Capturan a cinco presuntos miembros de la Segunda
Marquetalia en Nariño

En una operación militar conjunta que duró más de tres meses, las autoridades
capturaron a cinco presuntos integrantes de la Segunda Marquetalia, estructura
disidente de las extintas FARC, que venía sembrando el miedo en la región del
Sanquianga, en Nariño. Los detenidos estarían detrás de secuestros, extorsiones
y reclutamientos forzados en los municipios de Roberto Payán y Olaya Herrera,
zonas históricamente golpeadas por el conflicto armado.
La primera acción se ejecutó en Roberto Payán, donde cayeron tres miembros de la
estructura Mariscal Sucre. Según inteligencia del Ejército, este grupo responde
a las órdenes de alias “Yoni”, tercer cabecilla de la Segunda Marquetalia en esa
zona del país. Estos hombres, armados y organizados, enviaban facturas
extorsivas a comerciantes locales bajo amenaza de muerte, generando un ambiente
asfixiante de miedo en la comunidad.
“Su accionar tenía paralizado al comercio. La gente ya no quería abrir sus
negocios”, afirmó un oficial del Ejército que participó en el operativo.
Horas después, en Olaya Herrera, otra operación permitió evitar el reclutamiento
forzado de dos menores de 16 y 17 años por parte de la estructura Alfonso Cano,
otra célula de esta disidencia. Los jóvenes, según información militar, ya
estaban fichados para integrarse a las filas armadas del grupo en la región
selvática del Sanquianga.
Ambas acciones fueron lideradas por la Fuerza de Tarea Conjunta Hércules, con
apoyo de la Armada Nacional, la Fuerza Aeroespacial y la Policía. Durante los
operativos se incautaron siete armas de fuego, casi 300 cartuchos, agendas con
información sensible, brazaletes y dispositivos electrónicos que evidencian la
planeación sistemática de actos extorsivos.
Este nuevo golpe se suma a una serie de acciones recientes contra la Segunda
Marquetalia en distintas regiones del país. En abril, siete miembros de esa
organización fueron capturados en Vichada y otro más murió en medio de
enfrentamientos con el Ejército. Todos estaban vinculados a actividades de
narcotráfico, minería ilegal y desplazamiento forzado.
Las autoridades advierten que estas capturas, aunque significativas, podrían
desencadenar retaliaciones violentas, como ya ha ocurrido con otras estructuras
criminales como el Clan del Golfo, cuyos recientes ataques han cobrado la vida
de varios uniformados en el país.
Álvaro Uribe continúa su defensa en juicio por
presunta manipulación de testigos

Desde el complejo judicial de Paloquemao, en el centro de Bogotá, el
expresidente Álvaro Uribe Vélez se encontró nuevamente en el
estrado. El jueves 8 de mayo, la Fiscalía General de la Nación
inició su contrainterrogatorio en el juicio que enfrenta el exmandatario por los
presuntos delitos de soborno a testigos y fraude procesal, en un caso que ha
marcado un hito en la historia judicial del país por
ser el primero en involucrar penalmente a un expresidente colombiano.
La jornada comenzó con la continuación del
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interrogatorio
liderado por su abogado defensor Juan Felipe Amaya,
que ya completó más de tres días en los que Uribe ha intentado desvirtuar los
señalamientos que pesan sobre él. El líder del Centro Democrático ha negado
haber ordenado pagos, ni instrucciones, al controvertido abogado Diego Cadena
para influir en testigos clave del proceso.
Cadena, conocido en el expediente como el “aboganster”, habría contactado a
varios exparamilitares en prisión con el objetivo de obtener testimonios que
beneficiaran a Uribe y desacreditaran al senador Iván Cepeda. Sin embargo, el
expresidente insiste en que nunca supo de ofrecimientos económicos ni de
maniobras irregulares. “Era la primera vez que yo escuchaba de un giro de
dinero”, declaró al ser cuestionado por los pagos hechos por su abogado a alias
Víctor, uno de los testigos más polémicos del proceso.
Uribe también se refirió a la exesposa de Juan Guillermo Monsalve, Deyanira
Gómez, a quien acusó de actuar de mala fe y de tenderle una trampa judicial.
Asimismo, negó conocer a Pablo Hernán Sierra, otro exparamilitar que testificó
contra él y quien aseguró no haber sido presionado por Uribe ni su equipo.
El juicio, sin embargo, no solo gira en torno al expresidente. Santiago Uribe
Vélez, su hermano, también ha sido citado como testigo. Aunque fue absuelto en
noviembre pasado por el caso de los "12 Apóstoles", su nombre y el de su primo
Mario Uribe Escobar aparecen ligados a los primeros contactos con Cadena. La
defensa sostiene que estas gestiones no fueron clandestinas. Para probarlo,
presentaron una carta firmada por alias Víctor, escrita por el propio Cadena y
enviada a la Fiscalía en 2017, en la que el exparamilitar señala haber sido
presionado por el senador Cepeda. Dicha misiva, según Uribe, fue elaborada
dentro de los canales formales de la oficina de abogados de Cadena.
No obstante, los testimonios de figuras como Eurídice Cortés, alias Diana, han
abierto otro frente. Ella, condenada por sus vínculos con el frente Cacique
Pipintá de las AUC, sostiene que Cadena nunca le ofreció dinero y que, por el
contrario, fue ella quien propuso contactar a exjefes paramilitares del Bloque
Metro que pudieran testificar en favor de Uribe. En su versión, fue alias Víctor
quien habría intentado extorsionar a ambas partes.
A pesar de los intentos de la defensa por presentar los contactos como
diligencias legítimas, la Fiscalía sostiene que existió una estrategia
concertada para modificar versiones judiciales. El contrainterrogatorio a Uribe
por parte de la fiscal Marlenne Orjuela continuará en los próximos días, con la
expectativa de que las declaraciones de los testigos restantes revelen nuevos
elementos sobre una trama judicial que tiene al país expectante.
Cae red binacional que lavaba más de 44 millones
de dólares al año

