Fundado el 9 julio de 1948 -

Por Rafael Cano Giraldo -1948-1981

Publisher: Zahur Klemath Zapata - 1981 –

 

 

 

Las opiniones expresadas por los columnista son de su exclusiva responsabilidad y no comprometen el pensamiento de El Imparcial

 
 

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EDITORIAL

 

Pereira, Colombia - Edición: 13.351-931

Fecha: Domingo 20-10-2024

 

EDITORIAL

 

La sociedad de la buena voluntad


La buena voluntad es en sí la virtud de la contemporaneidad. Todas nuestras acciones caen bajo el rigor de la confianza, en unos casos, podemos decidir confiar o no, en otras ocasiones la decisión se ve constreñida por las pocas posibilidades, es decir, se nos ofrecen posibilidades determinadas de las cuales debemos confiar, en otras palabras, se nos obliga a confiar en las posibilidades que nos dan ¿Es esto confianza o solo conformismo?

Nos es necesario conformarnos con lo que hay, se nos vende la idea de que no podemos hacer mucho más, sin embargo, Husserl, el principal exponente de la fenomenología expresaba en uno de sus muchos tratados “aún bajo el filo del verdugo existe una tercera elección” en efecto, la confianza es un acto auténtico y propio de cada sujeto que piensa, por consecuencia, existirán casos en los que no podrá confiar en ninguna de las posibilidades que se les da. No obstante, en muchas ocasiones la tercera posibilidad; aquella que entrega autenticidad y con ello libertad, se transforma en un fenómeno quimérico que pocos eligieran.

La tercera posibilidad supera el bien y el mal, la izquierda o la derecha, la vida o la muerte, la tercera posibilidad es el sujeto en su propia singularidad que quiere expresarse en su propio mundo. Pero, al ser un acto auténtico siempre será malentendido, tomado de mala manera, castigado por el bondadoso sentido común. Más, no es acaso el lenguaje la base de los malentendidos y el sentido común un sentido inefable, entonces ´porque temer a ser acusado de no poseerlo.

¿Cómo podríamos confiar en algo que no se muestra nunca como es, siempre referenciando al porque sí, enfocándose en la exigencia de una confianza que nunca fue ganada, siempre ha sido donada por la historia? ¿Por qué no abolir la buena voluntad y el sentido común? ¿Por qué no desconfiar incluso de nuestra sombra? después de todo la luz que guía nuestros pensamientos, formando sombras nunca se ha mostrado de una manera total. ¿Cómo suponer de antemano que sólo existe un sentido y no otro? ¿Porque no atrevernos a recorrer siempre la tercera elección aquello que se nos es imposible representar, dejándonos sólo en el presente, exigiendo que nos movamos constantemente, exigiéndonos esforzarnos en cada movimiento, cada pensamiento tendrá que ser agudo, nunca dejándose caer en una confianza que no hemos concebido? Alejarse de la obligación y acercarse a la decisión nos llevará a dejar de existir en la frustración, en la constante caída de ídolos que no pudieron hacerle frente a nuestra confianza.

Cuando el sujeto elige y no sólo se conforma, el mundo se comienza a mover a su ritmo, las formas comienzan a obtener profundidad y la profundidad comienza a dar respuestas y, estas respuestas comenzarán a dar movimientos hacia las profundidades más recónditas del hombre.

En conclusión, abandonar la creencia en la buena voluntad nos obligará a movernos, y el movimiento dará libertad y la libertad siempre se expresará de forma particular, siempre cambiante e imposible de delimitar, por lo tanto, podrá tener una relación un poco más estrecha con el mundo.

 

 

 

La coca y los cocaleros

 

 

Por: Zahur Klemath Zapata

zapatazahurk@gmail.com  

 

La Coca-Cola es una de las bebidas más populares del mundo a pesar de no tener cocaína como se ha pensado. Pero psicológicamente se está refiriendo a la planta que se ha venido cultivando por miles de años.

En la historia reciente la han satanizado y se ha creado alrededor de ella una fuerza asesina que no podemos apartar del pensamiento de lo que ha pasado y sigue pasando.

Colombia ha corrido con la des o fortuna de tener los sembradíos más grandes del planeta. Estos existen porque hay un consumo de lo que se extrae de la hoja de la coca, uno de los productos más valiosos económicamente en el mundo. Por esta razón gente intrépida se lanzó a comercializar, porque siempre va a ver personas que son atraídas por ese dinero, que no es fácil, pero muy arriesgado por todos los enemigos que se crearon porque las leyes estatales legislaron en su contra.

