‘Hecho en Risaralda’:
El sello que traspasa fronteras y enorgullece al departamento

Lo que
nació como una apuesta local para impulsar a los emprendedores
risaraldenses, hoy es una marca que ha empezado a dejar huella en
escenarios internacionales. ‘Hecho en Risaralda’, el programa
impulsado por el gobernador Juan Diego Patiño Ochoa desde su época
como diputado, se ha consolidado como un motor de desarrollo
regional, llevando productos locales desde los cafetales de
Santuario hasta vitrinas de Europa y Medio Oriente.
Durante
el 2024, la marca vivió su momento clave. Con una inversión de 3.500
millones de pesos ese año, más de 300 emprendedores —licenciatarios
del programa— lograron mostrar su talento y calidad en ferias tan
destacadas como SIAL París, una de las más importantes del mundo en
agroindustria, y en showrooms en Emiratos Árabes y España. Allí,
productos que antes solo se encontraban en el mercado local
sorprendieron por su innovación y calidad.
Pero este proyecto no se trata solo de ferias y vitrinas elegantes.
Detrás hay historias de esfuerzo, transformación y orgullo. Es el
caso de los caficultores que, gracias al respaldo institucional,
lograron exportar café especial a destinos como Estados Unidos y los
Emiratos, abriendo un camino para las nuevas generaciones en el
campo. “Queremos ese empalme generacional que fortalezca la
ruralidad con productos de valor agregado”, señaló el gobernador.
Desde su creación, ‘Hecho en Risaralda’ ha recibido una inversión
total de 6.000 millones de pesos, generando ventas por más de 15.000
millones. Es decir, por cada peso invertido, el retorno ha sido de
tres, una cifra que habla por sí sola del impacto positivo del
programa.
La proyección para este 2025 no se detiene. Se abrirá una nueva
convocatoria para sumar 100 emprendedores más y se reforzará la
comercialización sin intermediarios en la tienda oficial ubicada en
el edificio Monte Canelo de Pereira. Además, seguirán las 100
tiendas itinerantes que recorren el departamento, llevando los
productos a cada rincón de Risaralda.
‘Hecho
en Risaralda’ ya no es solo una etiqueta; es una carta de
presentación para cientos de emprendedores que ahora sueñan en
grande, convencidos de que lo local puede ser global. Y lo mejor: lo
están logrando con sello propio.
Balboa y La Celia
enfrentan un año de aislamiento y preocupación

Un
gigantesco deslizamiento de tierra ocurrido en el departamento de
Risaralda ha dejado completamente bloqueada la vía que conecta a
Cachipay con Balboa, en el sector de La Aurora, afectando también la
comunicación terrestre hacia el municipio de La Celia. La
emergencia, que se desató tras intensas lluvias en la zona, ha
generado una situación crítica para la movilidad regional y ha
puesto en alerta a las autoridades locales.
El Consejo Departamental de Gestión del Riesgo confirmó que el daño
a la carretera es de tal magnitud que la recuperación podría tardar
al menos doce meses. Durante este tiempo, los municipios más
afectados deberán adaptarse a un panorama incierto, donde la
conectividad, el comercio y el acceso a servicios básicos se verán
seriamente comprometidos. La Celia, por ejemplo, se encuentra
parcialmente aislada, con rutas alternas que son más largas,
costosas y en algunos casos, poco seguras.
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Para los habitantes
de estas zonas rurales, este no es solo un problema de infraestructura, sino un
desafío cotidiano. Agricultores que no pueden sacar sus productos al mercado,
estudiantes que enfrentan largas y riesgosas travesías para llegar a sus
escuelas, y pacientes que deben sortear caminos deteriorados para acceder a
servicios médicos básicos, son apenas algunas de las consecuencias del colapso
vial. “Es como si nos hubieran cerrado la puerta al mundo”, lamentó don Álvaro,
un pequeño productor de café en Balboa.
La preocupación de las autoridades también es evidente. El gobierno
departamental ya evalúa la declaratoria de calamidad pública, una medida que
permitiría acelerar los trámites para iniciar las obras de reconstrucción, al
tiempo que abriría la puerta a recursos del gobierno nacional. La inversión
estimada para recuperar la vía asciende a más de 10.000 millones de pesos, una
cifra que, aunque elevada, se considera indispensable para restaurar la conexión
y garantizar la seguridad de futuras obras.
La reconstrucción no
será sencilla. La zona afectada es conocida por su inestabilidad geológica, y
los trabajos deberán iniciar con una rigurosa estabilización del terreno,
seguida de la remoción de escombros y la reconstrucción total de las estructuras
viales. Ingenieros y geólogos trabajan a contrarreloj evaluando nuevos riesgos,
mientras las lluvias continúan amenazando con más movimientos de tierra.
Mientras tanto, las rutas alternas disponibles, aunque útiles, no son una
solución definitiva. Estas vías secundarias requieren mantenimiento constante y
no soportan el mismo volumen de tránsito que la vía principal. El tiempo de
viaje se ha duplicado en algunos casos, y los costos logísticos se han
disparado, afectando especialmente a pequeños transportistas y comerciantes
locales.
Ante esta situación, las autoridades han instalado puntos de control y
asistencia en los trayectos más críticos, y recomiendan a los viajeros
informarse previamente sobre el estado de las vías y tomar precauciones
adicionales. La comunidad, por su parte, espera que las promesas de apoyo y
reconstrucción no se queden en palabras.
Este deslizamiento no solo dejó tierra y piedras sobre el asfalto; dejó también
una región entera en vilo, esperando una solución que le devuelva su camino y su
tranquilidad.
El Día de la Madre que Gerardina pasó sola

