 |
|
cósmica”, señaló.

A pesar del entusiasmo que generan estas ideas, Vopson es prudente. Su propuesta
no afirma de manera concluyente que estamos viviendo en una simulación. Lo que
sí plantea es que ciertos comportamientos del universo —especialmente la manera
en que opera la gravedad— son compatibles con lo que esperaríamos de un sistema
diseñado para ahorrar recursos. “No es una teoría cerrada ni una verdad
revelada. Es una invitación a replantear cómo interpretamos lo que ya
conocemos”, dijo.
El artículo fue publicado recientemente en AIP Advances, una revista científica
que recoge investigaciones de frontera. Allí, Vopson sugiere que los próximos
pasos deben ir dirigidos a validar su teoría a través de experimentos concretos.
Esto incluiría aplicar su marco conceptual a entornos gravitacionales complejos
—como los agujeros negros o los sistemas cuánticos— y explorar si los datos
obtenidos se ajustan a su modelo.
La comunidad científica, por su parte, se muestra dividida. Algunos aplauden la
audacia de pensar fuera de los límites convencionales de la física. Otros, más
escépticos, cuestionan la falta de evidencia empírica y advierten sobre el
riesgo de perder el norte en teorías demasiado especulativas. “Es fácil dejarse
llevar por lo atractivo de estas ideas, pero no debemos olvidar que la ciencia
necesita más que analogías y metáforas para avanzar”, comentó un astrofísico
colombiano que prefirió no ser citado.

Al final, la pregunta sigue abierta: ¿vivimos en una simulación? Tal vez no lo
sepamos nunca con certeza. Pero en el intento de descubrirlo, podríamos
encontrar nuevas verdades sobre cómo funciona realmente la realidad. Y tal como
ocurre con los episodios de Futurama, lo importante no es solo la respuesta,
sino el camino lleno de dudas, ironías y descubrimientos que nos lleva hasta
ella. |
En un laboratorio universitario del Reino Unido, un físico ha
sacudido el pensamiento científico tradicional con una propuesta que
suena más a ciencia ficción que a física de alto nivel: ¿y si el
universo entero fuera una simulación informática? Para Melvin Vopson,
investigador de la Universidad de Portsmouth, esta no es una simple
fantasía, sino una hipótesis cada vez más robusta dentro de ciertos
círculos científicos. Y lo más llamativo es que, según sus estudios,
la clave para demostrarlo podría estar en algo tan familiar como la
gravedad.
La pregunta, aunque desconcertante, no es nueva. En los últimos
años, la teoría del universo simulado ha ido ganando terreno en
debates académicos y filosóficos. La posibilidad de que lo que
percibimos como realidad sea el resultado de un sofisticado código
computacional ha sido abordada por pensadores como Nick Bostrom, así
como por personajes icónicos de la cultura pop, desde The Matrix
hasta Futurama. Pero lo que antes se consideraba un juego
intelectual ha comenzado a adquirir cuerpo científico.
Vopson ha propuesto un modelo que podría explicar por qué los
objetos en el universo tienden a agruparse y formar estructuras:
desde átomos y moléculas hasta planetas y galaxias. Su razonamiento
parte de un concepto bastante radical: el universo, si realmente es
una simulación, estaría sujeto a las mismas limitaciones que
cualquier sistema computacional. Es decir, tendría recursos finitos.
Y para gestionar esos recursos, el "sistema" que lo corre —sea lo
que sea— habría establecido ciertas reglas, como la gravedad, para
facilitar el ahorro energético y de procesamiento.

“El universo, al igual que una computadora, estaría optimizando
constantemente sus
|
|
operaciones”, explicó el físico en una reciente entrevista. Según
él, esta eficiencia se lograría atrayendo la materia hacia estructuras más
ordenadas y manejables, un proceso que se percibe como fuerza gravitacional. De
esta forma, la gravedad no sería simplemente una propiedad inherente de la masa,
como lo postuló Newton, sino una estrategia para equilibrar la información en el
sistema simulado.
El pilar de su argumento está en una ley que él mismo desarrolló: la segunda ley
de la infodinámica, inspirada en la teoría de la información. A diferencia de la
segunda ley de la termodinámica —que establece que la entropía de un sistema
tiende a aumentar—, la infodinámica sugiere que los sistemas buscan equilibrar
la entropía de la información. En otras palabras, buscan organizarla.
Este principio, llevado al extremo, tiene implicaciones fascinantes: lo que
llamamos gravedad podría ser el reflejo de un esfuerzo computacional por
mantener el universo ordenado, por juntar las piezas del rompecabezas en
estructuras coherentes y fáciles de manejar. Según Vopson, si aceptamos que la
información tiene masa —un postulado ya propuesto en el campo de la física de la
información—, entonces las partículas fundamentales del universo no solo
portarían energía y materia, sino también datos.
Estas partículas, además, podrían estar “pixeladas” como si fueran parte de una
imagen digital. Cada píxel representaría una unidad de información que, al
agruparse con otras, da forma a estructuras complejas. La comparación con los
videojuegos no es gratuita: el físico insiste en que este es el mismo principio
que utilizan los desarrolladores de simulaciones digitales para representar
mundos tridimensionales. “Cada píxel tiene una posición, unas propiedades y una
función dentro del sistema. Lo mismo podría estar ocurriendo a escala
|