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Apple TV+, pero los proyectos más arriesgados
o independientes podrían no ver nunca la luz.
Más allá de Estados Unidos, las tensiones comerciales podrían escalar. Algunos
países ya están considerando represalias económicas, que podrían incluir
impuestos a servicios digitales estadounidenses o incluso restricciones a la
importación de contenidos. En China, por ejemplo, ya se especula con medidas que
afectarían directamente a la industria del entretenimiento de EE.UU. Estas
reacciones podrían desencadenar una fragmentación del mercado global del
streaming, dificultando aún más la distribución de contenidos y encareciendo los
servicios para los consumidores.
Sin embargo, no todo está perdido. Los servicios de streaming han demostrado una
gran capacidad de adaptación. En el pasado reciente, enfrentaron la pandemia, la
huelga de guionistas en Hollywood y una feroz competencia por el liderazgo del
mercado. Muchos han respondido fortaleciendo alianzas estratégicas con
proveedores de internet y cable, creando paquetes combinados que facilitan el
acceso al contenido y reducen la tasa de cancelación. Estas alianzas podrían
volverse clave si el contexto económico empeora.
Además, aunque los consumidores sean más cuidadosos con sus gastos, el
entretenimiento sigue siendo una necesidad emocional. La posibilidad de ver una
película en casa, desconectarse del estrés diario y compartir una serie con la
familia o amigos, tiene un valor que va más allá de lo financiero. En ese
sentido, los servicios de streaming todavía tienen un as bajo la manga.
Eso sí, la etapa de expansión acelerada parece haber quedado atrás. Las
plataformas deben prepararse para un terreno más difícil, donde cada centavo
invertido debe estar justificado, y donde el consumidor exigirá más por menos.
El reto estará en mantener el equilibrio entre rentabilidad y atractivo, sin
perder la conexión con una audiencia que, más que nunca, necesita historias que
la inspiren, la entretengan y la acompañen.

En resumen, los aranceles de Trump podrían no aumentar directamente tu factura
de Netflix, pero sí podrían alterar las dinámicas económicas que hacen posible
su catálogo. En un mundo interconectado, las decisiones políticas de alto nivel
terminan afectando incluso la forma en que elegimos nuestras próximas series
favoritas. La historia de cómo consumimos entretenimiento está, una vez más,
reescribiéndose. |
Las decisiones económicas de los gobiernos no solo se sienten en los
supermercados o en las estaciones de gasolina. A veces, sus efectos
se filtran hasta en los pequeños placeres cotidianos, como una noche
de maratón de series. Y en Estados Unidos, la nueva política
arancelaria del expresidente Donald Trump amenaza con cambiar la
forma en que los ciudadanos consumen contenido en sus plataformas
favoritas de streaming.
La reciente imposición de un arancel general del 10 % a la mayoría
de productos importados por EE.UU., además de tarifas aún más
severas dirigidas a regiones clave como Europa y Asia, ya está
provocando movimientos bruscos en los mercados y poniendo en alerta
a los analistas financieros. Aunque estos impuestos no aplican
directamente a los servicios digitales como Netflix, Disney+ o Apple
TV+, el impacto económico general podría afectar a sus usuarios, y
con ello, a la sostenibilidad del modelo de negocio que ha
revolucionado el entretenimiento en la última década.

En tiempos de incertidumbre económica, el presupuesto familiar suele
transformarse en un campo de batalla donde cada gasto discrecional
es cuestionado. Paul Erickson, analista de Omdia, lo resume así:
"Los consumidores se vuelven más estratégicos. Ya no es tan fácil
justificar pagar varias suscripciones mensuales cuando una sola
ofrece lo esencial".
Es un fenómeno conocido. En épocas de recesión, la primera reacción
suele ser recortar gastos no esenciales. Y si bien el
streaming ha logrado consolidarse como una opción
económica frente al cable tradicional o al cine, tener múltiples
plataformas activas puede pasar de ser un lujo cotidiano a una carga
innecesaria. Servicios establecidos como Netflix probablemente
seguirán firmes, pero otros más de nicho podrían quedar fuera del
presupuesto mensual.
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El golpe también se refleja en los mercados bursátiles. Tras el
anuncio de los aranceles, el índice S&P 500 registró una caída de más un clima
de desconfianza entre consumidores e inversionistas. Las acciones de Apple, por
ejemplo, una de las compañías más expuestas a los nuevos aranceles por su
dependencia de la manufactura en Asia, ya han perdido cientos de miles de
millones en valor de mercado. Y aunque esto no afecte de inmediato al contenido
disponible en Apple TV+, sí podría reducir la capacidad de la empresa para
seguir apostando por producciones originales de alto presupuesto.
Por ahora, las grandes plataformas están tratando de amortiguar el impacto. Una
de sus principales estrategias ha sido diversificar sus modelos de suscripción.
Los planes con publicidad, por ejemplo, se han vuelto cada vez más populares.
Disney reportó que más de la mitad de los nuevos suscriptores de Disney+ en 2024
eligieron este tipo de plan, que permite reducir el precio a cambio de ver
algunos anuncios. Pero incluso esta solución podría tambalearse.

Matthew Bailey, otro analista de Omdia especializado en publicidad, advierte que
sectores duramente golpeados por los aranceles, como la industria automotriz,
son también grandes anunciantes. Si estas empresas reducen su inversión
publicitaria, las plataformas perderían una fuente clave de ingresos, lo que
podría obligarlas a subir precios o recortar su inversión en contenido original.
Y es que el contenido no se hace solo. Detrás de cada serie aclamada hay
presupuestos millonarios, equipos de producción, escritores, actores,
tecnología, logística. Si el flujo de ingresos se frena, las plataformas tendrán
que ser más selectivas. Es posible que sigan invirtiendo en producciones
insignia como Severance, de
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