EDITORIAL
Política
Aquello que concierne a la totalidad de los ciudadanos de una nación es lo que
se puede definir como la política. Es pues, un tema de conversación de todos, ya
que se refiere a la libertad de cada uno de examinar ese tema conforme a sus
propios pensamientos e intereses, y por lo mismo, de agruparse con los que le
son afines en movimientos, asociaciones y partidos para apoyar o estar en contra
de las mayorías o de las minorías que en el gobierno del Estado dialogan
respecto del interés general y del bien público.
Al conjunto de la sociedad le es imposible evadir el dialogo respecto de
las políticas públicas puesto que sin lugar a duda toda medida político
administrativa puede acabar beneficiando a unos pocos y perjudicando a la gran
mayoría, o lo contrario, beneficiando a la gran mayoría y perjudicando a unos
pocos, ya que la regla de oro democrática es aquella que reza que prevalence el
interés general sobre el particular en los regímenes plutócratas, es decir en el
que gobiernan los ricos, pero esta regla no se cumple.
La política pública debe de ser un proceso constituyente que integra formas de
pensar y de sentir diferenciadas para que con la acción participativa de la
ciudadanía las autoridades de las tres ramas del poder público, acuerden los
procedimientos mediante los cuales se pretende asegurar los fines esenciales del
Estado que corresponden a la garantía de otorgar universales derechos a todas
las personas que a diario habitan el territorio nacional, o prevenir una
situación definida como potencialmente problemática.
El principio fundamental que reconoce que Colombia es un Estado social de
derecho, organizado en forma de república unitaria, descentralizada, con
autonomía de sus entidades territoriales, tiene en su deber ser, la ausencia de
políticas públicas orientadas por la rama del poder público ejecutivo en
beneficio de los pobladores y de la naturaleza que comparten los atributos
naturales de la tierra y el trabajo, ya que estos son la fuente de la riqueza
que abastecen las rentas del Estado, cuya finalidad es, desde la perspectiva del
derecho la justicia social y ambiental.
Muchas voces en Colombia se refieren a la política, cómo la
“politiquería”, término este que hace referencia a los políticos profesionales
que han constituido un cartel de contratación con el Estado corrupto y criminal,
parasitando las rentas del Estado y apropiándose de manera fraudulenta de las
ganancias del trabajo colectivo de la Nación mediante interpretaciones jurídicas
lesivas al interés general. Esta condición prevalece por la ausencia de
políticas públicas que garanticen la igualdad de los derechos de todas las
personas y de la naturaleza ante la constitución y las leyes.
En Colombia la ausencia de políticas públicas concertadas para ser
implementadas en el corto, mediano y largo plazo han derivado en argumentaciones
proclives a la demagogia y al populismo, con los que se adula al pueblo
concediéndole la razón mediante la opinión pública que dicen representar los
voceros de los medios hegemónicos de comunicación, hoy en manos de banqueros y
empresarios privados que en defensa de sus interés particulares ante el Estado
social de derecho, anteponen el estado social de opinión, en el que ciertamente,
como lo dijo Kid Pambelé, “es mejor ser rico que ser pobre”.
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Segunda Columna
Los impuestos y la mano siniestra del establecimiento
Por: Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
Nadie debería pagar impuestos
porque ellos son una imposición del establecimiento que solo
beneficia a los políticos, la burocracia y su camarilla.
El concepto del impuesto en la actualidad se considera una
contribución del ciudadano al erario para que con esos dineros
recaudados sean usados para la infraestructura de la nación, el
bienestar social, capitalización del Estado y la seguridad del
Estado y la sociedad. Bajo esta primicia los recaudos deben ser
dirigidos.
Una nación existe porque en ella hay una sociedad que se identifica
entre sí con una misma idiosincrasia. Esto es lo que une a un pueblo
a luchar por el bienestar de todos.
Los impuestos nacen como una obligación que le impone el presunto
gobernante a un pueblo que considera que ha conquistado para él
usufructuar esos impuestos y pagar a quienes lo apoyan para que se
mantenga en el poder.