Una de las estructuras criminales más sofisticadas del narcotráfico en América
Latina fue desarticulada esta semana en una operación conjunta entre las
autoridades de Colombia y Ecuador, con el apoyo de la DEA y la Fiscalía General
de la Nación. La red, conocida como ‘Black’, movía más de 44 millones de dólares
anuales mediante el lavado de activos y el tráfico de drogas hacia Norte y
Centroamérica.
Las capturas se produjeron en
Bogotá, Cali, Tumaco y la ciudad ecuatoriana de Esmeraldas, en el marco del
operativo ‘Esmeralda Plus I para las Américas’.
Entre los detenidos están tres
de los principales cabecillas: Saulo Anastasio Estupiñán, Talía Griselda
Estupiñán Ospina y Mauricio Velandia Virgüez, quienes ahora enfrentan
solicitudes de extradición por parte de la Corte del Distrito Sur de Texas (EE.UU.).
Días antes, la Policía ya había
capturado a otros dos miembros clave en Cali: Camilo
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Betancourt, alias ‘Max’, y Laura Gutiérrez, alias ‘Chola’. En total, cinco
extraditables serán puestos a disposición de las autoridades estadounidenses por
los delitos de concierto para delinquir, tráfico de drogas y lavado de activos.
Las investigaciones revelaron que esta red tenía fuertes vínculos con la
Coordinadora Guerrillera del Pacífico, un grupo armado residual liderado por
alias Allende en el departamento de Nariño. Gracias a esta conexión, el cartel
‘Black’ usaba rutas marítimas ilegales, incluso semisumergibles, para mover
cocaína hacia México, Costa Rica, Guatemala y Estados Unidos.
El general Carlos Fernando Triana, director de la Policía Nacional, celebró el
golpe a esta estructura como un avance significativo en la lucha contra el
narcotráfico. “Esta operación demuestra que, con trabajo articulado, podemos
debilitar las economías ilegales que financian la violencia en la región”,
afirmó.
La captura de alias Saulo en Ecuador fue posible gracias al intercambio de
inteligencia entre ambos países, confirmando su papel como enlace internacional
de la red. Las autoridades han calificado este operativo como un golpe directo a
una amenaza transnacional que afectaba la estabilidad y seguridad del
continente.
Capturado alias Búcaro, presunto extorsionista del
Tren de Aragua

En una operación liderada por la Policía Metropolitana de Cúcuta, fue capturado
alias Búcaro, señalado de ser uno de los principales articuladores financieros
del Tren de Aragua en Norte de Santander. Su rol dentro de esta estructura
criminal, considerada una de las más peligrosas del continente, habría sido
clave en la ejecución de extorsiones, desplazamientos forzados y homicidios
selectivos en la ciudad.
La detención se llevó a cabo en la capital nortesantandereana tras una orden
judicial emitida por el delito de extorsión agravada. Alias Búcaro operaba
principalmente en los barrios Colinas del Tunal y Seis de Reyes, donde, según la
investigación, exigía pagos mensuales que oscilaban entre 10 y 20 millones de
pesos a comerciantes y ganaderos bajo amenazas de violencia. Incluso, ordenaba
disparos contra fachadas de negocios que se negaban a pagar las extorsiones.
El coronel Edgar Andrés Correa Tobón, subcomandante de la Policía Metropolitana
de Cúcuta, aseguró que este hombre “era el encargado de dinamizar las
extorsiones y coordinar ataques directos para infundir miedo y controlar el
territorio”.
Lo sorprendente del caso es que alias Búcaro ya se encontraba bajo medida de
detención domiciliaria por porte ilegal de armas, pero continuaba presuntamente
involucrado en actividades criminales. Además, las autoridades lo vinculan con
un homicidio cometido en 2023 en la misma ciudad.
Tras su captura, fue trasladado a la URI de la Fiscalía y posteriormente un juez
le impuso medida de aseguramiento en centro carcelario. La operación hizo parte
de la estrategia “Unidos Avanzamos por Cúcuta, un Territorio Seguro”, enfocada
en combatir estructuras como el Tren de Aragua que amenazan la tranquilidad
ciudadana.
Esta captura se suma a otro importante golpe contra redes del crimen organizado:
la reciente detención de Luis Albert Cambindo, alias Chocó, presunto aliado del
Tren de Aragua y cabecilla del narcotráfico transnacional. Cambindo,
extraditable y solicitado por la Corte del Distrito Sur de Florida, contaminaba
vuelos comerciales con cargamentos de droga adquiridos en laboratorios del
Cauca.
Ambos golpes, según las autoridades, representan un avance en la lucha contra
estructuras criminales con alta capacidad de violencia y operaciones
internacionales.
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