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reproducirse menos que las Hydras
sanas. Esta disminución en la reproducción podría estar relacionada con la carga
biológica adicional que representa el cáncer, ya que las crías nacidas de Hydras
enfermas tenían más probabilidades de desarrollar tumores, lo que a su vez
reducía sus probabilidades de supervivencia. Según los investigadores, esta
adaptación puede ser un mecanismo evolutivo en respuesta a la alta probabilidad
de transmisión del cáncer, en el que las Hydras afectadas limitan su
reproducción para evitar la propagación de la enfermedad.
Uno de los aspectos más notables de este estudio es la idea de que los tumores
transmisibles podrían tener un impacto a largo plazo en la evolución de las
especies. Si bien la transmisión de tumores es extremadamente rara en la
naturaleza, la Hydra oligactis ofrece un modelo único para estudiar este
fenómeno debido a su capacidad de clonarse y la relativa simplicidad de su
biología. Los investigadores sugieren que comprender mejor cómo funcionan los
tumores transmisibles en este organismo podría proporcionar pistas valiosas
sobre la evolución del cáncer en otros animales, incluidos los humanos.
Implicaciones futuras
Aunque los tumores transmisibles son extremadamente raros, han sido documentados
en otras especies además de la Hydra oligactis. Un ejemplo famoso es el demonio
de Tasmania, que sufre de un cáncer facial altamente contagioso que ha diezmado
la población de esta especie en peligro de extinción. Al estudiar cómo se
transmiten y evolucionan los tumores en especies más simples como la Hydra, los
científicos esperan obtener una mejor comprensión de los mecanismos que subyacen
a este tipo de enfermedades, lo que podría tener implicaciones importantes para
la biomedicina y la oncología.
Este estudio pionero no solo abre nuevas vías para investigar la evolución del
cáncer, sino que también plantea preguntas fascinantes sobre cómo los organismos
inmortales como la Hydra oligactis pueden verse afectados por enfermedades que
comprometen su capacidad para clonarse y perpetuarse. A medida que los
investigadores continúan explorando este campo, es posible que descubramos más
sobre la relación entre la biología de los organismos "inmortales" y la
propagación de enfermedades transmisibles, con posibles aplicaciones en la
medicina humana y la conservación de especies.
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Un grupo de
investigadores franceses ha descubierto que la Hydra oligactis, una
criatura marina que es capaz de clonarse y se considera
prácticamente "inmortal", puede desarrollar tumores contagiosos que
afectan no solo a los ejemplares originales, sino también a su
descendencia. Este hallazgo arroja luz sobre un fenómeno poco común
en la naturaleza: la transmisión de tumores entre generaciones a
través de la reproducción asexual, lo que plantea interrogantes
sobre la evolución y las consecuencias biológicas de estos cánceres
transmisibles.
La investigación, dirigida por Sophie Tissot del Centro Nacional de
Investigaciones Científicas (CNRS) en Montpelier, Francia, fue
publicada en Proceedings of the Royal Society B. El estudio se
centró en la Hydra oligactis, un organismo de la familia Hydridae,
perteneciente al filo Cnidaria, que incluye a las medusas y anémonas
de mar. Estos organismos son conocidos por su capacidad de
regeneración y clonación, lo que les confiere una notable
resistencia y longevidad.
Un cáncer peculiar y transmisible
El interés en la Hydra oligactis comenzó en 2014, cuando un estudio
publicado en Nature Communications descubrió que este animal es
propenso a desarrollar cáncer si se sobrealimenta. Este tipo de
cáncer, observado en Hydras sobrealimentadas, es único no solo por
su origen, sino también porque puede transmitirse de una generación
a otra a través de la reproducción por gemación, una forma de
reproducción asexual en la que se crean clones del organismo
original. Este hallazgo inicial proporcionó la base para la
investigación de Tissot y su equipo, quienes buscaron comprender
mejor cómo evolucionan estos tumores transmisibles y qué impacto
tienen en la vida y supervivencia de las Hydras.
Para llevar a cabo su estudio, los
investigadores recolectaron 50 ejemplares de Hydra oligactis del
lago Montaud, en Francia, y los criaron bajo condiciones
controladas, alimentándolos cinco veces por semana, un régimen
destinado a inducir el desarrollo de tumores,
como se había demostrado en el estudio de 2014. En el transcurso de
dos meses, 19 de estos especímenes
desarrollaron tumores,
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y fueron seleccionados para un
seguimiento a lo largo de cinco generaciones. La reproducción por gemación de
las Hydras permitió que los investigadores observaran cómo los tumores afectaban
tanto a los ejemplares originales como a sus descendientes.
Impacto en las generaciones sucesivas
Los resultados del estudio mostraron que la transmisión de tumores no solo es
posible, sino que también parece influir en la probabilidad de que las
generaciones sucesivas desarrollen la enfermedad. La primera generación de
Hydras con tumores tenía entre tres y cuatro veces más probabilidades de
desarrollar tumores en comparación con la descendencia de Hydras sanas. Este
aumento significativo en la aparición de tumores en la descendencia sugiere que
la enfermedad no es el resultado de mutaciones genéticas espontáneas, sino que
es transmitida directamente de una generación a otra.
Aunque los investigadores consideran que la transmisión vertical, es decir, de
progenitor a descendencia, es la explicación más plausible, otras hipótesis
también fueron analizadas. Por ejemplo, es posible que factores genéticos
preexistentes en los progenitores cancerosos puedan haber predispuesto a las
Hydras a desarrollar tumores. Sin embargo, esta idea fue descartada debido a las
observaciones realizadas durante el estudio: las Hydras nacidas en las mismas
condiciones que los especímenes cancerosos, pero sin desarrollar tumores,
presentaban una tasa mucho menor de incidencia de la enfermedad.
Cambios en los hábitos reproductivos
Además del impacto en la probabilidad de desarrollar
cáncer, el estudio también reveló un cambio en los hábitos reproductivos de las
Hydras afectadas. En particular, se observó que las Hydras con tumores
en las generaciones posteriores tendían a
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