mil años luz de la Tierra y posee una masa impresionante, aproximadamente 4.3 millones de veces mayor que la del Sol. Aunque los astrónomos sabían de su existencia, no fue hasta la llegada de avanzadas herramientas como el Telescopio del Horizonte de Sucesos (EHT, por sus siglas en inglés) que se obtuvo una imagen detallada de este agujero negro en 2022. Esta fotografía fue un hito en la astronomía, ya que permitió observar directamente el centro de nuestra galaxia y estudiar más a fondo este objeto cósmico masivo.

 

 

Desde la obtención de esa imagen, los científicos han centrado sus esfuerzos en comprender mejor el comportamiento y las propiedades de Sagitario A*. El análisis de los datos recogidos ha dado lugar a diversas teorías sobre su formación y evolución, siendo una de las más recientes la presentada por el equipo de la UNLV.

 

El impacto de la colisión de galaxias en la formación de agujeros negros

La astronomía ha avanzado notablemente

 

 

 

en la medición y mapeo de estrellas dentro de la Vía Láctea, lo que ha permitido a los investigadores inferir que nuestra galaxia es el resultado de una fusión entre al menos dos galaxias más pequeñas. Este tipo de colisiones galácticas no es un fenómeno raro en el universo; de hecho, se considera uno de los principales mecanismos a través del cual las galaxias evolucionan y crecen.

Los científicos de la UNLV tomaron en cuenta este proceso para desarrollar una nueva hipótesis sobre el origen de Sagitario A*. Si la Vía Láctea es el resultado de la colisión de dos galaxias, es razonable suponer que los agujeros negros supermasivos en el centro de ambas también habrían colisionado y se habrían fusionado, formando el actual Sgr A*. Esta teoría ofrece una explicación coherente con el comportamiento observado del agujero negro, cuyas características lo distinguen de otros objetos gravitacionales similares.

Un giro inusual y su relación con la fusión

Uno de los aspectos más intrigantes de Sagitario A* es su giro y su grado de inclinación, que no parecen estar alineados con el momento angular de la galaxia. En un agujero negro que se formó simplemente por la acumulación de materia en el centro de una galaxia, se esperaría que su rotación estuviera alineada con el disco galáctico. Sin embargo, las observaciones indican que este no es el caso para Sagitario A*.

Yihan Wang y Bing Zhang, los astrofísicos líderes del estudio, señalan que esta desalineación y la rápida rotación del agujero negro sugieren que su formación podría haber involucrado un proceso mucho más violento, como una fusión entre dos agujeros negros. Para investigar esta posibilidad, el equipo utilizó simulaciones por computadora que modelaron diferentes escenarios de crecimiento y evolución de agujeros negros.

Las simulaciones indicaron que la rápida rotación y la inclinación peculiar de Sagitario A* se explican mejor mediante la fusión de dos agujeros negros con una relación de masas de 4:1. Además, la configuración orbital de los agujeros negros antes de la fusión habría sido muy inclinada, lo que habría contribuido a la desalineación observada en el agujero negro resultante.

Evidencia de una fusión jerárquica

Este tipo de fusión de agujeros negros es un ejemplo de lo que los científicos denominan "fusión jerárquica", un proceso en el cual los agujeros negros más pequeños se combinan para formar objetos más masivos. Según el estudio de la UNLV, esta fusión en particular probablemente ocurrió hace unos 9 mil millones de años, poco después de que la Vía Láctea se fusionara con otra galaxia conocida como Gaia-Encélado.

 

El estudio, publicado en la revista Nature Astronomy, destaca que este evento no solo apoya la teoría de las fusiones jerárquicas de agujeros negros, sino que también ofrece información valiosa sobre la historia

 

 

 

 

dinámica de nuestra galaxia. La colisión de las dos galaxias no solo habría dado lugar a la fusión de sus agujeros negros, sino que también habría alterado significativamente la estructura y la distribución de las estrellas dentro de la Vía Láctea.

 

 

Comparación con otros agujeros negros supermasivos

Si bien Sagitario A* es impresionante en tamaño y masa, no es el agujero negro supermasivo más grande que los astrónomos han identificado. La galaxia de Andrómeda, que es la galaxia más cercana a la Vía Láctea, alberga un agujero negro en su centro que es unas 100 millones de veces más masivo que el Sol, mucho más grande que Sagitario A*.

En un esfuerzo por destacar estas diferencias, la NASA lanzó recientemente un video comparativo que muestra los 10 agujeros negros más grandes conocidos hasta la fecha. Este video proporciona una visión fascinante de la diversidad de agujeros negros supermasivos en el universo y de cómo varían en términos de masa y características.

 

Implicaciones futuras

El estudio de la UNLV representa un paso importante en la comprensión de la historia evolutiva de la Vía Láctea y de los procesos que han dado lugar a la formación de sus estructuras más masivas. La teoría de la fusión de agujeros negros supermasivos en el centro de nuestra galaxia no solo ofrece una explicación convincente para el comportamiento inusual de Sagitario A*, sino que también abre nuevas preguntas sobre cómo las colisiones galácticas pueden influir en la evolución de los agujeros negros en otros lugares del universo.

 

 

A medida que la tecnología avanza y los telescopios mejoran, es probable que los científicos continúen descubriendo detalles más sorprendentes sobre la formación y evolución de los agujeros negros. Las futuras observaciones y simulaciones podrían arrojar más luz sobre los misterios del cosmos, ayudándonos a entender mejor el lugar que ocupa la Vía Láctea en el vasto universo.

 

 

  

 

 

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