Mientras en muchos
hogares colombianos el Día de la Madre fue sinónimo de flores, abrazos y
almuerzos familiares, en Anserma, Caldas, una escena completamente opuesta
conmovió a la comunidad y encendió las alarmas sobre una triste realidad: el
abandono a los adultos mayores.
Gerardina Montoya Ríos, una mujer mayor oriunda de Belén de Umbría, Risaralda,
fue dejada en una peluquería el pasado domingo. Quienes la acompañaban nunca
regresaron por ella. El personal del establecimiento, tras notar su desconcierto
y que el tiempo pasaba sin que nadie preguntara por ella, decidió llamar a la
Policía. Así empezó a circular una historia que ha tocado fibras profundas en la
ciudadanía.
“Mi familia no volvió”, fue lo único que alcanzó a decir Gerardina cuando las
autoridades intentaron reconstruir lo ocurrido. Vestía con sencillez, tenía las
uñas recién arregladas, como si se preparara para una celebración que nunca
llegó. Su rostro, aunque sereno, reflejaba la mezcla de confusión y tristeza que
solo deja una ausencia injustificada.
La noticia rápidamente se esparció en redes sociales, donde muchos expresaron
indignación y tristeza. No faltaron los mensajes de solidaridad ni las preguntas
incómodas sobre cómo, en una fecha dedicada precisamente a honrar a las madres,
puede ocurrir algo así. “Es inaceptable. No hay excusa para dejar sola a una
madre, mucho menos de esta manera”, escribió una internauta.
Las autoridades
locales, con apoyo de instituciones de bienestar, asumieron la
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protección de
Gerardina mientras se logra ubicar a algún familiar. Hasta el momento, nadie ha
aparecido. Se activaron rutas de atención social, pero también se encendieron
las alarmas sobre el creciente fenómeno del abandono de personas mayores en
Colombia, una situación que se intensifica en fechas especiales, donde la
soledad duele más.
De acuerdo con el DANE, miles de adultos mayores en el país viven solos o en
condiciones de vulnerabilidad. Expertos advierten que este abandono no solo deja
secuelas emocionales, sino que compromete seriamente su salud física y mental.
Hoy, Gerardina no está sola gracias a la empatía de una comunidad que se
conmovió con su historia. Sin embargo, su caso debe servir como espejo para un
país que, a veces, olvida a quienes lo dieron todo. Las autoridades piden ayuda:
cualquier persona que tenga información puede comunicarse al 318 232 8904.
Porque ninguna madre merece pasar su día, ni nigún otro día en el olvido.
Engañada por redes y secuestrada
en el Quindío

Lo que comenzó como
una conversación en redes sociales terminó convirtiéndose en una pesadilla para
una joven de 24 años oriunda de Chinchiná, Caldas. El pasado 2 de mayo, fue
secuestrada tras aceptar una invitación de un hombre de nacionalidad extranjera,
quien, bajo falsas promesas, la condujo hasta una zona rural del municipio de
Pijao, en el Quindío. Allí, la mantuvo cautiva durante seis días, hasta que un
operativo del Gaula Militar Eje Cafetero, en coordinación con el CTI de la
Fiscalía, logró rescatarla.
El caso ha generado conmoción en la región y reabre el debate sobre los peligros
que se esconden tras las pantallas. Según relataron las autoridades, la joven
había informado a su familia que viajaría a Pereira. Sin embargo, al notar que
no llegó a su destino ni respondía mensajes, sus allegados dieron la alerta. La
denuncia oportuna permitió activar los protocolos del Gaula, que rápidamente
comenzó labores de búsqueda.
Durante los días de cautiverio, la víctima logró realizar una llamada breve a su
familia. Aunque no podía salir del lugar donde estaba retenida, aseguró que se
encontraba con vida y sin lesiones. Esa llamada fue determinante: permitió
ubicar el perímetro donde se encontraba. Con apoyo de herramientas de
geolocalización y labores de inteligencia, los investigadores lograron precisar
su localización.
El rescate se llevó a cabo con precisión quirúrgica. Según explicó el mayor
Andrés Quezada, comandante del Gaula en el Eje Cafetero, el equipo llegó al
lugar exacto y liberó a la joven sin necesidad de un enfrentamiento. Fue
trasladada de inmediato a un centro médico, donde se le realizaron exámenes
físicos y psicológicos. Afortunadamente, no presentaba heridas de gravedad.
La familia, que había vivido días de absoluta incertidumbre, pudo finalmente
abrazarla y agradecer a los uniformados que hicieron posible el reencuentro.
Entre lágrimas, destacaron la labor de las autoridades y la importancia de haber
denunciado a tiempo.
Sin embargo, el caso aún no está cerrado. El principal sospechoso del secuestro,
quien estableció contacto con la joven a través de redes sociales, sigue
prófugo. Se presume que huyó del lugar poco antes del rescate. Las autoridades
continúan su búsqueda e investigan si hubo más personas involucradas en el
crimen.
Este incidente pone
sobre la mesa una problemática creciente: el uso indebido de plataformas
digitales para atraer, manipular y poner en riesgo a jóvenes incautos. El Gaula
hizo un llamado a la ciudadanía, especialmente a los adolescentes y adultos
jóvenes, para que sean más cautelosos con los contactos que establecen por
internet y eviten compartir información personal con desconocidos.
El rescate de esta
joven es, sin duda, un triunfo de la coordinación y la tecnología aplicada a la
seguridad. Pero también debe ser una advertencia: tras la pantalla, no siempre
hay intenciones honestas.
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