Fundado el 9 julio de 1948 -

Por Rafael Cano Giraldo -1948-1981

Publisher: Zahur Klemath Zapata - 1981 –

 

 

 

Las opiniones expresadas por los columnista son de su exclusiva responsabilidad y no comprometen el pensamiento de El Imparcial

 
 

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EDITORIAL

 

Pereira, Colombia - Edición: 13.491-1071

Fecha: Sábado 17-05-2025

 

EDITORIAL

 

Respirar antes de cambiar

 

Colombia ha sido descrita, narrada y explicada tantas veces desde la violencia, que pareciera que esta fuera su esencia. Pero reducir la identidad de un país a sus heridas es un error tan profundo como común. Hemos confundido lo habitual con lo natural, lo normalizado con lo inherente. Y al hacerlo, perpetuamos una visión limitada de quienes somos y de lo que podemos llegar a ser.

Nos han dicho que somos así: conflictivos, corruptos, desconfiados. Pero estas características no hacen parte de nuestra biología, sino de un entorno que ha condicionado la forma en que nos relacionamos. La cultura del atajo, del irrespeto, de la agresión, no surge de nuestra esencia como seres humanos, sino de estructuras que hemos heredado y que seguimos reproduciendo sin detenernos a cuestionarlas.

 

Respirar, profundamente, es más que una metáfora. Es un acto que nos devuelve a lo básico, a lo vital, a lo que somos sin todo el ruido social que nos rodea. Solo desde ahí podemos mirar nuestra realidad con nuevos ojos, sin el lente empañado de lo que se nos ha dicho que somos. Y es que el cambio verdadero no vendrá de decisiones impuestas ni de reformas políticas aisladas. Nace cuando las personas dejan de adaptarse a ambientes tóxicos y comienzan a transformarlos.

Si algo necesita Colombia con urgencia es dejar de asumir que lo violento, lo excluyente o lo deshonesto son “lo normal”. Porque esta normalidad, cuando se acepta sin reflexión, se convierte en una trampa. Y en esa trampa estamos atrapados muchos: repitiendo comportamientos, justificando abusos, cerrando los ojos ante lo que nos duele porque ya no sabemos cómo enfrentarlo.

 

La tarea es inmensa, sí, pero no imposible. Implica una elección cotidiana: no replicar lo dañino, no aplaudir lo cuestionable, no callar ante lo injusto. Implica construir relaciones más sanas, espacios más justos, conversaciones más empáticas. Y entender, al fin, que el país no lo definen sus instituciones ni sus gobiernos, sino las personas que lo habitan.

Respiremos. Miremos con calma, con honestidad. Solo así será posible comenzar a imaginar una Colombia distinta, no desde la negación de su historia, sino desde la voluntad de superarla. Cambiar no es un acto revolucionario, es una decisión constante. Y esa decisión empieza en cada uno de nosotros.

 

 

 

Para interpretar dos tiempos a través de la historia

Por: Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com

 

La condición del ser humano lo ha moldeado para repetir su historia, aunque la desconozca. Su información genética lo lleva a actuar como sus antepasados porque es lo que conoce y ya está impregnado de la experiencia que ellos tuvieron y hoy hace parte de su intuición. Por eso la Biblia es una repetición de hechos que se dan una y otra vez como si fueran únicos.

Nuestra vida está llena de eventos similares al pasado, pero ahora con cambios sustanciales porque hemos dejado atrás el primitivismo en el que se había vivido y del que la humanidad se alimentó intelectualmente por siglos.

Desde la época de la Mesopotamia hasta hace 250 años las sociedades más avanzadas eran primitivas en relación a lo que hoy somos. Los principios higiénicos, salud y tecnológicos los hemos desarrollado recientemente en su sentido de magnitud. Hoy estamos frente a una realidad que parece confusa pero que ya podemos controlar muchas cosas que eran imposibles.

Hablando de Colombia, nuestra sociedad ha sido mal orientada, hemos sido criados sin criterio que nos permita ser una sociedad unida, buscan intereses comunes y con sentido de crecimiento nacional y más bien con ideas separatistas e individuales olvidando que la unión y la unidad dan más poder en todos los sentidos.

