Pereira, Colombia - Edición: 13.485-1065

Fecha: Sábado 10-05-2025

 

 ESPECIAL

 

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¿Vivimos en una simulación? La nueva teoría que vincula la gravedad con el ahorro de recursos computacionales
 

 

cósmica”, señaló.
 


A pesar del entusiasmo que generan estas ideas, Vopson es prudente. Su propuesta no afirma de manera concluyente que estamos viviendo en una simulación. Lo que sí plantea es que ciertos comportamientos del universo —especialmente la manera en que opera la gravedad— son compatibles con lo que esperaríamos de un sistema diseñado para ahorrar recursos. “No es una teoría cerrada ni una verdad revelada. Es una invitación a replantear cómo interpretamos lo que ya conocemos”, dijo.

El artículo fue publicado recientemente en AIP Advances, una revista científica que recoge investigaciones de frontera. Allí, Vopson sugiere que los próximos pasos deben ir dirigidos a validar su teoría a través de experimentos concretos. Esto incluiría aplicar su marco conceptual a entornos gravitacionales complejos —como los agujeros negros o los sistemas cuánticos— y explorar si los datos obtenidos se ajustan a su modelo.

La comunidad científica, por su parte, se muestra dividida. Algunos aplauden la audacia de pensar fuera de los límites convencionales de la física. Otros, más escépticos, cuestionan la falta de evidencia empírica y advierten sobre el riesgo de perder el norte en teorías demasiado especulativas. “Es fácil dejarse llevar por lo atractivo de estas ideas, pero no debemos olvidar que la ciencia necesita más que analogías y metáforas para avanzar”, comentó un astrofísico colombiano que prefirió no ser citado.

 



Al final, la pregunta sigue abierta: ¿vivimos en una simulación? Tal vez no lo sepamos nunca con certeza. Pero en el intento de descubrirlo, podríamos encontrar nuevas verdades sobre cómo funciona realmente la realidad. Y tal como ocurre con los episodios de Futurama, lo importante no es solo la respuesta, sino el camino lleno de dudas, ironías y descubrimientos que nos lleva hasta ella.

 

 
En un laboratorio universitario del Reino Unido, un físico ha sacudido el pensamiento científico tradicional con una propuesta que suena más a ciencia ficción que a física de alto nivel: ¿y si el universo entero fuera una simulación informática? Para Melvin Vopson, investigador de la Universidad de Portsmouth, esta no es una simple fantasía, sino una hipótesis cada vez más robusta dentro de ciertos círculos científicos. Y lo más llamativo es que, según sus estudios, la clave para demostrarlo podría estar en algo tan familiar como la gravedad.

La pregunta, aunque desconcertante, no es nueva. En los últimos años, la teoría del universo simulado ha ido ganando terreno en debates académicos y filosóficos. La posibilidad de que lo que percibimos como realidad sea el resultado de un sofisticado código computacional ha sido abordada por pensadores como Nick Bostrom, así como por personajes icónicos de la cultura pop, desde The Matrix hasta Futurama. Pero lo que antes se consideraba un juego intelectual ha comenzado a adquirir cuerpo científico.

Vopson ha propuesto un modelo que podría explicar por qué los objetos en el universo tienden a agruparse y formar estructuras: desde átomos y moléculas hasta planetas y galaxias. Su razonamiento parte de un concepto bastante radical: el universo, si realmente es una simulación, estaría sujeto a las mismas limitaciones que cualquier sistema computacional. Es decir, tendría recursos finitos. Y para gestionar esos recursos, el "sistema" que lo corre —sea lo que sea— habría establecido ciertas reglas, como la gravedad, para facilitar el ahorro energético y de procesamiento.
 


“El universo, al igual que una computadora, estaría optimizando constantemente sus

 

 

 

operaciones”, explicó el físico en una reciente entrevista. Según él, esta eficiencia se lograría atrayendo la materia hacia estructuras más ordenadas y manejables, un proceso que se percibe como fuerza gravitacional. De esta forma, la gravedad no sería simplemente una propiedad inherente de la masa, como lo postuló Newton, sino una estrategia para equilibrar la información en el sistema simulado.

El pilar de su argumento está en una ley que él mismo desarrolló: la segunda ley de la infodinámica, inspirada en la teoría de la información. A diferencia de la segunda ley de la termodinámica —que establece que la entropía de un sistema tiende a aumentar—, la infodinámica sugiere que los sistemas buscan equilibrar la entropía de la información. En otras palabras, buscan organizarla.

Este principio, llevado al extremo, tiene implicaciones fascinantes: lo que llamamos gravedad podría ser el reflejo de un esfuerzo computacional por mantener el universo ordenado, por juntar las piezas del rompecabezas en estructuras coherentes y fáciles de manejar. Según Vopson, si aceptamos que la información tiene masa —un postulado ya propuesto en el campo de la física de la información—, entonces las partículas fundamentales del universo no solo portarían energía y materia, sino también datos.

Estas partículas, además, podrían estar “pixeladas” como si fueran parte de una imagen digital. Cada píxel representaría una unidad de información que, al agruparse con otras, da forma a estructuras complejas. La comparación con los videojuegos no es gratuita: el físico insiste en que este es el mismo principio que utilizan los desarrolladores de simulaciones digitales para representar mundos tridimensionales. “Cada píxel tiene una posición, unas propiedades y una función dentro del sistema. Lo mismo podría estar ocurriendo a escala

 

 

 

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