 |
|
Gameto ya inició un
ensayo clínico de fase 3 en Estados Unidos, donde evaluará la eficacia de
Fertilo en varios cientos de pacientes. Esta investigación será clave para
validar si la tecnología puede competir realmente con la FIV convencional, cuyas
tasas de éxito pueden llegar hasta el 50 % en mujeres menores de 35 años, pero
disminuyen significativamente con la edad y otros factores.
Mientras tanto, el uso de Fertilo ya está aprobado en países como Australia,
Japón, Argentina, Paraguay, México y Perú. Si los resultados positivos se
confirman, la tecnología podría comenzar a utilizarse en más clínicas alrededor
del mundo. La empresa aún no ha fijado los precios del procedimiento, pero su
directora anticipa que, al necesitar menos medicamentos y visitas médicas,
podría reducir considerablemente los costos para las pacientes.
Christian Kramme, director científico de Gameto, explica que una de las claves
del éxito del método ha sido el desarrollo de células ováricas funcionales fuera
del cuerpo humano. “Podemos recrear el entorno ovárico en el laboratorio con una
precisión sin precedentes. Eso permite madurar los óvulos en condiciones óptimas
y reducir el impacto físico en las pacientes”, indica.

Detrás de los
avances científicos, Fertilo también representa un cambio cultural. En un mundo
donde la maternidad se posterga cada vez más por razones personales,
profesionales o médicas, y donde los tratamientos de fertilidad siguen estando
fuera del alcance para muchas personas, este tipo de innovaciones podría
democratizar el acceso a la reproducción asistida. No solo se trata de tener
hijos, sino de hacerlo con dignidad, menor sufrimiento y mayor autonomía.
Radenkovic concluye con una visión esperanzadora: “Nuestro objetivo no es
reemplazar la FIV, sino ofrecer una opción más humana, más accesible y más
alineada con las necesidades reales de las mujeres. Si logramos eso, habremos
transformado profundamente el campo de la fertilidad”.
En un ámbito donde los avances científicos muchas veces se miden en términos
técnicos, Fertilo ofrece algo más: la posibilidad de que traer una nueva vida al
mundo no sea un proceso doloroso, prohibitivo o inalcanzable. Si sus resultados
continúan siendo prometedores, podríamos estar presenciando el comienzo de una
nueva era en la medicina reproductiva.
|
En un
mundo donde los tratamientos de fertilidad representan no solo una
esperanza para millones de parejas, sino también un camino arduo,
costoso y físicamente demandante, una nueva propuesta científica
está generando entusiasmo y expectativa. Se trata de Fertilo, un
método desarrollado por la startup neoyorquina Gameto, que busca
convertirse en una alternativa menos invasiva y más accesible que la
fecundación in vitro (FIV) tradicional.
El procedimiento de FIV ha sido durante décadas el estándar de oro
para quienes enfrentan dificultades para concebir. Sin embargo, la
experiencia para las pacientes no es fácil. Por lo general, deben
someterse a dos semanas de inyecciones hormonales costosas que
estimulan la producción de óvulos, además de múltiples exámenes
médicos y el riesgo de efectos secundarios, que van desde cambios de
humor hasta el síndrome de hiperestimulación ovárica, una
complicación poco común pero potencialmente peligrosa. Todo esto,
sin contar que el precio por ciclo puede superar los 15.000 dólares
en algunos países, siendo el costo de los medicamentos hormonales
una parte sustancial de esa cifra.

Ahí es
donde entra Fertilo, la apuesta de Gameto para transformar esta
realidad. Su propuesta: permitir que los óvulos maduren fuera del
cuerpo, en condiciones controladas de laboratorio, con el uso de
células ováricas “de apoyo” desarrolladas a partir de células madre.
El procedimiento reduce hasta en un 80 % las inyecciones hormonales
necesarias y acorta el ciclo de tratamiento de semanas a solo unos
pocos días.
Aunque la maduración in vitro (MIV) no es una técnica nueva —surgió
en los años noventa— su adopción ha sido limitada debido a tasas de
éxito menores comparadas con la FIV tradicional. Lo que distingue a
Fertilo es su capacidad de replicar de forma más precisa el entorno
natural del ovario utilizando tecnología celular de última
generación.
Los primeros resultados son alentadores. En un estudio reciente
realizado por Gameto en México y Perú, se compararon los resultados
de Fertilo con los de la MIV convencional. El 44 % de las pacientes
tratadas con Fertilo quedaron embarazadas tras un solo ciclo, frente
al 20 % del grupo de MIV estándar. Además, los óvulos madurados con
Fertilo mostraron una tasa de maduración del 70 %,
significativamente superior al 52 % alcanzado con MIV tradicional.
Si bien
el estudio aún no ha sido revisado por pares, los datos han generado
|
|
entusiasmo en el
campo de la reproducción asistida. De las 40 pacientes que participaron, 15
embarazos están en curso, y 13 de ellos fueron logrados con Fertilo. Incluso se
reportó un nacimiento exitoso en Perú, el primero asociado a esta tecnología.
Gameto espera al menos 20 nacimientos más durante este año en América Latina y
Australia.
Uno de los aspectos más humanos de esta historia es que la fundadora y directora
general de Gameto, Dina Radenkovic, se sometió personalmente al procedimiento,
no con el objetivo de quedar embarazada, sino para comprobar la capacidad de
Fertilo de madurar sus propios óvulos. “La idea es ofrecer una solución centrada
en las pacientes, que les permita tomar el control de su fertilidad sin tener
que pasar por procesos tan duros”, afirma.
El potencial de Fertilo podría extenderse más allá de quienes buscan embarazarse
de inmediato. Muchas mujeres jóvenes optan por congelar sus óvulos como una
forma de preservar su fertilidad futura, pero se enfrentan a los mismos
obstáculos que una paciente de FIV: costos altos, tiempo y molestias físicas.
Fertilo podría ser una solución ideal para este grupo, al permitir un proceso
más corto, menos invasivo y probablemente más económico.
Además, el nuevo método puede ser una opción atractiva para pacientes con
síndrome de ovario poliquístico (SOP), quienes suelen tener una mayor
sensibilidad a las hormonas empleadas en la FIV y un mayor riesgo de
hiperestimulación ovárica. Reducir la exposición a estos medicamentos no solo
disminuiría ese riesgo, sino que haría más accesible el tratamiento para quienes
hoy no pueden someterse a él por razones médicas o económicas.
A pesar del entusiasmo, algunos expertos piden cautela. David
Sable, exendocrinólogo reproductivo y actual inversionista en biotecnología,
advierte que aún es prematuro declarar a Fertilo como una alternativa definitiva
a la FIV tradicional. “La gran pregunta es si estamos ante una versión mejorada
de un método inferior o ante una auténtica revolución en la medicina
reproductiva”, señala. La muestra pequeña y la falta de comparación directa con
la FIV estándar dejan interrogantes abiertos.
|