Se ha fomentado el individualismo y pensar que una sola persona lo puede lograr todo sin tener en cuenta que en sociedad son más fuertes que individualmente. Esta ha sido una de las razones por las que cada cual tira para su lado y los políticos que no tienen capacidad intelectual se aprovechan de este desorden y generan más desorden.

El país está como en los años 40s y 50s y nadie se ha enterado. La gran mayoría son menores de sesenta años y no conocen la historia. Hay más movimientos políticos y politiqueros que en el pasado, con la diferencia que en el pasado eran estadistas

La muerte de Gaitán por un lobo solitario desencadenó una guerra que no ha terminado de saldar cuentas, éste y Luis Carlos Galán representan dos hechos que parecen diferentes, pero en esencia llegan a un desencadenamiento criminal y una sociedad que sigue en manos de ignorantes oligarcas pobretones que no dejan que el país avance productivamente, porque nadie puede tener más que ellos.

 

Un Rojas Pinilla contemporáneo debe de estar a las puertas esperando tocarlas y el

 

 

 

descontento suena tan fuerte que los golpes retumban por todas partes. La gente sabe que algo está pasando, como una muerte anunciada. Pero todos tienen las puertas cerradas como una forma de decir aquí no está pasando nada.

Si se detienen a analizar lo que pasó en el pasado con el presente hay puntos que convergen y no pueden ayudar a que la historia no se repita como una película de ciencia ficción.

 

AL BORDE DEL ABISMO
Crónica #1126

Por: Gustavo Álvarez Gardeazábal

 

Audio: https://www.spreaker.com/episode/al-borde-del-abismo-cronica-1126-de-gardeazabal--66116177

 

El escueto pero contundente comunicado en X del ministro de Defensa, el general Sánchez, al repetirnos que la función de las Fuerzas Armadas es la de proteger a todos los colombianos sin discriminaciones, pese a todo lo que simboliza y a lo que significa como respuesta al presidente y sus áulicos, que parecen querer repetir la estructuración leninista de los soviets que llevaron a los bolcheviques al poder, no fue resaltada ni por los medios y redes y mucho menos por la derecha torpe que dice estar en la oposición cabalgando sobre chismes.

Tampoco fue ni siquiera comentada por los robagallinas que rodean la Casa de Nariño y que perderían sus privilegios ordeñadores donde las fuerzas militares recuperen su verdadero sentido de existencia. Porque no nos metamos mentiras, el país ha visto que por el fracasado plan de una tal paz total le amarraron las manos a soldados, policías, marinos y aviadores y los ejércitos de los traquetos y las bandas extorsionadoras se adueñaron del territorio nacional.

Empero, cuando el ministro de la Defensa se ve obligado a decirle a la ciudadanía que las tropas a su mando respetarán la constitución brindando seguridad y protección a todos los ciudadanos, le está diciendo implícitamente al presidente y a sus alepruces que quieren llevarnos al borde del abismo, que la fuerza militar no es deliberante y que mucho menos tiene en sus planes atacar al pueblo, como dijo Petro en su perorata.

Pero no olvidemos que Petro tiene todo el derecho, como demócrata que respeta la Constitución, y como leninista furibundo, a pretender convocar una huelga general y a reunir cabildos populares para tratar de unificar la protesta por el garrotazo político que le dio el Senado, pero debe tener sindéresis entre tropa y pueblo si no quiere asustar y sembrar incertidumbre o lo que pueda ser peor, llevarnos a una guerra estúpida.

El Porce, mayo 17 del 2025

 

 

Director
Zahur Klemath Zapata

Gerente
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Gerente Operativo
Alba Lucia Arenas V.


Editor

Felipe Castro

 

   

Diagramación
María  Molina

 

Soporte Tecnológico
Aurooj Ali Khan

Nadeem Khan

Jawaad Malik

 

Colaboradores

Jotamario Arbeláez
Gustavo Álvarez Gardeazábal

Rubén Darío Varela Hurtado

 

 
Edgar Cabezas

Gongpa Rabsel Rinpoché

Guillermo Navarrete Hernández
Iván Pulido

Teresa Pardo

Agustin Perozo

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