EDITORIAL
Opiniones,
adoctrinamiento y una montaña rusa
Opiniones
y más opiniones, unas tras otra siempre afirmando una superioridad moral
histórica etc. Este es el día a día colombiano, un día a día en el que se la
pasan diciendo a la sociedad que debemos hacer y pensar. Sin embargo ¿Sirve de
algo este modo de actuar? En efecto sería lógico que una sociedad con una
estructura clara y bien educada podría diariamente crecer a partir del compartir
de pensamientos, pero en Colombia claramente no es el caso.
Colombia no es un país ideal, eso lo sabemos y lo tenemos claro desde las clases
de sociales del colegio básico, Colombia siempre ha estado sumido en el intento
de adoctrinación constante, siempre alguien cree tener la razón, nunca se ha
pretendido darle la razón a la sociedad, y nuestros líderes actuales no son muy
diferente, en la medida que llevan acciones que idealmente serían las más
evidentes, pero al igual que nuestra cultura, el deber ser; fluctúa según la
locación geográfica, las ideas generales no funcionan para un sólo lugar siempre
tienen que ser divididas y poner la justa medida para cada locación o cultura,
ya que de no ser así se corre el peligro de separar muchísimo más lo ya separado
llamado Colombia.
En este juego de adoctrinar, generalizar, separar, Colombia se encuentra en un
lugar en donde no necesita un líder que le diga que tiene que hacer, sino que le
de potencia a su voz, a sus necesidades y claramente, a sus soluciones. Pero el
temor es tanto que quien ya tiene el poder no permite que el pueblo hable, de
hecho, sólo lo permite si es otro el que les ha dicho que decir, dado que se
debe participar de este juego de adoctrinación para tener voz.
Este último caso le sucedió a Petro, que gracias a los estallidos sociales de
hace ya unos años ganó gran poder, para luego de lograr sus lograr se desligó
por completo de la voz y empezó a mostrar lo que él creía que tenía que ser
Colombia, sin importar cuánto daño cause esto, reafirmado de esta manera que el
título de presidente, se representa para cumplir los sueños de los candidatos y
no para mejorar el país, somos la montaña rusa que sube al pedestal a los
presidentes para luego al igual que está volver al lugar de inicio, mostrar que
sólo nos movimos circularmente sobre el mismo eje.
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Si el campo no es rentable es que el estado está en las manos
equivocadas

Por: Zahur Klemath Zapata
zapatazahurk@gmail.com
África ha vivido las hambrunas más crueles en la historia de la
humanidad. En Biafra murieron más de un millón de habitantes entre
1967 y 1970 de hambre. Este fenómeno ha perseguido a muchos países
por guerras y descontrol de la agricultura. A pesar que existen
organizaciones que proveen de comida a países cuando ésta escasea,
no es suficiente.
Las personas que han vivido con lo básico y otras veces simplemente
subsistiendo saben que es estar en hambruna. Hoy hay millones de
colombianos que viven bajo esa colcha y que no pueden hacer nada
porque el sistema carece de esa habilidad para mantener su sociedad
libre de este flagelo.
No todo tiene la habilidad de poder moverse sobre arenas movedizas y
salir adelante cuando la corrupción devora hasta el papel higiénico
de los inodoros.
Cada día sale el sol y a todos ilumina, pero la luz solar es buena
pero también mata. De igual manera funcionan los empleados públicos
si entienden sus deberes y obligaciones. Pero los que están arriba
filtran la luz dejando al resto en manos a que sobrevivan con lo que
pueden utilizar.
Colombia ha sido un país de campesinos desde sus principios porque
quienes comandaban así manejaron el país. Carlos Lleras Restrepo
siempre dijo que los colombianos eran del campo aunque él quería
hacer de la nación un Japón tropical.
Aisladamente muchos personajes han querido sacar al país adelante
con su ingenio tecnológico y han tenido que emigrar porque quienes
manejan la cosa pública son incapaces de acercarse y por lo menos
merodear y empaparse de esa magia que encierra la ciencia y la
tecnología. El dinero fácil es el que más se acerca a ellos, pero al
final no es como lo pintan y es más peligroso que una cámara de gas.
Saber combinar el campo con la tecnología se verían los provechos,
es simplemente colocar a las personas adecuadas para elaborar
esquemas y proyectos que llenen los requisitos que el mundo demanda.
El nuevo gobierno busca crear impuestos, pero no piensa en regalías
sobre la producción que sale al exterior y la transformación de la
materia prima en bienes de consumo que se pueden exportar para crear
una economía fuerte
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sin desangrar al
ciudadano.
Colombia tiene tanta tierra, y solo piensan en expropiar. Pero no piensan en una
macro industria agrícola que reúna a todos los
finqueros y los vaya ubicando en sus quehaceres propios y así cada producto
pueda manejarse por agrupaciones, asociaciones, cooperativas o entidades de
socios que ellos mismos las administran con autonomía. Si ellos no pueden
administrar sus bienes, ya que son los mayores interesados para que las cosas
funcionen bien, todo será un fracaso.
El finquero necesita oxigenarse para que sus
productos alcancen todos los sitios en el mercado nacional e internacional.
Crónica 1135
CUANDO EL MODELO SE AGOTA

Por: Gustavo Alvarez Gardeazábal
Audio:
https://www.spreaker.com/episode/cuando-el-modelo-se-agota-cronica-1135-de-gardeazabal--66325342
Lo que le está pasando a las redes por el exceso de oferta y la falta de
demanda es lo mismo que le puede estar pasando al presidente Petro y a su
repetido modelo de convocar al pueblo para que salga a la calle y lo respalde.
En las redes hemos estado presenciando un exceso de canales, un
amontonamiento de sabios y comentaristas, y un atiborrado asalto a mansalva a
todo aquél que penetre a ellas.
Como ahora todo se manda por redes en el convencimiento de que hay
lectores y seguidores de sobra, las noticias no se buscan en los diarios ni
revistas, ni mucho menos en la radio o en la televisión.
Pero como no hay tantos buscando lo mismo y sí demasiados ofreciendo lo
mismo, se ha desatado una batalla por la titulación, creyendo que mientras más
se golpee a quien ve, oye o entre a la red, más visualizaciones se tiene.
El resultado es que han perdido la credibilidad porque cuando no
exageran, mienten. Es una guerra sin cuartel buscando el reconocimiento a través
de un modelo que se está agotando porque mamó a quien hunde la tecla de su red
preferida o va a yutubear en la pantalla del televisor.
Se saturaron. Comienza entonces la agonía. Van quedando a la orilla del
camino los que se convence que nadie los lee, los oye o los ve y los que
quedamos y no monetizamos la audiencia, estamos tan impactados con el fenómeno
que no hacemos una racionalización como la que he hecho hoy.
Eso mismo le pasó a Petro. Parece que se agotó el modelo de pedirle al
pueblo que saliera a la calle a respaldarlo. Que el país que le siguió y lo
eligió, se mamó de la repetición del esquema, porque no lleva a nada y
sospechosamente solo glorifica la vanidad del poderoso.
Las redes se purgarán solas, si no es que nos inventan en breve otra
forma para comunicarnos. La calle ya no es termómetro político. Las
manifestaciones y el llenado de plazas ha terminado siendo como la petición de
“suscríbase y no olvide de hundir la campanita” para estar al día.
El Porce, mayo 30 del 2025
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