La sociedad por carecer de independencia, libertad y autonomía
acepta estar obligada a pagar lo que el gobernante le imponga. Y
esto ha funcionado por siglos por el temor que le imponen al pueblo.
Revelarse contra esta imposición significa cárcel o pérdida de sus
bienes. Así ha funcionado y sigue funcionando.
La sociedad aprendió a jugarle sucio al establecimiento, porque este
es el mayor fomentador y creador del crimen organizado. Porque crea
en cada individuo un criminal en potencia para poder subsistir en
este tipo de sociedad. Todos somos criminales porque de una u otra
forma infringimos las leyes de pago de impuestos.
Quién no ha evadido pagar impuestos, o qué empresario prefiere
recibir en efectivo y así no declarar lo realmente ganado. El
contrabando es parte de esta evasión de impuestos, de igual manera
el tráfico de estupefacientes y todo negocio de alto riesgo está
envuelto en la evasión de impuestos.
Los políticos son los expertos en estas lides porque ellos son los
que manejan los capitales que colectan de impuestos. Por esta razón
es imposible acabar con la corrupción.
También hay que entender que la democracia es la madre de la
corrupción porque ella es la que establece la forma de negociación
entre enemigos y llegar a acuerdos para poder asumir el control del
establecimiento. Si no hay negociación no hay democracia y al final
el pueblo como elector es el que impone a su propio verdugo.
Cuando se paga entre 16 y 19 por ciento de impuestos del IVA, más
los impuestos
agregados como predial, valorización,
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4x1000, declaración de la renta y todo lo
demás que se inventan. Con ese pago usted está sosteniendo todo el
establecimiento porque si suma el total de dinero que usted gana al año y a ese
dinero le resta el 16 o 19 por ciento que paga de impuesto y sumando toda la
población del país que lo está pagando, podrá obtener una cifra muy grande. Pero
ese dinero termina en manos de los políticos y no en su bienestar.
ECOPETROL SE FUE DE CULOS
Crónica #975
Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal
Audio:
https://www.youtube.com/watch?v=_mtyTqwC7wo
El 31 de mayo del 2022, dos días después de la primera vuelta
presidencial, la acción de Ecopetrol estaba en bolsas a $3.120. La empresa tenía
un valor entonces de casi 129 billones de pesos.
Hoy la acción está en $1.900 y Ecopetrol vale solo 75.2 billones de
pesos. En 2 años Petro ha logrado, con sus medias antiextractivistas, su apoyo a
una gerencia ignorante y populista y una serie de declaraciones públicas
inoportunas y provocadoras, que la empresa más importante de los colombianos se
demerite en un 40%.
La nación es dueña del mayor porcentaje de acciones de Ecopetrol, los
minoritarios son los particulares, pero como es la empresa más grande del país,
cotiza en la Bolsa de New York y de Bogotá y, como tal está sometida a las
reacciones del mercado y a la valoración diaria de sus rendimientos.
Petro y la sacerdotisa de la secta antiextractivista, que fungía de
ministra de minas, resolvieron de arrancada, sin medir la consecuencias,
suspender la exploración y explotación de gas y petróleo en Colombia para dizque
contribuir al deseo mundial de disminuir el uso de combustibles fósiles.
Ecopetrol había tenido éxitos en los últimos años y ampliado su
portafolio con la compra de ISA y su expansión y administración futuras con un
manejo corporativo profesional y lejos de la politiquería.
La sumatoria de Isa y Cenit la convirtieron en la segunda compañía de
transporte energético de América Latina. De un plumazo desbarataron todo lo
conseguido, echaron a los profesionales con experiencia que la habían sostenido
en primera fila, los cambiaron por ineptos, cancelaron actividades de
producción, eliminaron taladros y por veto público de Petro renunciaron al
fracking en Colombia y se negaron a aumentar el capital en la sociedad con
Occidental Petroleum, cortando de una el crecimiento a un millón de barriles
diarios.
Como consecuencia de todo ello a Ecopetrol se la ve yendo de culos, al
país perdiendo la mayor renta y a Petro y su secta saboreándose satisfechos por
el daño causado.
El Porce, octubre 01 del 2024
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