Mientras en el mundo antiguo se consumía y producía, en estos tiempos modernos donde se supone ya somos una civilización avanzada y con conocimientos tecnológicos que nos permiten viajar por todo el universo, hemos creado alrededor de ella todo tipo de crímenes horrorosos que jamás se van a borrar de la mente de quienes han sufrido estos golpes por las leyes establecidas.

Millones de personas están en las cárceles de todo el mundo por una variedad de delitos cometidos por estas leyes condenatorias. Es otra forma de exterminio social, porque estas personas ya no son productivas y toda su estructura familiar se derrumbó.

En 6 décadas no se ha podido resolver el problema y los gobiernos ahora viven soterradamente por este negocio. Y el mayor consumidor es USA seguido de los países europeos.

 

El tabaco, el aguardiente, la cerveza, los cigarrillos, los juegos del azar estuvieron prohibidos en ciertos momentos y hoy los gobiernos los tienen rentando porque la burocracia tiene que vivir de algo y esto es bueno para el bolsillo.

 

Torquemada entroniza la religión católica a sangre y fuego y hoy miramos el pasado como una era sanguinaria de la iglesia y esto pasará a futuro lo que está pasando en el mundo con esta persecución que se ha dado y que occidente está involucrado en estos horribles momentos.

Esto seguirá por otro cuarto de hora, los
historiadores comenzarán a hurgar en el pasado para mostrarle a las nuevas generaciones que fue lo que pasó con una sociedad que se preciaba  de civilizada y solo estaban buscando cómo entretenerse porque todo estaba prohibido.

 

 

 

QUÉ LEE GARDEAZÁBAL

Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal

Reseña de Brisas del Atardecer de Gustavo Páez Escobar
editada por La Serpiente Emplumada

 

Audio: https://www.spreaker.com/episode/que-lee-gardeazabal-brisas-del-atardecer-de-gustavo-paez-escobar-24-02-2024--58802655

 

Antes de estudiar Letras en la Universidad del Valle aprendí a leer cuentos, muy tradicionales y decimonónicos por cierto, en los libros de Adel López Gómez y Euclides Jaramillo Arango, escritores del antiguo Caldas.

El hada madrina de mis primigenios pasos literarios, Otto Morales Benítez, me enganchó personalmente con este par de autores y mantuve, con los dos hasta sus muertes, más de una conversación o un variado cruce de cartas mientras aprendía más de la naturaleza del cuento y lo comparaba con los fundamentos constructivos que identificaba en Cortázar y en todos los cuentistas universales que me devoré.

 

Esos mismos elementos identificatorios del buen cuento lo ha tenido espaciadamente a lo largo de su vida Gustavo Páez Escobar a quien conocí personalmente en casa de Euclides en Armenia, cuando Páez ejercía su profesión de banquero en el Quindío.

Desde entonces he seguido sus pasos y fui lector de sus escarceos literarios, sus cuentos y su columna semanal en El Espectador, que mantuvo hasta cuando cumplió los 80 años.

 

Jubilado en la tranquilidad del deber cumplido, ha editado ahora este libro donde reúne cuentos de distintos momentos de su vida, encabezados por ese cuento maestro del Sapo Burlón, a quien acolitan otros de tan excelsa calidad como Humo y la Copa Rota.

Casi todos los relatos que incluye en esta antología son hechos en el perfeccionismo del lenguaje tradicional, con la mesura delicada para dosificar la tensión, ajustar la verosimilitud y verter personajes apoyándose en la descripción física y la metáfora eficaz.

Leerlo entonces resulta revivir una Colombia que ya pasó, en donde el humor era decente, la sociedad no la había descarriado la traquetería y el futuro se miraba con alegría y no con el pesimismo de hoy.

Para muchos de mi generación será un placer reencontrarse con el cuento clásico de nuestros paisajes campesinos. Para mi una oportunidad de añorar todo lo que Gustavo Páez y yo y muchos alumnos de las escuelas campesinas del país andino aprendimos de la sabia pluma de Euclides Jaramillo Arango, sus plataneritos y sus juegos infantiles.

 

 

Director
Zahur Klemath Zapata

Gerente
Laurie Agront

Gerente Operativo
Alba Lucia Arenas V.


Editor

Felipe Castro

 

   

Diagramación
María  Molina

 

Soporte Tecnológico
Aurooj Ali Khan

Nadeem Khan

Jawaad Malik

 

Colaboradores

Jotamario Arbeláez
Gustavo Álvarez Gardeazábal

 

 
Edgar Cabezas

Gongpa Rabsel Rinpoché

Guillermo Navarrete Hernández
Iván Pulido

Teresa Pardo

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